El islam y la paz mundial

Koran

La Comunidad Ahmadía del islam es una comunidad musulmana de vocación misionera, nacida en India el año 1989 y que se ha dedicado es estos ciento y pico años de existencia a difundir en todo el mundo los valores de paz tolerancia y fraternidad que caracteriza a la auténtica enseñanza religiosa islámica.   

Nuestro lema es “Amor para todos, odio para nadie” y con esta convicción nuestra comunidad se ha extendido en 210 países del mundo donde cuenta casi 200 millones de fieles.

Según el Corán, Dios ha mandado profetas en todos los pueblos para establecer la paz, tranquilidad. Nosotros nos consideramos como el Buda que fue un profeta de Dios. Dios dice en el Corán: “En verdad, te hemos enviado con la verdad, como Portador de la buena nueva y como Amonestador; y no existe ningún pueblo en la tierra de cualquier edad al que no se haya enviado un Amonestador procedente de Dios (C.35: Al Fa-tir:25)”

En verdad, los que han creído en Mohammad como Mensajero de Dios, y los judíos, sabeos y cristianos: todos los que creen en Al-lah y el Último Día y hacen buenas obras, no les sobrecogerá el temor ni serán afligidos (C. 5: Al-Maida: 70)

Todos los profetas son iguales. El Corán afirma: “No hacemos distinción entre ninguno de Sus Mensajeros.”

Uno de los compañeros del Santo Profeta del islam se enzarzó en una discusión bastante apasionada con un fanático seguidor del Profeta Jonás de la ballena. Ambas partes afirmaban en el debate que su profeta sobrepasaba completamente al otro en excelencia. Parece ser que el contendiente musulmán hirió con sus argumentos la sensibilidad del seguidor de Jonás, el cual se dirigió al Profeta Mohammad, la paz y bendiciones de Dios sean con él, y expuso su queja contra el musulmán con el que debatía. Dirigiéndose a la comunidad en general, el Profeta expresó las siguientes palabras, con ánimo instructivo: “No me declaréis superior a Jonás, el hijo de Mattah. (Bujari: Libro de los Profetas)”

En otra ocasión había ocurrió los mismo con un judío. Ambos afirmaban y contradecían respectivamente la superioridad relativa de sus líderes espirituales. De la misma manera, fue el contendiente no-musulmán quién consideró justo expresar su queja por el comportamiento del adversario musulmán. El Santo Profeta, la paz y bendiciones de Dios sean con él, respondió con su prudencia y humildad habitual, enseñando al musulmán la misma lección de cortesía y decencia, amonestando: “No declaréis que soy superior a Moisés (Bujari: ibíd.)”

Esto es esencial para el establecimiento de la paz interreligiosa. El santo profeta Muhammad Saw dijo: “Todos los profetas son hermanos”. 

Debe tenerse asimismo en cuenta que ninguna religión con un mensaje universal puede siquiera momentáneamente pensar en el empleo de la fuerza para proclamar su mensaje. La espada puede ganar territorios, pero no corazones. La fuerza puede doblegar las cabezas, pero no las mentes. El islam prohíbe estrictamente el uso de la fuerza para la propagación de su mensaje y afirma en el Santo Corán no debe haber coacción ni fuerza a la hora de practicar cualquier religión. (2:257)

El islam considera asimismo que la libertad de expresión es vital para la difusión del mensaje, así como para la restauración de la dignidad del hombre pues la religión no es digna de consideración si no restaura la dignidad humana. Hoy, la libertad y la emancipación son dos importantes eslóganes que, por diferentes vías, están influyendo al mundo en mayor o menor extensión. No hay duda de que el hombre está cada vez más concienciado de la importancia y valor de la libertad. La necesidad de la emancipación se siente por todas partes. A emancipación del yugo del dominio extranjero, la dictadura, la democracia corrupta, la ignorancia, la superstición etc. 

Como fue explicado por Buda: “El odio no se ve disminuido por el odio, sino por el amor”.

Para concluir, el fundador del Movimiento Ahmadía del islam explica un principio fundamental del islam en su último libro titulado ‘Mensaje de Paz’: “El Islam es esta religión santa y pacífica que nunca ha atacado al fundador de ninguna otra comunidad o religión. Y el Corán es este libro distinguido, que sentó el fundamento de la paz entre las naciones y que ha reconocido a los profetas de cada una de ellas. Sólo el Sagrado Corán, entre los escritos del mundo entero, puede decir con orgullo que enseña la doctrina siguiente concerniente a la humanidad: creemos en todos los profetas del mundo, y no hacemos ninguna distinción entre ellos… ¡Que nombren otro libro sagrado que contenga tal afirmación y tal enseñanza a favor de la paz! El Sagrado Corán no restringe la bondad de Dios a una única raza. Reconoce a todos los profetas de la casa de Israel… así como todos los profetas que vinieron al mundo independientemente del sitio, tanto India como Persia como cualquier otro país. No acusa ninguno de ellos de mentiroso o impostor; al contrario, sostiene que todos los países, todos los pueblos, recibieron la visita de profetas, poniendo así la primera piedra hacia la construcción de una paz mundial. Pero es penoso ver cómo todas las naciones insultan ese mismo Profeta de la paz, y lo miran con desprecio. “Este principio del respeto mutuo, especialmente en lo referente a los profetas y a los personajes santos de todas las religiones del mundo, habrá de jugar un papel primordial en la creación de un clima de paz y tolerancia”.

Concluimos diciendo que no es otra nuestra pretensión que hacer realidad nuestro lema de “Amor para todos, odio para nadie.”

Kaleem Ahmed. Teólogo e imán de la Mezquita Baitur Rahman 

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