El Cáucaso al borde de la guerra

Nagorno-Karabaj

El viejo y encasquillado conflicto en torno al enclave de Nagorno-Karabaj ha vuelto a activarse en las últimas semanas con el recrudecimiento de la violencia que ha marcado la historia de esta región montañosa, pobre y beligerante. Los enfrentamientos entre las tropas de Armenia y Azerbaiyán, los dos países implicados en el litigio, han dejado entre el sábado y el domingo por lo menos 58 muertos a los que hay añadir varias decenas más en las escaramuzas que se han venido sucediendo desde que en agosto se rompió la tregua que en 1994 puso fin a unos combates que habían causado ya 30.000 víctimas.

Nagorno-Karabaj, también conocido como Alto Karabaj, es un enclave agreste y subdesarrollado de la Transcaucasia que en la desintegración de la Unión Soviética quedó empantanado entre la reivindicación de Armenia y las reclamaciones de parte del territorio de Azerbaiyán aprovechadas entonces por los independentistas para proclamar una república, de nombre Artsaj y capital Stepanakert, que la ONU ni ninguno de sus miembros ha reconocido oficialmente. 

El enclave cuenta apenas cuenta con 11.500 kilómetros cuadrados de superficie y 150.000 habitantes, en su mayor parte de origen armenio. De hecho, Armenia ha sido este tiempo el país que mantuvo relaciones estrechas   con el Gobierno separatista, que mantiene su moneda, canaliza su escaso comercio exterior y proporciona pasaportes a personas que quieren viajar a otros países. No está claro quién rompió la tregua: los dos Gobiernos, el de Bakú y el de Ereván, se acusan mutuamente. 

Ambos han desplazado contingentes militares para reforzar su control del perímetro de las fronteras y los combates no solo se limitaron a los frecuentes enfrentamientos entre grupos de civiles luchando con armas cortas y pedradas: la artillería de ambos lados está intercambiando disparos continuamente y aviones azerbaiyanos bombardearon el domingo las posiciones de armenios y la capital. La población dividida y enfrentada protagoniza por su parte continuos incidentes.

Turquía y Rusia están intentando mediar en un intento desesperado por restablecer la tregua, pero ninguna de las partes se muestra dispuesta a retirar la artillería pesada que han concentrado en la región ni aceptan el restablecimiento de la paz mientras sus respectivas exigencias territoriales no se vean aceptadas. El Cáucaso postsoviético es una región conflictiva y el peligro de que los nuevos enfrentamientos deriven en guerra abierta crecen por momentos.         

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