Fiebre, mucha fiebre, respirar

Coronavirus

Si analizamos con cierto detenimiento las bases esenciales de este coronavirus que está sacudiendo los cimientos del mundo entero, podemos concluir que son cuestiones básicas para la salud del ser humano. Algo tan elemental para afectar el bienestar de las personas como es la fiebre con unos cambios de temperatura que no permiten tener una situación mínimamente estable durante periodos de tiempo que van bastante más allá de lo habitual. Subidas y bajadas de fiebre, con dolores musculares durante tres, cuatro, cinco o seis semanas, y ya veremos si no se toma algo más de tiempo. Y el remate de la ecuación que convierte al COVID-19 en un agente mortífero es la rapidez de su contagio y su afección a la respiración. Respirar, vital para el ser humano, el coronavirus lo convierte en las personas de más edad y con algunas patologías en su sentencia de muerte.

Desde el principio de la crisis, se ha manejado la teoría conspiranoica. Incluso, el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, acusó a Estados Unidos de ser los responsables de la creación de este maldito bicho y su estratégica propagación por el mundo. Washington rechazó las acusaciones chinas, pero entre los analistas seguimos buscando el origen del virus y a quién puede beneficiar este cataclismo internacional.

Miles y miles de millones de dólares y euros perdidos en las Bolsas, eso significa grandes empresas descapitalizadas que van a necesitar una ayuda muy considerable para lograr el rebote que se espera, que se desea cuando la propagación del virus se haya controlado. Más allá de todas las consideraciones posibles que nos puedan llevar a intuir a algún responsable de semejante desaguisado la profunda crisis del COVID-19 cuestiona a todos los niveles las pautas de organización y comportamiento en los diferentes países del mundo. El doctor Fernando Simón, responsable en España de la lucha epidemiológica, lo contó con toda naturalidad al principio de la crisis: China ha hecho lo que había que hacer, encerrar a millones de personas y en apenas dos meses ha controlado la situación. Pero claro, apostilló, eso lo puede hacer China porque es una dictadura. Qué razón tenía Simón porque la adopción de medidas en España ha llegado mal y tarde.

Y con algunos pretendiendo que sus intereses personales y políticos prevalezcan por encima de las decisiones que hay que tomar para salvar vidas, que es de lo que se trata. El señor Torra haciendo el ridículo espantoso, una vez más, qué cansino, y el señor Iglesias, que presiona al presidente del Gobierno para que le haya otorgado un sitio en el cuadro de mando de la crisis. Y todo para atacar al Rey y saltarse su cuarentena al considerarse imprescindible. Patético.
 

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