Geopolítica en el Mediterráneo oriental
En geopolítica, resulta muy útil realizar un breve contexto tanto histórico como incluso cartográfico de los Estados involucrados en el conflicto porque sienta las bases para una mejor comprensión posterior. Cuando las naciones concernientes son Grecia y Turquía, este doble contexto del que hablamos se antoja tan fundamental como necesario. La relación entre griegos y turcos ha pasado por diferentes altibajos desde que Grecia fuera de las primeras naciones en independizarse del Imperio Otomano, tras una larga guerra que se extendió diez años en el tiempo.
Otro episodio de gran relevancia acaecido entre ambas naciones tuvo como protagonista a la isla de Chipre. En 1974, los turcos invadieron el norte de la isla del mar Egeo, quedando desde entonces dividida en dos: una zona grecochipriota – y perteneciente a la Unión Europea- y otra turcochipriota – únicamente reconocida por Turquía-. Un punto positivo en su relación lo encontramos cuando más de dos décadas después, dos seísmos de gran magnitud sacudieron en primer lugar a Turquía y apenas unas semanas después a Grecia, provocando una ola de solidaridad, primero griega con Turquía y posteriormente turca con Grecia.
Parecía que se abría un horizonte nuevo en las relaciones entre ambos países, hasta el punto de que, inaugurando la segunda década del siglo XX, se creó el Consejo de Alto Nivel en Cooperación Estratégica, que trajo consigo la firma de diferentes tratados en materia de turismo, energía o transporte1.
Sin embargo, el mar Egeo es una zona de gran valor tanto para Grecia y sus más de 3.000 islas como para Turquía, que tiene en esta zona una salida a mar abierto. De ahí, las reticencias turcas a permitir que Grecia haga efectiva la cláusula del artículo 3 de la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, que dice así: “Todo Estado tiene derecho a establecer la anchura de su mar territorial hasta un límite que no exceda de 12 millas marinas medidas a partir de líneas de base determinadas de conformidad con esta Convención”. Actualmente, Grecia marca el límite en las 6 millas náuticas, por lo que si lograra cumplir este punto supondría que Turquía dependiera de ellos para salir a mar abierto, algo que en Ankara no están dispuestos a permitir.
Dejando a un lado el contexto, Grecia y Turquía llevan algo más de un año en una escalada de tensión, que ha llegado incluso a amenazar con un conflicto en la región, por un yacimiento de hidrocarburos en el norte de la isla de Chipre.
Todo comienza cuando en mayo de 2019, Turquía realiza unas perforaciones exploratorias, que según su punto de vista eran legales, en el norte de la isla. Unos meses después, en julio, la Unión Europea sanciona al Gobierno de Ankara y muestra su total apoyo a Grecia y Chipre, como era previsible al tratarse de dos Estados miembros de la Unión2. Sin embargo, esto no hace que Turquía frene sus aspiraciones, pues despliega más buques perforadores, ejerciendo “su derecho sobre aguas turcochipriotas”, según el ministro de Asuntos Exteriores turco3. La tensión alcanza su pico máximo cuando en agosto de ese mismo año, ambas flotas realizan ejercicios de combate entre las islas de Creta y Chipre.
En este punto, es importante subrayar que las flotas de Turquía y Grecia se encuentran entre las 25 más potentes de una lista de 138 países, la número 20 y 23 respectivamente4.
Un año después, Turquía amplía las perforaciones y se produce un acontecimiento importante en esta escalada de tensión: Francia entra en juego y muestra apoyo militar a Grecia. Lo anuncia su presidente, Emmanuel Macron, en su cuenta de Twitter: “He decidido reforzar temporalmente la presencia militar francesa en el Mediterráneo oriental en los próximos días en cooperación con los socios europeos, incluida Grecia”5. Desde agosto, ha habido intentos de acuerdo, pero, por ahora, ninguno ha sido ratificado.
Este conflicto demuestra lo fundamental que resulta el Mediterráneo oriental para los países de la zona como incluso para Francia, que guarda elevados intereses geopolíticos en el mismo. Por tanto, en este episodio tenemos como protagonistas directos a Grecia y Turquía, a los que se suma Francia. Los tres países tienen en común ser miembros de la Alianza Atlántica y una pregunta que sobrevuela la cabeza de muchos es qué implicaciones puede tener la OTAN en este asunto.
