Opinión

Geopolítica activa en año bisiesto

photo_camera Trump y Kim

Este nuevo año bisiesto ha arrancado de forma temprana con el anuncio del líder norcoreano, Kim Jong-un, de dejar a un lado su compromiso “verbal” con  Donald Trump de aparcar por unos meses sus pruebas con misiles nucleares ante la falta real de un  documento que dé por concluidas las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y por la ONU en respuesta a su capacidad nuclear.

El martes 3 de noviembre de 2020 habrá elecciones presidenciales y Trump busca la reelección aunque primero deberá salvar el proceso de impeachment; con varios frentes internos, el inquilino de la Casa Blanca muy seguramente recrudecerá su posicionamiento y sus discursos contra Corea del Norte… y por supuesto versus  Irán, nación a la que acusa de organizar una algarada callejera contra la embajada norteamericana en Bagdad, y  que logró ingresar en una parte del recinto diplomático. 

Recordemos que, en 2012, murió en Libia el embajador Chris Stevens, en un asalto al consulado en Bengasi; y en el más reciente conato en Bagdad, Trump encolerizado acusó al régimen iraní de estar detrás.

Lo esté o no lo esté (ahora es tarde para saberlo), un ataque con drones efectuado por el Pentágono contra el general iraní Qasem Soleimani -mientras arribaba al aeropuerto de Irak desplazado desde Siria- no ha hecho más  que echarle más leña al fuego entre Estados Unidos e Irán. El nuevo año está en pañales y ya hay amagos de más conflictos militares.

Se presiente que los próximos doce meses no serán sencillos en el renglón de la geopolítica con Irán abandonando el Acuerdo Nuclear y confrontada abiertamente con la Unión Americana; Irak expulsando a la presencia militar estadounidense que le ayudaba a luchar contra el ISIS; Turquía enviando tropas a Libia mientras Yemen continúa desangrándose también atrapada por una red de  intereses militares de diversos países; y Siria, sin lograr la pacificación entera, con territorios como Idlib disputados por fuerzas turcas, iraníes, norteamericanas, israelitas y rusas. 

Por si faltara algo más, este año, la OTAN ha decidido no reunirse y darse a cambio “un tiempo de reflexión” para evitar mayores roces entre los países aliados en específico con Trump y su forma agresiva de llevar las relaciones exteriores.

Si 2018 ha traído la vuelta al rearme, en 2020 arreciará la carrera armamentista: Corea del Norte ha prometido presentar una  nueva arma estratégica y ultra moderna así como retomar sus ensayos nucleares;  y desde Rusia, avanzan con  convertirse en líderes en armamento  y tecnología hipersónicas.

A su vez, China camina a pasos agigantados en su supremacía armamentista contando con 16 misiles balísticos intercontinentales DF-41 con un  alcance aproximado de 15 mil kilómetros, por lo que tienen capacidad plena para llegar hasta el corazón de Estados Unidos y  posee misiles hipersónicos DF-17, espías supersónicos WZ-8, drones submarinos como el HSU-001 y misiles balísticos subacuáticos JL-2.

Si el terreno es árido en la competencia de mejorar la capacidad nuclear y de armamento moderno, el espacio está puesto en la mira de Rusia, Estados Unidos, China, Israel, India y también de la UE con proyectos en la Luna pero también mucho más allá.

En 2020, el protagonismo será para Marte con cuatro diversas misiones a fin de recoger muestras, recabar información y realizar sendos experimentos: la NASA lanzará Mars 2020; la agencia espacial China su misión Huoxing 1 (Hx 1) con un “orbitador y un vehículo”; por su parte, Emiratos Árabes Unidos  enviará Hope Mars Mission y la Agencia Espacial Europea, junto con Rusia, mandarán su rover Rosalind Franklin.

A colación

En cuanto a los foros mundiales y el papel de los organismos internacionales, este año la Organización Mundial del Comercio (OMC) cumplirá 25 años de existencia y no lo hará precisamente en el mejor momento dado que las grandes economías globales están de acuerdo en reformarla de pies a cabeza.

El próximo G7 se llevará a cabo en Florida, permanece la interrogante de si Rusia, con el mandatario Vladimir Putin, logrará ser readmitida de nueva cuenta en dicho cónclave tras permanecer en la congeladora por su anexión de Crimea.

Por lo pronto, al próximo Foro Económico Mundial en Davos, Suiza no asistirá la delegación británica por petición expresa del primer ministro Boris Johnson que tampoco acudirá “para no tomar champagne” con los más ricos del mundo. Tampoco acudirá Trump.

Hay una ligera esperanza de que los próximos días y meses venideros permitan que el panorama económico mundial mejore, si bien la geopolítica  permanecerá  llena de roces, atenazada por el fantasma del terrorismo y la inestabilidad en varios países con una clase media bastante enfadada hacia sus respectivos gobiernos. 

Habrá que mirar con fe el nuevo inmediato horizonte, máxime en naciones en las que el tema político y social interno están ardientes, este año el presidente de Francia, Emmanuel Macron, podría terminar adelantando elecciones generales si la calle al final le gana la batalla con su quimera de la reforma del sistema de pensiones que va paralizando a  la nación gala revuelta contra la idea de Macron, de elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años, y crear un único sistema de cotización. Él está empecinado y la calle lo odia… veremos este año quién finalmente gana ese pulso. 

Por último, están las vulnerabilidades sociales y políticas en Venezuela, Irán, Irak, Siria, Libia, Yemen, Ecuador, Colombia, Chile, Argentina, Hong Kong, Bolivia; vamos que el caldero de la geopolítica está que echa chispas en un año bisiesto bastante bronco.