El racismo y las consideraciones de justicia absoluta e imparcialidad

Protestas Casablanca

El racismo ha sido y sigue siendo uno de los problemas más serios que enfrenta la raza humana. Es la idea de que la raza, el color de la piel, la ideología, la clase social o la religión pueden conferir a un grupo una superioridad innata sobre otro grupo, privándoles de los derechos que de otro modo tendrían. Si observamos el genocidio, la limpieza étnica o la esclavitud tanto en sus formas antiguas como modernas, los perpetradores siempre utilizan el racismo para justificar sus acciones. El racismo, en su sentido más amplio, ha de entenderse como un conjunto de prejuicios que son opuestos a las consideraciones de justicia absoluta e imparcialidad.

En Estados Unidos y en el resto del mundo se están produciendo protestas y condenas generalizadas contra la brutalidad policial hacia los afroamericanos, tras el asesinato de un hombre afroamericano, George Floyd, en Minneapolis, el 25 de mayo del 2020, mientras se encontraba bajo custodia policial. No es la primera vez que un hombre afroamericano muere estando bajo la custodia policial en los Estados Unidos (o es asesinado por agentes de la policía). No obstante, ha sido el modo en que mataron al Sr. Floyd lo que ha enfurecido a millones de personas en todo el mundo. 

A nadie le sorprende que Estados Unidos realmente no haya aceptado su pasado respecto al maltrato continuo de los afroamericanos. Muchos han argumentado que las injusticias cometidas contra los afroamericanos son el resultado del racismo y/o la supremacía banca -la creencia de que los blancos son superiores a otras razas y, por ello deben dominarles-. Esta injusticia tiene sus raíces en la historia de América y tiene implicaciones sociales, económicas, institucionales y políticas. El racismo ha causado (y continúa causando) un sufrimiento inmenso a los afroamericanos (y a otras minorías raciales) en los Estados Unidos.

¿Cómo erradicar las causas de la injusticia? Orientación del islam al respecto

En su discurso histórico ante el Parlamento Europeo el 28 de febrero del 2013, Hazrat Mirza Masrur Ahmad, el Jalifa de la Comunidad Musulmana Ahmadía reiteró el principio sagrado islámico para conseguir la paz. Dijo: “No debemos tolerar que se cometan injusticias contra los demás, ni que los derechos de los otros sean usurpados. De la misma manera que no aceptaríamos que otros usurparan nuestros propios derechos, tampoco debemos aceptar esto para otros”.

La paz verdadera significa que los gobiernos adopten, en todos los ámbitos, y con la mayor brevedad posible, las medidas necesarias para desmantelar todas las estructuras de injusticia de la sociedad. En este momento, estamos sufriendo una pandemia mundial. Los afroamericanos (y otras minorías) están sufriendo más el impacto de la COVID-19 que la población blanca. Sabemos que están batallando más que la gente blanca para encontrar trabajo; y que tienen más dificultades para acceder al crédito de la vivienda, que, según ponen de manifiesto las investigaciones, es un factor clave en la brecha de riqueza entre blancos y negros.

¿Cuál es el camino a seguir? ¿Pueden las enseñanzas del islam guiarnos para eliminar el racismo y la injusticia?

Al´lah dice en el Sagrado Corán: “¡Oh humanos! Os hemos creado a partir de un varón y una hembra; y os hemos constituido en clanes y tribus para que os reconozcáis mutuamente. En verdad, el más honrado de entre vosotros, a la vista de Al-lah es el más justo de entre vosotros. Ciertamente Al-lah es Omnisciente, Conocedor de todo”. (49:14) “¡Oh vosotros los que creéis! Sed estrictos en la observancia de la justicia, actuando de testigos por la causa de Al´lah, aunque sea contra vosotros mismos, vuestros padres y familiares. Sea rico o pobre, Al´lah está más atento a ambos que vosotros. No sigáis pues los bajos deseos para que podáis actuar con equidad. Y si ocultáis la verdad o la eludís, recordad que Al´lah conoce muy bien todo lo que hacéis” (4:136)

El Santo Profeta del islam, Hazrat Muhammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él) dijo en su “Sermón de la Despedida” en el año 632 d.C.: “Un árabe no tiene superioridad sobre un no-árabe, y un no-árabe no tiene superioridad sobre un árabe; el blanco no tiene superioridad sobre el negro, ni el negro sobre el blanco; excepto en piedad y buenas acciones”.

Manifestaciones

 

Mientras no haya justicia absoluta, el mundo no verá la paz verdadera. Luther King dijo que “el silencio es traición”. No puede haber paz verdadera cuando el sistema de justicia favorece a los estadounidenses blancos sobre los estadounidenses negros (o a cualquier otro en este sentido), mientras la mayoría espera impasible que los afroamericanos combatan esta injusticia solos. La paz verdadera, por lo tanto, significa que, todas las personas de buena voluntad deben estar preparadas para pedir justicia cada vez que se cometa una injusticia. El racismo es un veneno que choca de frente con la espiritualidad. Nunca podrán vivir juntos; dondequiera que surja el racismo, la espiritualidad y el amor de Dios desaparecen para siempre.

Permítanme finalizar reafirmando que las medidas que el islam sugiere para unir a la humanidad, es a través de un proceso pacífico cuyo objeto sea establecer la paz en el mundo, unificando a los seres humanos. Merece la pena destacar el recordatorio del Santo Profeta Muhammad, la paz y bendiciones de Dios sean con él, en el sentido de que todos somos hijos del mismo padre. Tiene la connotación evidente de que no debe permitirse que las religiones, las razas, los colores o los credos dividan la hermandad universal de la humanidad, que se originó de un parentesco único.

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