El coronel Sánchez Tapia asegura que el caos puede llegar a la organización en el momento que alguna compañía petrolífera de Estados Unidos se vea involucrada en algún acontecimiento, mientras tanto, considera que seguirán produciéndose conflictos aislados, pero sin un enfrentamiento a gran escala6.
A la tensión existente en el seno de la OTAN por el hecho de que tres de sus miembros se encuentren en estado de alerta, hay que sumarle los vínculos cada vez más estrechos de Turquía con Rusia, que puede desestabilizar la organización y las declaraciones vertidas en la revista The Economist por el presidente de la República de Francia, donde aseguraba que “la OTAN se encuentra en estado de muerte cerebral”7.
Por otro lado, la Unión Europea es otro actor internacional que tiene mucho que decir en este conflicto, dado que todos los Estados involucrados guardan relación con ella: tres son Estados miembros y otro -Turquía- se encuentra en periodo de adhesión. Ya hemos comentado como la Unión se ha puesto de lado de sus EM y ha mostrado un apoyo total a Grecia y Chipre.
No obstante, la necesidad de unanimidad para tomar decisiones en materia de política exterior está provocando problemas en el seno de la UE. Chipre vetó sanciones comunitarias a Bielorrusia no porque las creyera innecesarias, sino porque consideraba que la Unión no había sido lo suficientemente contundente en sus sanciones contra Turquía8.
Así, vemos cómo el conflicto en el Mediterráneo oriental es un buen ejemplo de acontecimiento geopolítico con dos actores principales -Grecia y Turquía-, otros que buscan su espacio -Francia- y dos organizaciones internacionales que han sido garante de paz y seguridad desde hace décadas – Unión Europea y Alianza Atlántica-. Todo parece indicar que la solución pasa por el diálogo entre Turquía y Grecia, algo a lo que Alemania ya se ha mostrado a favor, incluso para ejercer un papel de mediador en el mismo9.
Rafael Marente Tovar, investigador en el Real Instituto Universitario de Estudios Europeos
Bibliografía y citas:
1 Ibid 1
2 CONSEJO EUROPEO (en línea). Actividades de perforación de Turquía en el Mediterráneo Oriental: el Consejo adopta unas conclusiones. Comunicado de prensa. Disponible aquí: https://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2019/07/15/turkish-drilling-activities-in-the-eastern-mediterranean-council-adopts-conclusions/
3 EURONEWS (en línea). Grecia y Turquía: ¿por qué se disputan un yacimiento de petróleo y gas en el Mediterráneo?.
4 GLOBAL FIRE POWER (en línea). Navy fleet strenghts (2020). Disponible aquí: https://www.globalfirepower.com/navy-ships.asp
5 Cuenta de Twitter de Emmanuel Macron: https://twitter.com/EmmanuelMacron/status/1293639396026089472
6 SÁNCHEZ TAPIA, F. (2019). Geopolítica del gas y militarización del Mediterráneo Oriental. Documento de Análisis IEEE 05/2019. Disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2019/DIEEEA05_2019FELIPE-Mediterraneo.pdf
7 THE ECONOMIST (2019). Emmanuel Macron warns Europe:: NATO is becoming brain-dead”. Disponible en: https://www.economist.com/europe/2019/11/07/emmanuel-macron-warns-europe-nato-is-becoming-brain-dead
8 LÁZARO, A. (2020). Chipre bloquea las sanciones contra Bielorrusia y exige medidas similares contra Turquía. Euronews (en línea). Disponible aquí: https://es.euronews.com/2020/09/21/chipre-bloquea-las-sanciones-contra-bielorrusia-y-exige-medidas-similares-contra-turquia
9 SÁNCHEZ, R. (2020). Los ministros de Exteriores turco y griego se reúnen para rebajar la tensión en el Mediterráneo Oriental. ABC Internacional (en línea). Disponible en: https://www.abc.es/internacional/abci-ministros-exteriores-turco-y-griego-reunen-para-rebajar-tension-mediterraneo-oriental-202010081246_noticia.html