Opinión

España-Argelia algo más que el gas

Anwar Zibaoui

Argelia vive momentos históricos con una situación que empieza a alarmar a la Unión Europea y en especial a España. Argelia es el octavo mayor productor de gas del mundo y el tercer proveedor de la UE, que absorbe el 70% de su gas. En España casi la mitad del gas consumido proviene de Argelia a través de dos gasoductos: el Duran-Farell, con 12.000 millones anuales de metros cúbicos de capacidad, y el MEDGAZ, de Orán a Almería, con 8.000 millones anuales de capacidad. 

La alianza entre la empresa estatal de hidrocarburos de Argelia, Sonatrach, y Naturgy abrió nuevos horizontes a ambos grupos, y reforzó las relaciones bilaterales, lo que permitiría a Argelia consolidarse como un importante socio de España.

Si se completara el gasoducto MIDCAT, a través de los Pirineos, España podría suministrar el gas argelino a la UE, con numerosos beneficios y Argelia mejoraría su posicionamiento en el mercado mundial del gas. Para 2030, la UE necesitará incrementar los metros cúbicos anuales de gas importados. Hoy, un tercio del gas natural consumido procede de Rusia, y transita por la red ucraniana de gasoductos, lo que generó preocupación tras las crisis de Ucrania en 2013.

Con el carismático empresario Pere Duran i Farell empezó todo, al descubrir las posibilidades de Argelia cuando pocos apostaban por este país. El ingeniero catalán desarrolló numerosos proyectos y gracias a su visión, se materializó el primer gasoducto entre España y Argelia.

Además del gas, unas 300 empresas españolas se han instalado en Argelia en los últimos años. Muchas son multinacionales de sectores como la construcción y la obra pública. Las relaciones bilaterales son estratégicas por su proximidad geográfica, los intereses, comunes, por presentar elementos de complementariedad pero sin gran competencia. 

El gas y el petróleo representan el 60% de los ingresos y el 96% de las exportaciones. Los ingresos de los hidrocarburos ascendieron a 980.000 millones de dólares en el periodo 2000-2017. Pero las importaciones e inversiones fueron de 800.000 millones de dólares, por lo que es preciso contener la sangría y aplicar más rigor y reformas financieras. 

El tiempo apremia para una población con un futuro incierto que ha alcanzado los 42 millones de personas (un 65% tiene menos de 25 años) y aspira hoy al progreso económico. Argelia cuenta con todos los recursos humanos y materiales para hacer su revolución económica y situarse entre las economías emergentes, pero debe responder a los anhelos de su gente. Europa y España pueden ayudar a pavimentar este camino.