Opinión

Fumata blanca para la Agencia Espacial Española 22 meses después de su anuncio

Casi dos años más tarde de salir a flote, exactamente 22 meses después de que el entonces director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Iván Redondo, anticipase por sorpresa la creación de la Agencia Espacial Española, el Consejo de Ministros celebrado el martes, 7 de marzo, ha aprobado el Estatuto que debe regir la vida y hacienda de la citada Agencia, prolegómeno final de su alumbramiento oficial.

El refranero español dice que “más vale tarde que nunca” y hay que saludar con gran satisfacción un nacimiento que viene pasado de fecha porque, como expresa el segundo párrafo del Real Decreto que aprueba el Estatuto, “la creación de la Agencia Espacial Española es un proyecto ampliamente demandado en los últimos años por todo el sector espacial español”. 

Pero el nacimiento oficial y entrada en funcionamiento de la Agencia Espacial Española todavía se va a hacer esperar, ya que “se producirá con la celebración de la sesión constitutiva de su Consejo Rector, que tendrá lugar en el plazo máximo de tres meses desde la entrada en vigor de este Real Decreto”, que será el 9 de marzo, un día después de su publicación en el BOE.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros compareció toda exultante la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, que repitió hasta la saciedad lo “estratégico”, “clave”, “prioritario” e “imprescindible” que es el sector espacial para “ayudar y proteger a la sociedad española”, y cuya todavía non nata Agencia Espacial califica de “proyecto de país”. Otro más.

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Un anuncio que dejó atónitos a diputados y senadores

Un proyecto de país que, por citar un ejemplo cercano, nace cuatro años después de que el Gobierno de Portugal del primer ministro Antonio Costa constituyera el 12 de marzo de 2019 su agencia espacial, disponga de una Ley del Espacio, y esté levantando en las Azores una base para el despegue de micro lanzadores. De Francia, nuestro vecino del norte, solo citar que su agencia espacial (CNES) data de 1961, para cuyos sucesivos Gobiernos sí que tiene relevancia estratégica de verdad y no de chau-chau, lo que demuestra París con los millonarios presupuestos que le asigna al CNES.

Diana Morant, que sustituyó como ministra a Pedro Duque en julio de 2021, sacó pecho de cumplir “en un tiempo record” con la instauración de la Agencia. Recordó que la Ley de la Ciencia, que se aprobó en septiembre, otorgaba un año para su formalización. Desde su punto de vista, el Gobierno “se ha adelantado seis meses a ese compromiso”, asegura. El que no se consuela es porque no quiere. Pero son casi dos años desde que Iván Redondo destapara el asunto.

Muchos diputados y senadores de la Comisión Mixta de Seguridad Nacional me han confesado que el anunció de Iván Redondo del 27 de mayo de 2021 les dejó “atónitos” por lo inesperado de sus palabras. Hoy, ya han transcurrido 22 meses en que los que el Gobierno del presidente Pedro Sánchez ha desarrollado toda una letanía de pasos previos para justificar lo evidente: la necesidad de una institución que dirija, coordine y fije una coherencia nacional a las diferentes competencias en el ámbito espacial repartidas entre alrededor de una docena de ministerios e instituciones públicas y una agencia espacial autonómica, la de Cataluña, nacida en 2020.

La creación de la Agencia española se introdujo primero en la Estrategia de Seguridad Nacional de diciembre de 2021 como la línea de actuación número 19, “para dirigir el esfuerzo en materia espacial, coordinar de forma eficiente los distintos departamentos nacionales con responsabilidades en el sector espacial y unificar la colaboración y coordinación internacional”.

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Con calzador en la Ley de Ciencia

Finalmente, su constitución con carácter de agencia estatal se incluyó con calzador y a machamartillo en la disposición adicional tercera de la nueva Ley de la Ciencia. Además, se decidió su adscripción a dos ministerios, al de Defensa que dirige Margarita Robles y, por supuesto, al de Ciencia e Innovación que encabeza la siempre sonriente Diana Morant,

Para el que será su primer año de vida, 2023, la Agencia contará con un presupuesto  “inicial de más de 700 millones”, ha recalcado la ministra Morant, y con un equipo humano “de 75 personas, que ya están trabajando en los distintos ministerios con un perfil de altísima cualificación y profesionalización”. Sin embargo, ninguno de los posibles candidatos ha sido informado de las condiciones para su traslado a Sevilla, la sede que con el calificativo de “principal” decidió el Gobierno Sanchez de manera manu militari edulcorada 

El Estatuto de la Agencia Espacial Española, que en su articulado expresa que sus siglas son AEE, es largo y prolijo en detalles. Define que la Presidencia será asumida por la titular del Ministerio de Ciencia e Innovación, que lidera un Consejo Rector integrado por representantes de diferentes ministerios. Así es que Diana Morant, salvo sorpresas, será la primera presidenta de la AEE.

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Pero el responsable de la Agencia será un director ejecutivo, al que le corresponde “la dirección, coordinación y gestión de la Agencia”. Hasta tanto se proceda a su nombramiento, tal cometido lo ejerce de forma transitoria el actual comisionado para el PERTE Aeroespacial, Miguel Belló, de reconocido prestigio en el sector.

El director ejecutivo de la AEE ejercerá su mandato de cinco años sobre una estructura formada por una Secretaría General y las Direcciones de Seguridad y Planificación; Programas e Industria; Ciencia, Tecnología e Innovación; y Usuarios, Servicios y Aplicaciones, a la que se suma la Oficina de Espacio y Sociedad para funciones de comunicación pública. Continuará.