Opinión

El PNV y las declaraciones de Aitor Esteban: una grata sorpresa

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La semana pasada, durante el debate en el Congreso, el diputado y portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV) Aitor Esteban, realizó unas manifestaciones recogidas por la agencia Europa Press sobre la situación actual de la cuestión del Sáhara, que desprendían una enorme carga simbólica. Por un lado, por el hecho de venir esas palabras de quien venían. Por otra parte, por la relación directa con las partes implicadas en el diferendo y a la propia cuestión en sí, especialmente teniendo en cuenta el momento tan decisivo que se vive en torno a la misma. 

Dentro del contenido de dichas declaraciones, sin duda lo más llamativo y novedoso fue el inédito posicionamiento del político nacionalista vasco con respecto a algunas cuestiones dentro de este tema. Así, Esteban afirmó que “hay que dar una solución al Sahara Occidental y para ello hay que hacer ver al Polisario lo que es posible y lo que es imposible”. A nadie se le escapa la importancia geoestratégica que ha adquirido Marruecos para España y la Unión Europea, sobre todo por temas como el terrorismo y la inmigración, y en ese sentido Aitor Esteban cree “que la monarquía magrebí es un agente importante que hay que cuidar por su importancia geoestratégica”. Por último, terminó diciendo que “la parte saharaui ha dejado pasar oportunidades, y que el mundo ha cambiado mucho en los últimos años”. 

Las novedosas declaraciones del diputado vasco no dejan de sorprender, por cuanto provienen del portavoz en Madrid del partido con mayor representación parlamentaria del País Vasco. Estamos ante la comunidad que, históricamente, más se ha volcado en ayudar a aquellos que gobiernan en Tinduf. Si bien en apariencia bajo la premisa humanitaria, pero con el trasfondo común de las afinidades políticas que comparten, en este caso los anhelos independentistas de ambas partes. En el caso del País Vasco, en mayor medida si cabe por parte de la izquierda abertzale, con la que además el Polisario comparte una mayor carga ideológica y cercanía. Aunque en general estos apoyos se dan por casi todos los partidos del arco parlamentario vasco. 

Dichos apoyos han sido constantes con el paso de las décadas, en todos los órdenes posibles a través de sus políticas, y donde también siempre se ha manifestado hacia Tinduf un apoyo sin fisuras en todas las intervenciones públicas cuando así han sido requeridas. Asimismo, en el caso concreto que nos ocupa del PNV, hablamos del partido que durante más años ha ostentado la jefatura del gobierno vasco desde que comenzó el actual periplo democrático en España. A esto habría que añadir que, tanto esta institución como el resto de la administración local y autonómica vasca, ya fueren ayuntamientos, diputaciones forales, etc., han sido comprobadamente generosas en lo que a subvenciones y ayudas se refiere con la cuestión saharaui y sus habitantes residentes en el País Vasco, pero siempre desde una perspectiva de apoyo al Polisario y sus llamamientos a la autodeterminación. Esto es lo que da mayor valor si cabe a las recientes declaraciones de Aitor Esteban. 

Sobre esto último, y por poner dos ejemplos algo separados en el tiempo, cabría recordar la intervención del periodista vizcaíno Ignacio Marín Orio (q.e.p.d.) durante la IV Comisión de la ONU correspondiente al año 2010 ¬—en la que también tuvimos el honor de participar—. En la misma, el periodista hacia una crítica a una ayuda directa efectuada por el Gobierno Vasco, a través de la cual este había destinado 10 millones de euros al Frente Polisario durante 10 años en concepto nada menos que de “amejoramiento de los transportes públicos en los campamentos de Tinduf”. Transportes públicos en Tinduf, 10 millones de euros en 10 años. Esta era, a modo de frivolidad en lo que a la cantidad y destino de las ayudas se refiere, la denuncia que el periodista hacía entonces contra el Gobierno Vasco en la sede de la ONU en Nueva York. 

El otro ejemplo es más reciente, aunque se trata de subvenciones que se repiten anualmente. En este caso, el Ayuntamiento de Vitoria dirigido por Gorka Urtaran —también del PNV—, a través de su Junta de Gobierno Local, destina 320.000 euros a diversos proyectos de cooperación con el pueblo saharaui para llevar a cabo en este 2021, a través del convenio con la Asociación de amigas y amigos de la RASD. Aunque, si bien como antes decíamos estas ayudas se repiten anualmente desde hace años, en este 2020 debido a la coyuntura actual derivada de la pandemia que estamos atravesando, han sido muchas las ampollas que ha levantado esta medida a nivel local. No es difícil imaginar porqué, especialmente teniendo en cuenta por ejemplo la ruinosa situación de la hostelería, tan falta de ayudas económicas, en una ciudad y una comunidad donde tiene un peso tan relevante en el turismo y la vida social. 

