En torno a la amenaza terrorista en el Sáhara sobre la comunidad española en los campamentos de Tinduf
Ante las recientes informaciones procedentes de los Ministerios de Asuntos Exteriores y del Ministerio de Defensa, acerca de la amenaza terrorista en el Sáhara, especialmente hacia la comunidad española desplazada a los campamentos de Tinduf, el Fórum Canario Saharaui quiere manifestar a través del presente comunicado lo siguiente:
1. Como es sabido, en los días precedentes se ha tenido conocimiento de la amenaza de un posible ataque yihadista en la zona próxima a los campamentos de Tinduf contra ciudadanos e intereses españoles en la zona, según fuentes cercanas al Ministerio de Asuntos Exteriores y al Ministerio de Defensa. La alarma suscitada por esta información ha sido divulgada por los medios de comunicación, escritos y audiovisuales, con gran profusión y urgencia.
En ese sentido, debemos recalcar que el propio Ministerio ha matizado que es una amenaza real, contrastada por los servicios de inteligencia que operan en la región en forma de ataques con vehículos explosivos, sin que deba descartarse posibles secuestros. Por ese motivo, al igual que dichos organismos, desaconsejamos taxativamente viajar a los campamentos saharauis de Tinduf, ante la inestabilidad que se vive en esa zona y otras colindantes como Mali, Mauritania, Níger o Burkina Faso, donde las difíciles condiciones sobre el terreno facilitan el continuo trasvase de elementos terroristas, debido a la permeabilidad de sus fronteras.
2. Dicha permeabilidad se hace extensible entre determinados elementos del Frente Polisario y estos grupos criminales que operan en la zona sahelosahariana, colaborando entre sí. Cuestión que hemos venido denunciando durante la última década en diferentes comunicados, ya desde la irrupción en su momento de AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islámico) hasta los hechos actuales. Asimismo, queremos hacer constar que en las diversas ocasiones que hemos participado en la IV Comisión de la Asamblea General de la ONU (Comité de descolonización), hemos denunciado repetidamente la situación de inestabilidad en la zona de Tinduf, en base a lo anteriormente expuesto.
No en vano, debemos recordar que este grupo terrorista ya tenía realizadas numerosas acciones en el espacio territorial de dicha zona, siendo los autores, entre otras, del secuestro de dos cooperantes españoles (Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons) y una italiana (Rosella Urru) en octubre de 2011 en los campamentos de Tinduf, por el grupo yihadista Mujao dirigido ya entonces por Adnan Abú Ualid al-Saharaui, asimismo el propio terrorista sobre el que recae el riesgo actual de amenaza bajo el nombre de Estado Islámico del Gran Sáhara (ISIS-GS). Dicho secuestro solo pudo ser posible gracias a la connivencia criminal de personas del interior de esos campamentos.
3. Por otra parte, debemos mostrar nuestro rechazo hacia la actitud irresponsable de los dirigentes del Frente Polisario, calificando el aviso de “sospechoso”, y vinculándolo con la visita a Madrid del ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita. Pero que omite deliberadamente la visita del Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a Argel para mantener una reunión bilateral urgente con el ministro del Interior de Argelia, Salah Eddine Dahmoune para tratar el asunto.
En ese sentido, entendemos que es irresponsable mirar hacia otro lado solo por una cuestión de estrategia o interés político, y aludir a las habituales y tan manidas conspiraciones a tres bandas entre Francia, Marruecos y España, solo por el mero hecho de ver dañada la imagen de los campamentos, a la sazón, razón de ser o existir del Polisario, y obviando deliberadamente la posibilidad real de que se produjese algún fatal desenlace en forma de ataque yihadista con posibilidad real de víctimas.
4. Igualmente, en un alarde de solidaridad mal entendida con el Polisario, y sin tener en cuenta esta advertencia, una amplia mayoría de los ciudadanos españoles que tenían previsto viajar en a los campamentos en estas fechas, han desafiado este aviso y han mantenido su plan de viaje a los campamentos, tal y como han informado diversos medios. Resulta obvio que, desde la dirección del Polisario, y en un ejercicio de doble moral, se habrán extremado las medidas de precaución a raíz de la llegada de este contingente de ciudadanos españoles a los campamentos en medio de una alerta terrorista que ellos mismos desmienten y ridiculizan. Podemos llegar a la conclusión entonces que, gracias al aviso por parte de las autoridades españolas, y no a la observación y vigilancia previa de los campamentos y alrededores por parte del Polisario y las autoridades argelinas, se ha podido abortar dicho ataque de trágicas consecuencias.
5. En esa misma línea debemos también denunciar a las autoridades del Polisario, que la pasada semana en Vitoria, en la celebración de su anual EUCOCO (Conferencia Europea de Apoyo y Solidaridad con el Pueblo Saharaui) y en vísperas de su crucial Congreso a celebrar este mes de diciembre, volvieron a las ya habituales amenazas de vuelta a las armas si no hay avances en la resolución del conflicto, avances por su puesto en el sentido que ellos demandan. Estas bravatas son recurrentes, y no son sino muestras del poco interés del Polisario en una solución alternativa, más real y posibilista al conflicto. Anteponiendo su bienestar en los órganos de poder de su cúpula más propia de una gerontocracia, poniendo en situación de riesgo a una población joven ya de por si desencantada con la gestión de sus líderes y que, en una situación de conflicto bélico podría resultar gravemente diezmada.
Un grupo, el Polisario, en plena descomposición, que reprime la disidencia interna como es bien sabido al calor de las últimas noticias, como el reciente “caso de los blogueros” pertenecientes a ISC (Iniciativa Saharaui para el Cambio), que igualmente no deja participar a esta y otra asociaciones tanto en la mencionada EUCOCO (con escraches incluidos a estos) como en el próximo Congreso del Polisario, y que presume de democracia interna y otras muchas virtudes de cara al exterior mientras descuida el 'patio trasero' de su casa en forma de posibles ataques terroristas en los campamentos.