El Ejército argelino prepara una futura negociación con Marruecos
Los nombramientos hechos en el seno de la institución militar argelina, indican que el Estado Mayor del Ejército Popular (ENP) ha entrado en la fase de los preparativos políticos y organizativos previos para imponer decisiones institucionales de carácter estratégico.
Los cambios efectuados en el organigrama militar, decididos por el jefe del Estado Mayor el general Said Chengriha y firmados por el Presidente de la república Abdelmayid Tebboune, confirman el fin de la era del dúo Abdelaziz Buteflika y Ahmed Gaid Salah, respectivamente presidente de la República durante 20 años hasta 2019 y jefe del Ejército in pectore durante más de dos quinquenios y fallecido en diciembre de 2020.
El general Chengriga ha nombrado como jefe del espionaje exterior al general Nouredin Makri, en sustitución del general Moahmed Bouzit, un militar fiel al dúo Buteflika-Gaid Salah. Además, Chengriha ha decidido algunos cambios a la cabeza de las seis Regiones militares, la división territorial con que cuenta el Ejército.
La novedad del nombramiento del general Makri, alias Mahfoud, es que se trata de un militar que hizo toda su carrera en los servicios de espionaje a la sombra del general Mohamed Medien, al que la Justicia militar ha exonerado de los cargos de “complot contra el Estado y el Ejército” que le imputaba el anterior Fiscal general castrense adicto al binomio Buteflika-Gaid Salah.
Según los analistas del entramado de poder que pervive en Argelia desde la Independencia del pais en 1962, la decisión del Jefe del Estado mayor es vista como un acercamiento al general Medien que dirigió el espionaje argelino durante un cuarto de siglo, antes de ser destronado por el presidente Buteflika en 2015 y enviado a prisión.
El general Nouredin Makri fue puesto por Mohamed Medien en los años 80 para vigilar, supervisar y controlar al Frente Polisario en su cuartel general político en Argel y militar en Tinduf. Era conocido entonces como “Mahfud el Polisario” y todos los jóvenes cuadros del movimiento independentista le tenían verdadero pavor. Al decir de uno de los jóvenes de aquella época, “Mahfud entraba sin llamar en todas las oficinas del Polisario, para ver quien estaba, con quien se reunían y a qué extranjeros – periodistas o diplomáticos – recibían los miembros del Frente”. “Conoce la vida y milagros de todos los dirigentes, incluidos sus pecados”.
Los nombramientos en el Ejército han coincidido en el tiempo con tres hechos llamativos: en primer lugar, con las maniobras militares a gran escala realizadas por el Ejercito en la región de Tinduf todo a lo largo de la frontera con Marruecos; en segundo lugar con el lanzamiento de varios cohetes por parte del Frente Polisario contra posiciones militares marroquíes en la región del Sahara bajo control de Rabat; y en tercer lugar con la reunión regional de cooperación en materia antiterrorista y antinuclear, organizada conjuntamente por Estados Unidos y Marruecos, a la que asistieron Libia y Túnez, con la ausencia deliberada de Argelia que rechazó su participación.
Los ejercicios militares argelinos, que se han hecho con fuego real, han sido presentados por el jefe del Estado mayor, general Said Chengriha, como parte de maniobras “en defensa de las fronteras argelinas ante los peligros procedentes del Exterior”. El jefe del Ejercito se ha limitado a señalar como objetivos la defensa de las fronteras internacionales de Argelia, 6.500 kilómetros con siete países, y no ha hablado de “las nuevas misiones” que la Constitución que ha entrado en vigor a primeros de año, le atribuye y que le permite intervenir directamente en el exterior del país. Lo que significa que el Ejército argelino solo respondería ante un ataque contra su soberanía territorial procedente del exterior.
La otra circunstancia es el ataque del Polisario con algunos cohetes contra posiciones militares marroquíes; un ataque minimizado por Rabat y que no ha perturbado la circulación de vehículos y mercancías por el paso de El Guerguerat entre Marruecos y Mauritania, ni causado bajas, según fuentes oficiosas marroquíes.
La cuestión del ataque sin embargo plantea otro dilema: si el lanzamiento de los cohetes ha sido hecho desde los acuartelamientos saharauis de Tinduf dentro del territorio argelino, plantea el problema de la posible, aunque muy improbable, respuesta marroquí. Si en cambio los disparos han sido efectuados por alguna patrulla saharaui en el territorio del Sahara al exterior de los muros defensivos de Marruecos, cualquiera sea la actitud de Rabat esto no afectaría a Argelia.
La situación es sin embargo suficientemente preocupante como para que el presidente francés Enmanuel Macron haya hablado por teléfono primero con el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune, hospitalizado en Alemania, y mas tarde con el rey Mohamed VI de Marruecos.
En este contexto, la designación del general Mahfud a la cabeza de los servicios secretos argelinos, puede ser un paso previo para la creación de condiciones de un diálogo doble, por una parte, entre Argelia y Marruecos para todas las cuestiones geopolíticas, y triple entre Argelia, Marruecos y el Polisario, para vislumbrar un futuro negociado en base a la formula hoy apadrinada por Washington, de una autonomía con garantías internacionales.