¿Es un farol o la verdad?

kamal kharazi

Kamal Kharazi, jefe del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores de la República Islámica y asesor del Líder Supremo de Irán, Alí Jamenei, declaró el domingo (17 de julio) a la cadena qatarí Al-Jazeera que Irán tiene la capacidad técnica para fabricar una bomba nuclear, pero no tiene intención de hacerlo. Añadió en una entrevista: "Dentro de unos días, habremos aumentado el nivel de enriquecimiento de uranio del 20 al 60%, y se puede aumentar fácilmente al 90%".

En otras entrevistas, Mohammad Javad Larijani, exsecretario de Derechos Humanos del Poder Judicial, dijo que durante el viaje del presidente Joe Biden a Israel, se comprometieron a impedir que Irán adquiriera un arma nuclear. Señaló que, debido a una fatwa emitida por Jamenei, Irán tiene "prohibido obtener armas de destrucción masiva", incluida una bomba nuclear. Pero Larijani añadió: "Si alguna vez queremos hacerlo, nadie podrá detenernos, por supuesto".

¿Es un farol o un hecho?

No hay duda de que el régimen iraní, desde 2002, cuando la oposición del Consejo Nacional de Resistencia de Irán reveló que el régimen estaba tratando de construir una bomba atómica, ha estado persiguiendo constantemente este sueño, vinculando las armas nucleares a su supervivencia. Por esta razón, el régimen nunca ha anunciado un emplazamiento nuclear, y sus emplazamientos sólo han sido revelados por la oposición iraní u otras fuentes.

Entre 2003 y 2020, la principal fuerza de la oposición iraní, los Muyahidines del Pueblo (PMOI), utilizaron sus redes en el interior del país para revelar los lugares donde se iba a diseñar y construir una bomba. El régimen iraní aún no ha permitido que la agencia de vigilancia de la ONU tenga acceso a estos lugares.

Del mismo modo, entre 1992 y 2017, la PMOI reveló sitios donde el régimen iraní quiere construir un portador de bombas nucleares.

Aunque estas revelaciones -seguidas por la Resolución 2322 de la ONU-, han provocado en ocasiones la detención o ralentización del programa nuclear iraní, el régimen iraní nunca ha detenido el programa nuclear. Por el contrario, lo ha continuado a pesar de que, según los periódicos del régimen, el programa nuclear ha causado más de 32.000 millones de dólares en daños a la economía iraní.

El nombramiento de Ebrahim Raisi es una señal del fin

El Líder Supremo iraní nombró a Ebrahim Raisi para la presidencia a un alto precio porque, según la ONU y Amnistía Internacional, Raisi estuvo involucrado en la masacre de presos políticos en 1988. Por otra parte, Jamenei destituyó a su asesor más cercano, Larijani, antiguo presidente del Parlamento, ya que quería poner a la persona más obediente en la presidencia para tener vía libre para construir bombas atómicas y drones, y desarrollar misiles para ejercer influencia regional y reprimir las revueltas internas. El retraso de las negociaciones nucleares hasta ahora, con diversos pretextos, sólo ha servido para lograr un estallido nuclear que permita extraer más dinero del rescate de Europa. Aunque, en contra de sus pretensiones, todavía no ha alcanzado todo su potencial.

Toma de rehenes, extorsión para la supervivencia del régimen

La toma de rehenes ha sido un fenómeno desde la aparición de este régimen. Mohammad Ali Jafari, el anterior comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, en su discurso del 4 de noviembre de 2019, admitió claramente que la toma de rehenes de los diplomáticos en la Embajada de Estados Unidos en Teherán estaba completamente planificada. También afirmó que, sin estos rehenes, el régimen habría colapsado en los primeros 10 años.

En el mismo discurso, afirmó que "sólo unos pocos de nuestros líderes revolucionarios, incluido el Líder Supremo [Jamenei], estaban muy de acuerdo con este movimiento revolucionario". Y añadió que "si no hubiera habido la toma de rehenes, nuestra revolución no habría durado 40 años, y la obra de la revolución se habría completado en la primera década de la revolución".

En esta situación, el Gobierno belga ha presentado un proyecto de ley al Parlamento belga para devolver a la teocracia iraní al diplomático terrorista iraní, condenado a 20 años de prisión por el tribunal belga. Aparentemente, esto tiene un propósito humanitario para liberar a otros ciudadanos extranjeros encarcelados en Irán. Se trata de un juego muy sucio pero rentable para los mulás. Es ingenuo pensar que, si se alimenta a un cocodrilo, éste no buscará otras presas.

El régimen iraní se enfrenta ahora a una situación explosiva en Irán. La represión absoluta, especialmente de las mujeres bajo el título de "mal" hiyab y de los artistas y escritores, no cesa. El régimen está atrapado en un callejón sin salida, como en una trampa.

Si acepta el acuerdo nuclear conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), podría permitir que el dinero fluyera libremente en una sociedad en la que el 80% de la gente está por debajo del umbral de la pobreza, pero el propio Jamenei dice que el primer revés llevará al último. No ha olvidado la experiencia del JCPOA de 2015, que, a pesar de la venta de abundante petróleo, provocó dos levantamientos en 2018 y 2019 que pretendían derrocar al régimen. Y si no, el famélico Ejército ya se ha movido.

Las unidades de resistencia que se están desarrollando en todo Irán están listas para dirigir la explosión resultante hacia los cambios democráticos. El régimen iraní está recibiendo los últimos rayos de su puesta de sol en el cielo iraní.

Por ello, miles de personalidades políticas se reúnen en un gran encuentro anual de la resistencia iraní los días 23 y 24 de julio para expresar su apoyo a un Irán democrático y a la separación de la religión y el Estado o la igualdad de género.

La dirección correcta de la historia es estar con el pueblo iraní y no con un dictador religioso.

Artículo publicado en Brussels Morning Newspaper

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