Opinión

El Gobierno catalán echa un órdago a Pedro Sánchez y se adelanta en crear su propia Agencia Espacial

photo_camera Espacio Cataluña

España no cuenta con ningún organismo director de la política espacial nacional, cuyas competencias ejercen cinco Ministerios. 

La causa no es la actual pandemia de coronavirus ni tampoco la grave crisis económica que se abate sobre España. La excusa real para carecer de un organismo oficial que centralice y coordine las actividades espaciales nacionales es el resultado del desinterés que durante más de dos décadas vienen demostrando las más altas autoridades políticas de nuestra nación por conocer lo que está sucediendo en la esfera espacial y estratégica a escala global y actuar en consecuencia.

Son esos mismos que ocultan su total despreocupación por generar riqueza y prosperidad para los españoles, al estar sus pensamientos y sus acciones dedicadas a intentar liderar los titulares de la prensa, radio y televisión e internet del día siguiente.

Por si faltara algo para completar el penoso marco que un año tras otro deja a España sin un Plan Nacional del Espacio, hay que añadir la ausencia de impulso y la incapacidad que han demostrado hasta ahora los equipos directivos que capitanean el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque; la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; la responsable de la cartera de Defensa, Margarita Robles; la jefa de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera; y el superministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, hombre de plena confianza del presidente del Gobierno, dedicado de forma prioritaria a otros temas.

Pedro Sánchez

Ninguno de ellos ha hecho despegar ninguna iniciativa para arrancar de una vez por todas ni siquiera el embrión de un organismo conjunto entre los cinco Ministerios que, dotado del personal imprescindible, permita poner en marcha un primer núcleo que, en el momento oportuno, haga nacer la organización espacial que requiere España. Su nombre es indistinto, se llame Agencia, Organización o Centro Espacial, pero debe alumbrar el camino de futuro de un sector industrial, académico e investigador que genera nuevas tecnologías, puestos de trabajo de calidad y gran capacidad de exportación incluso en periodos de vacas flacas.

Ante la parsimonia del Gobierno para dar vida a su propia estructura espacial nacional, el Gobierno de Cataluña, precisamente el día de la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021, ha lanzado el órdago de plantear la que denomina “estrategia” para crear una mini agencia catalana del espacio camuflada, a la que ha bautizado Catalonia New Space y en la que se van a invertir 18 millones de euros en primera instancia.

Con el objetivo de conseguir lo que llaman un país digital avanzado, la iniciativa ha sido hecha pública por el consejero de Políticas Digitales, Jordi Puignerò, quien ha anunciado que estará dedicada a impulsar el sector espacial de la región y a poner en órbita nano satélites fabricados en Cataluña.

Gobierno PSOE
Facturar 300 millones en cuatro años

Ha precisado que los dos primeros ingenios despegarán en el primer semestre de 2021 para prestar servicios institucionales al Gobierno de la Generalidad. A la pareja inaugural le seguirá en los próximos cuatro años toda una constelación, de la que no ha precisado el número de plataformas. 

Jordi Puignerò también ha esgrimido que la nueva economía del espacio que piensa instaurar en Cataluña creará 1.200 puestos de trabajo y generará una facturación de 300 millones de euros hasta 2024. Como profeta en su tierra, ha vaticinado que el nuevo sector económico desarrollará en tierras catalanas “dos grandes industrias. Una relacionada con la fabricación de diminutos satélites y la otra vinculada con los servicios digitales de observación de la tierra, conectividad y 5G.

Las consecuencias de la medida proclamada a los cuatro vientos por el Gobierno catalán son preocupantes. Si Cataluña instaura su propio modelo de Agencia Espacial bajo el nombre que considere oportuno y el Gobierno de Pedro Sánchez hace la vista gorda ¿Qué impide que Madrid, Andalucía, Canarias, Extremadura o el País Vasco ‒por citar solo algunas Comunidades Autónomas‒ hagan lo mismo?

Gobierno

Al margen del carácter legal o no de la iniciativa puesta sobre la mesa por el consejero catalán, si el anunció toma forma y el modelo lo copian el resto de Comunidades, ¿cuál podría ser la labor de futura Agencia Espacial española que llegue a constituirse más pronto que tarde? ¿Quizás intentar coordinar a las organizaciones autonómicas ya creadas, si es que se dejan coordinar? ¿Mirar hacia otro lado? ¿Organizar desayunos de trabajo con los responsables de cada Autonomía, para volver a reunirse a los tres meses en otro desayuno de trabajo?

El actual Ejecutivo español que preside Pedro Sánchez tiene ahora la palabra, porque desde el punto de vista práctico y jurídico, el envite es importante. Pero la falta de decisión de no haber establecido ya una Agencia Espacial nacional no es solo responsabilidad del actual jefe de Gobierno.

En el “saco de los ratones coloraos” hay que meter también a sus antecesores en el cargo, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, que no movieron un dedo para solventar el problema de mantener cinco Ministerios dedicados a gestionar asuntos espaciales. En el caso de Rodríguez Zapatero incluso lo agravo, al repartir una misma responsabilidad en dos carteras distintas. 

Satélite
Cada Gobierno autonómico, ¿una agencia espacial?

Nuestra vecina y querida Portugal ha sabido poner en pie su Agencia Espacial y en abril de 2019 creaba Portugal Space. De Francia no hay nada que decir, ya que constituyó su gran organización espacial en 1961 (CNES), Italia la implantó en 1988 (ASI) y Alemania en 1997 (DLR). Reino Unido la creó más recientemente, en 2010 (UK Space Agency), bajo un formato pragmático y reducido en cuanto a personal y capacidades.

En 2020, en la primera mitad del XXI, raya en el ridículo que un país de la importancia de España cuente todavía con cinco Ministerios con competencias en temas espaciales. Países de la Unión Europea con mucha menos industria espacial que España, como Austria, Suecia, Croacia, Rumania, Polonia y Bulgaria tiene sus organizaciones, al igual que naciones de la antigua Unión Soviética como Ucrania, Bielorrusia y Kazajistán.

Zapatero y Rajoy

¿Y qué pasa en África? Adivinen… Al menos cuentan con ella Egipto, Kenia, Sudáfrica, Angola, Ghana y nuestra vecina Argelia, que la creó en una fecha tan lejana como enero 2002 ¡hace ya cerca de 20 años! ¿Y en Sudamérica? Pues sorpréndanse: Argentina, Bolivia, Brasil, México, Perú e incluso Venezuela tienen sus respectivas agencias, políticas y estrategias espaciales.

En Asía, al margen de las tres gigantes como son China, Japón e India, algunos países no han querido quedarse al margen. Cuentan con una Agencia Turquía, Pakistán, Malasia Irán, Taiwán, y hasta Filipinas, que la estableció hace poco más de un año.

Agencia Espacial

El actual Gobierno español aprobó a mediados del pasado año la primera Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional pero ha perdido varias ocasiones clave para anunciar la instauración de una Agencia Espacial, la última de ellas con ocasión de la cumbre de ministros de la Agencia Espacial Europea (ESA) celebrada en Sevilla a finales del año pasado.

Dentro de unos veinte días se va a presentar otro momento idóneo para proclamar su creación y establecer un nuevo Plan Nacional de Observación de la Tierra por Satélite en el marco de un primer y autentico Plan Nacional del Espacio. Entonces podremos comprobar la realidad del proverbio de obras son amores y no buenas razones.