Opinión

El sermón del progresismo

photo_camera Pedro Sánchez, presidente del Gobierno

Ciento treinta días después del 29-A seguimos con un Gobierno en funciones. El paro ha subido en 54.371 personas en agosto;  la compra de coches –un indicador  primario de la economía doméstica- se ha reducido más del 20% en lo que va de año y el Doctor Sánchez ha colocado a 330 altos cargos en 10 meses de mandato, todo un record desde la época de Zapatero. 

Cada día se parece más a Rajoy, campeón del inmovilismo. Le criticamos cuando sus mejores apariciones eran vía plasma; Pedro Sánchez, funciona a golpe de tuit. Como Trump, casualmente. Pero, claro, Sanchez es un progresista. No hay comparación. 

Lleva desaparecido en combate parlamentario desde hace seis meses. Y, aunque sigue con los Presupuestos prorrogados desde 2017, acaba de presentar 300 medidas (progresistas, naturalmente) que nos pueden costar entre 15.000 y 20.000 millones de euros anuales si Pablo Iglesias dice sí. En su ascenso a Palacio prometió hacer del Parlamento “el centro de la vida política”. Otra promesa incumplida. 

La tercera vía

El sermón que acaba de representar no es otro que el que defendió en su sesión de investidura el pasado mes de julio con un par de guiños a los coros y danzas de la sociedad civil subvencionada, a los que ha prometido, que si le votan, les aumentará la protección económica. Es decir, que lo pagaremos los contribuyentes y entre todos,-piensan en La Moncloa- tocamos a poco. A poco más. 

El presidente en funciones sin función –con 123 diputados más el cántabro de Revilla el ceremonioso-, hizo una oferta en el minuto de descuento a Unidas Podemos, (Vicepresidencia Social y varios ministerios), que no otorgaban mayoría absoluta ni estabilidad. Era una encerrona que Pablo Iglesias no supo transformar en una oportunidad de poder conyugal, herido en su honor, porque él fue expulsado previamente del paraíso del Consejo de Ministros.

Pablo Iglesias Congreso

Tras las vacaciones en Doñana, el presidente viajó a “apagar tardíamente” con su presencia gráfica por tierra, mar y aire los incendios que asolaron Canarias. ¿Declaraciones? Nunca. Miedo a las ruedas de prensa en abierto. 

Paralelamente, el Open Arms no desestabilizó ni un ápice el descanso presidencial porque la vicepresidenta Carmen Calvo –más feminista que nunca-, salió a dar la cara sin explicar las diferencias entre esta tragedia humana y la de aquel flamante “Aquarios” recibido por cinco ministros incluida la ‘vice bonita’  “Calvini”, cuya mayor aportación como ministra de ZP fue asegurar que “el dinero público no es de nadie”. Una lumbrera. 

Tras perder todo el tiempo del mundo, el inquilino (en funciones de La Moncloa con vegetación en vertical) rompió su silencio estratégico para exponerse el domingo en cuerpo y alma a los lectores de EL PAIS, que ha pasado del soyarismo al sanchismo sin solución de continuidad. Todo sea para sobrevivir -2.300 millones de agujero negro mediante-, que todos los Gobiernos de la Nación  van pagando a la cabecera de Miguel Yuste, 40  con la banca sin rechistar.  ¡Qué bochorno y qué vileza! 

Nunca he visto algo tan inmoral en mi casi medio siglo de periodista. La propia directora del diario independiente de la mañana y un periodista de cámara, firmaban una entrevista que la experiencia me dicta que nunca fue tal; preguntas y respuestas elaboradas por el equipo del gurú Iván Redondo, donde todo se resumía en el titular: “Ni coalición, ni elecciones, hay una tercera vía; un programa común progresista”. Y el mantra comenzó a circular por todos los confines de la piel de toro en todos los soportes. 

Albert Rivera¿La colaboración del PSN con Bildu-ETA en Navarra? ¿Las represalias al PSOE de Cartagena por dejarse apoyar por PP y Cs? ¿Los 57 ayuntamientos en los que el PSC apoya en Cataluña junto a ERC, a los seguidores del golpista Puigdemont, a los Comunes de Colau y a los ultraizquierdistas de la CUP? ¿Indultará a los golpistas catalanes si son condenados por el TS? ¿Sigue en vigor el Pacto de Pedralbes? ¿El Brexit? ¿La inmigración descontrolada? ¿Los consejos europeos? ¿La crisis argentina? ¿El acuerdo UE-Mercosur? ¿La tragedia de Venezuela?  ¿La confrontación China-EEUU? ¿La libertad en peligro de Hong Kong? ¿El desgobierno? ¿El paro? ¿Las provocaciones e insumisión contra la Constitución de la Diada? ¿La recesión? ¿Los incendios, la inmigración? ¡Quiá!  Eso no interesa al ciudadano. Ni a los lectores.

Solo un mensaje: rendición incondicional de Unidas Podemos, y excomunión a  PP y Cs si no se abstienen ‘porque el doctor Sánchez lo vale’. 

Estabilidad y políticas trasformadoras

De aquí hasta el 23 de septiembre, Sánchez  y sus terminales mediáticas (TVE, A3, la Cuatro, la Cinco, la Sexta, Telemadrid, la Otra; el País, La Vanguardia, El Periódico de Cataluña,  La Ser, RNE, las autonómicas y todos los diarios digitales) solo venderán un relato: el de la estabilidad progresista con políticas transformadoras. 

