El espejismo de la República  

El espejismo de la República  

Estas lineas están dirigidas a todos los que añoran la República en España. Y cuando digo “todos” me refiero a la gente normal, la gente que sueña con la República por puro idealismo. 

A los políticos defensores vehementes de esta idea no me refiero porque ellos saben, ¡y bien saben! las ventajas que trae (para ellos…) un sistema republicano. Os lo dice una periodista extranjera que vive en España, adora España, la duele por España, y que proviene de una República Parlamentaria. 

Estos políticos “republicanos” desarrollan el concepto de que una república es más democrática que la monarquía, que defiende mejor los intereses del pueblo, y encima, sale más barata que mantener la Casa Real. Y con empeño inculcan estas ideas a la mente de las masas. 

Empecemos por la parte económica del asunto que está en el fondo de todo. Una República Parlamentaria, como es mi pais de origen –Bulgaria–, y como se supone que sería España (o parte de ella…) si llegara a serlo, además del presidente del Estado, tiene y un vicepresidente. Este conjunto Presidencial dispone de todo un ejército de funcionarios a su servicio, que consiste en: 

Secretario General del Presidente 

Gabinete del Secretario General con, al menos, 20 empleados 

Jefe del Gabinete del Presidente 

Gabinete del presidente, con al menos 15 empleados 

Jefe del Gabinete del Vicepresidente 

Gabinete del Vicepresidente, también con un montón de trabajadores.  

Secretarios del Presidente: unas 12 personas encargadas de asuntos exteriores, de defensa, de justicia, economía, cultura, etc., o sea, duplican las funciones de todos los Ministerios del Gobierno. Y cada uno, con su propio equipo de empleados. 

Luego están los Consejeros del Presidente, también 12: Consejero de asuntos exteriores, de defensa, de justicia, de economía, de cultura, etc… O sea, lo mismo que los secretarios. 

Pero esto no acaba aquí. Ahora es turno de las Direcciones Generales: de Finanzas, de Servicios Tecnológicos, de Protocólo, de Jurisdicción, de Sectetariado, de Relaciones Públicas. Y todas ellas, con sus Subdirecciones y Departamentos. 

Les siguen cinco Consejos que otra vez duplican las funciones de los ministerios, más cinco comisiones entre cuales podemos mencionar las de Amnistía, de Concesión de nacionalidad, Concesión de refugio, etc. Luego: tres equipos especiales con un regimiento de empleados: equipo de Elaboracion del programa del Presidente; de Analisis, Estrategias y Pronósticos, y de Auditoría interna. Y por último, la Unidad representativa de Guardia destinada al servicio del Presidente (Jefe del Estado). 

Y no olvidéis que cada 5 años se celebran elecciones presidenciales (aparte de las legislativas) que supone aún más gastos copiosos de las arcas del Estado. En cambio, un Reino se ahorra estos gastos… 

Por lo demás, pocas son las diferencias entre el Rey y el Presidente del Estado de una República Parlamentaria. El Presidente tiene las mismas funciones que el Rey en una Monarquía Parlamentaria: es Jefe Mayor del Ejercito, ratifica las Leyes aprobadas por el Parlamento, nombra a los embajadores nacionales y recibe las credenciales de los extranjeros, y por último: tiene sobre todo papel representativo. La función del Vicepresidente queda poco clara incluso en los documentos oficiales que espicifican la institución Presidencial. En toda la historia democrática de Bulgaria de los últimos 31 años se escuchó del Viceprecidente un par de veces: cuando concedia nacionalidad búlgara a unos refugiados. O sea, todo este cargo de Vicepresidente con su regimiento de subordinados representa unos puestos de pura sinecura. 

Entonces, ¿creéis que algo cambiará en la vida de los españoles con una República? Bueno, sí que cambiará: una administración del Jefe del Estado mucho más cuantiosa, más sueldazos derivados del dinero público que supondría más recaudación expresada en la subida de los impuestos y precios de productos de la primera necesidad; más chorizos y amiguetes, colocados en la ubre del poder, más pagos personales de las arcas estatales, más Falcones para vuelos privados… Por no hablar de la corrupción: cuanto más monos en el arbol, tanto más ferroz es el apetito por la parte del leon. 

Después de todo esto, quien sigue creyendo que la República defiende mejor los intereses de los súbditos que la Monarquía, y es la mejor opción para España, que tire la primera piedra.   

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