Por otra parte, cabe señalar el acentuado activismo del alcalde de dicha localidad en favor de la causa defendida por el Polisario. De hecho, Urtaran acudió a la sesión del Consejo de Derechos Humanos celebrada en Ginebra en junio de 2019, para “presentar el informe Una brecha en el muro sobre la vulneración de derechos en Sáhara Occidental”. Igualmente, tan solo cinco meses después, fue el anfitrión de la EUCOCO en Vitoria, tradicional encuentro anual de los amigos del Polisario en España. Y donde algunos saharauis que participaron en eventos paralelos para defender la postura de autonomía ofrecida por Marruecos, fueron escracheados, amenazados e insultados por saharauis afines al Polisario residentes en la zona. 

Esos dos ejemplos recién mencionados son solo dos gotas de agua en medio del océano, son muchos más los que podríamos añadir, sucedidos a lo largo de los años. El problema radica, más allá de la concesión de las ayudas y su tipología, en el destino de las mismas y en la rendición de cuentas por parte de quienes las tienen que administrar. Una transparencia que, especialmente en los casos de las ayudas destinadas a los campamentos, resulta de dudosa ejecución. 

Por otra parte, como elemento positivo, y volviendo a las declaraciones de Aitor Esteban, desde el nacimiento de este nuevo capítulo cuyo detonante fueron los hechos en Guerguerat el pasado noviembre, asistimos a un cierto desacomplejamiento en lo que al posicionamiento público de determinados líderes políticos se refiere. En ese sentido, si lo que buscaba el Polisario era una mayor visibilidad del diferendo para sacarlo del ostracismo, es probable que se haya encontrado con un efecto muy distinto al que podría esperarse. 

Son varios los ejemplos, uno de los más destacables es el del expresidente Zapatero. Este, apenas dos días después de declarar el Polisario el estado de guerra, tenía programada una entrevista en horario de máxima audiencia en uno de los programas de temática política más importantes de televisión en España. En un momento dado, un periodista con un claro sesgo favorable al Polisario, aprovechó para interpelar a Zapatero en tono de reproche por su posición en el conflicto. Como suele ser habitual cuando habla de esta cuestión, Zapatero dijo tajantemente que la solución pasa por el dialogo y el acuerdo. Y mencionó la expresión “propuesta de amplísima autonomía ofrecida por Marruecos”. 

Probablemente puede que fuese la primera vez que se escuchase esta propuesta en España, por alguien de su relevancia, en prime time televisivo hacia el gran público. Para el que esta cuestión casi siempre pivota en favor del Polisario, y del que desconocen posibles alternativas. Al día siguiente fue el turno del ex primer ministro francés Manuel Valls, y así sucesivamente. Incluso el propio Aitor Esteban, además de las manifestaciones antes referidas, reconoció públicamente la trascendencia del reconocimiento por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental. 

Sin duda estas muestras públicas de reproche hacia el Polisario por parte de sus más firmes apoyos tales como el PNV, deberían ser tenidos en cuenta como es debido por estos, hacerles reflexionar y enseñarles que el mejor camino a veces es el más sencillo, en el que por supuesto la solución no está en las armas. Igualmente hay una buena parte de la población saharaui que reclama ese diálogo y una solución pactada, donde la propuesta de autonomía parece la mejor de las opciones. 

Asimismo, por todo lo anteriormente descrito y lo que representan viniendo de quien vienen, la relevancia de estas manifestaciones está fuera de toda duda. No obstante, hay que guardar algo de cautela, ya que aparte de su histórico apoyo al Polisario, de todos es conocida la facilidad que tiene el PNV para arrimarse al árbol que más sombra da, y puede que esta no sea una excepción dentro de su clásico juego de ambigüedades. En cualquier caso, esas palabras deben valorarse positivamente, en espera de que tengan algún efecto en el futuro sobre las erráticas y peligrosas decisiones de los dirigentes de la autoproclamada RASD. Son palabras que vienen de tus propios camaradas, y a los amigos se les debe escuchar. Sería una grata sorpresa.