Ya saben: derogación de la reforma laboral, pensiones blindadas en la Carta Magna, sí es sí en la violencia de género, conciliación familiar de  ambos padres con cargo a las empresas, ingreso mínimo vital, nuevo salario mínimo, guarderías gratis, pacto educativo con becas por debajo del cinco, vivienda y alquiler controlados (flexibilidad a los okupa), copagos sanitarios, dentista gratis en la Seguridad Social, agua, gas y luz gratuitas para los que diga Podemos más impuestos, derogación de la ley mordaza pretextando una garantía de la libertad de expresión y regulación de la eutanasia. España necesita estabilidad y, por tanto, todos debemos votar a Sánchez para que lleve a cambio sus políticas trasformadoras con nuestro dinero. Todo un hallazgo comunicacional. Directos al partido único.

Derroche de progresismo

El PSOE y el Gobierno nunca cuantifican este derroche de progresismo porque solo es un anzuelo para que piquen los ingenuos votos revueltos de izquierda y los descontentos del centro. Nunca incluirán como medidas 301 y 302 los juicios rápidos para los delincuentes reincidentes, carteristas y mucho menos para la expulsión de narcopisos y terrorismo. O la expulsión en caliente para los inmigrantes que entren violentamente en España. Hasta la ministra de Sanidad asegura que hay que defender al Estado Islámico “porque la derecha no admite la diversidad”. ¿Sabrá esta potentada asturiana qué es el ISIS?

La sentencia está echada.  O votamos a Sánchez con carácter preventivo para que siga en La Moncloa disfrutando del Falcon,  o todos seremos  responsables –menos él- de acudir a las urnas el 10 de Noviembre. No me asombra la falta de coraje de este hombre tan sin escrúpulos ni principios,  dispuesto a seguir en el mando y sin comprometerse a formar Gobierno mediante el diálogo. Ni solo ni en compañía de otros. 

En los próximos días asistiremos a una batería de misiles propagandísticos donde si no comulgas con los sermones monclovitas pasarás a ser un antiprogresista; por tanto, un antipatriota y, si te resistes un poco más al pensamiento social-errejonista, te convertirás directamente en un facha. O, en un trifachito. 

La verdad desnuda

Lo que ha sucedido desde finales de abril es fácil de explicar: el Gobierno en funciones desde aquella noche, no ha convocado a ningún grupo político a conformar mayorías que dieran estabilidad. ¿No es amplia la mayoría PSOE-PP? Sí. ¿Y la mayoría PSOE-Cs? También. ¿Ha hecho alguna oferta pública de gobernabilidad Sánchez que es quien tiene que formar Gobierno? No. Ha apurado los tiempos disfrutando del poder a mansalva y ahora amenaza con unos comicios generales que él dice no querer convocar aunque pregone, para intimidar, que está al borde de la mayoría absoluta. 

En realidad se trata de una estrategia sencilla: humillar a Podemos y obligarle a claudicar cuando baje de la treintena de diputados, tras corromper a sus debilitadas mareas. Sostienen los socialistas que necesitan un Gobierno coherente y no dos gobiernos dentro del Consejo de Ministros. ¿No son ya sus socios preferentes?  ¿Lo que es incoherente hoy será coherente si Iglesias y sus socios conforman mayoría tras el 10 de noviembre?

Acusar a Casado y a Rivera de que se abstengan para no entregarse a los separatistas es una indignidad. Primero, porque se aupó en ellos para la moción de censura y, segundo, después de llegar a acuerdos en más de medio centenar de Ayuntamientos e instituciones en Cataluña con  los separatistas, acaba de culminar el pleno al 15 con Bildu en Huarte (Navarra) Lo peor de todo es que en Ferraz y en Moncloa creen que los ciudadanos somos tontos. Esa es la verdad al desnudo.

Inés Arrimadas

¿Hay alternativa?

Debería haberla. En Madrid (Comunidad y Ayuntamiento), en Castilla y León, en Murcia y en Andalucía, PP y Ciudadanos con la colaboración de Vox, han podido parar a la izquierda. Los de Abascal  ya se ha visto que son tan predecibles como los herederos del 15M. Los sillones del Congreso, del Senado, de las CCAA y de los Ayuntamientos son muy cómodos. Y la erótica institucional es demasiado excitante.

Pablo Casado ha regresado al nuevo curso político con barba, imitando al rey. Le hace un poco mayor. Enhorabuena por nombrar a Cayetana Álvarez de Toledo portavoz en la Cámara Baja. Se estrenó con nivel y clase en el debate del Open Arms frente a la vice Calvo. Eclipsó a Inés Arrimadas que también estrenaba responsabilidad en Ciudadanos.  

Cayetana Álvarez de Toledo Pablo Casado

La oferta popular de poner en marcha España Suma para no perder ni un voto en el Senado y en las provincias con cuatro o menos escaños al Congreso, no ha obtenido el plácet de Albert Rivera. “España suma pero la corrupción resta”, ha argumentado con frase de diseño en Onda Cero, tras un silencio veraniego en el que no ha renovado ni una idea. En política cuando no se avanza siempre se retrocede, señor Rivera.

Nos hubiera gustado que la oposición de centro y liberal hubieran presentado juntos (o por separado) iniciativas para que estos tiempos muertos entre las elecciones y la investidura no superaran los 30 días. Pasó lo mismo en 2016 y en el 17. Y seguimos en el mismo sitio. 

En resumen, en esta recta final hacia el 23S, preparémonos para soportar el sermón de progresismo socialista durante los próximos 65 días. Luego, una semana más de campaña… y volver a empezar. No acaban de asimilar que el bipartidismo ha terminado y que hay que inaugurar  un nuevo tiempo de pactos en la dirección correcta: la senda constitucional. 

Antonio Regalado dirige BAHÍA DE ITACA