El Polisario provoca a Marruecos con sus hostigamientos esporádicos

Sáhara

Las incesantes acometidas de las guerrillas del Frente Polisario contra puestos de defensa marroquíes que controlan el muro de seguridad erigido en los años 80 en el territorio del Sáhara de norte a sur buscan provocar a las Fuerzas Armadas marroquíes para que desencadenen ataques masivos contra las unidades del Ejército saharaui. El Polisario ha emitido un último “parte de guerra” con el número 447, en el que afirma haber infringido daños al enemigo con la destrucción de una base marroquí en Guelta, en la región de Mahbes, provocando la muerte de 30 soldados.

El Frente Polisario sabe que no puede ganar en el campo militar lo que considera “una guerra” contra Marruecos, y pretende provocar una respuesta armada de las Fuerzas Armadas marroquíes, para mostrarla al mundo y utilizarla como propaganda a nivel internacional. El Ejército del reino alauí se ha limitado en estos meses a realizar algunos ataques con aviones no tripulados contra patrullas del Polisario mandadas por alguno de sus dirigentes militares. Como ocurrió en abril de 2021 cuando un ataque marroquí acabó con la vida del jefe de la Gendarmería saharaui, Addah el Bendir.  Desde entonces, según algunas fuentes, los jefes militares de la guerrilla no salen al mando de patrullas, dejando las mismas a cargo de personal subalterno. 

Los avances políticos y diplomáticos realizados por Marruecos en la escena internacional están dejando al Polisario y al Estado argelino protector sin medidas de respuesta. Por eso, las escaramuzas que la guerrilla pretende llevar a cabo en al territorio buscan crear una respuesta masiva del Ejército marroquí para presentarse ante la comunidad internacional como “víctimas de la ocupación”. 

A pocas semanas de la cumbre Europa-África que debe realizarse en Bruselas, Argelia está movilizando toda su diplomacia para que el guerrillero Brahim Ghali sea invitado a la misma en calidad de “presidente de la república saharaui”. Por su parte, Marruecos mantiene su postura de que las invitaciones que haga la Unión Europea sean a cada país africano reconocido por Bruselas individualmente, lo que dejaría de lado la participación de la RASD. 

Marruecos está a la espera de la posición que vaya a tomar el Gobierno español de Pedro Sánchez. Como país interesado en la solución política del conflicto y miembro del Grupo de Amigos del Sáhara, junto a Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia y Francia, España debe adoptar una posición activa. Ese sería un paso para la normalización de relaciones con Marruecos. 

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