Opinión

Guía para entender la sucesión en el FMI

Víctor Arribas

Pie de foto: El FMI siempre ha tenido al frente dirigentes europeos, once en total, y en contraprestación el Banco Mundial siempre ha sido dirigido por americanos. REUTERS/JOHANNES P. CHRISTO

Con 75 años de vigencia a sus espaldas, el International Monetary Fund (IMF, en sus siglas en inglés y FMI para nosotros) vive vientos de mudanza y cambio tras anunciarse la marcha de Christine Lagarde. Es necesario cubrir el puesto más importante de la sede que ocupa el número 700 de la calle 19ª en el Distrito Federal, a escasas dos manzanas de la Casa Blanca. Por allí moraron durante algunos años Rodrigo Rato o Dominique Strauss Kahn, aunque parece que el prestigio de la institución ha logrado salvar esos baches con la gestión de la parisina.

El FMI siempre ha tenido al frente dirigentes europeos, once en total, y en contraprestación al Banco Mundial que siempre ha sido dirigido por americanos. Reino Unido anda coqueteando con la idea de que el próximo director gerente deje de ser europeo, para que su titularidad la ocupe una persona de países emergentes. Y ahí es donde saltan las reticencias de Estados Unidos, que prefiere mantener la regla no escrita antes que entregar este organismo a un candidato de un país más inexperto en estas lides.

Los plazos para que el nuevo director o directora esté ya trabajando en Washington no es inflexible, y depende sobre todo de la apuesta que haga la Unión Europea con todos los juegos de equilibrios que en ella se producen para cualquier decisión. En la votación que será definitiva, a la que se suele llegar con acuerdos ya alcanzados, Estados Unidos tiene el 16,52% de los votos y Japón el 6,15%. El número de votos más elevado corresponde a la UE, cuyos países juntos o por separado aportan el 28,75% de los votos decisivos.

Jeroen Dijsselbloem (Eindhoven, Países Bajos. 1966)

Es uno de los favoritos y tiene la experiencia de muchos años en las instituciones comunitarias. Fue presidente del Eurogrupo entre 2013 y 2018. Criado familiar y educativamente a orillas del Rin, es ingeniero agrícola por la Universidad de Wageningen, especializada en seguridad alimentaria y en técnicas para el sector agrícola, en lo que Jeroen es un especialista. Ocupó también la cartera de ministro de Finanzas holandés y actualmente es el máximo responsable del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Así pues, se trata de un holandés del gusto de Angela Merkel, defensor de las políticas de estabilidad y de la lucha contra el déficit.

La candidatura de Dijsselbloem cobra fuerza por la regla no escrita en las instituciones mundiales, y europeas por supuesto, de dar presencia a los países pequeños para equilibrar los poderes multinacionales. Ha sido muy criticado en los países del sur de Europa, a los que llegó a tirar la ortodoxia económica a la cabeza con su frase de que se gastan el dinero en mujeres y alcohol y luego otros pagan la fiesta. La oposición a su nombramiento puede venir precisamente por ahí, de los países demasiado acostumbrados a disparar el gasto público que podrían ver en él una barrera para tener financiación fácil del Fondo. Aunque el punto positivo es el apoyo que, por estos mismos motivos, obtendrá de Alemania para sentarse en el despacho que ha ocupado también un compatriota suyo, Johannes Witteveen, entre los años 1973 y 1978.

Pie de foto: Jeroen Dijsselbloem (Eindhoven, Países Bajos. 1966). AP PHOTO/OLIVIER MATTHYS

Olli Rehn (Mikkeli, Finlandia. 1962)

Otro defensor de la austeridad en la época de mayor crisis económica en Europa. Fue el todopoderoso comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de 2010 a 2014, puesto al que llegó antes de ser ministro del área económica en su país y antes también de convertirse en el gobernador del Banco de Finlandia. Su formación académica en las universidades de Helsinki y Oxford se orientó más hacia las humanidades, filosofía, ciencias políticas, periodismo y relaciones internacionales.

Siempre fue un defensor de la mano dura en economía, y nada hace pensar que haya dejado de serlo. Por tanto, si es elegido los gobiernos de todo el mundo ya saben por donde van a ir los tiros de todo lo que tenga que ver con sus finanzas. Los países PIGS le conocen bien porque fue un látigo en la búsqueda de soluciones a la crisis financiera, y España bien lo sabe porque necesitó un rescate de una parte de su sistema bancario, aunque dos años antes, en mayo de 2010, Rehn había logrado, entre otros, que el presidente español Zapatero abandonara su fantasía y bajara a la tierra ordenando las medidas que debía tomar para salvar el desbarajuste de la política económica española.

Parece un tanto outsider, y los analistas le dan pocas opciones para ser el director gerente del FMI.

Pie de foto: Olli Rehn (Mikkeli, Finlandia. 1962). REUTERS/INTS KALNINS

Mário Centeno (Olhao, Portugal, 1966)

Es presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas de Portugal. Estudió en la Universidad de Lisboa y es doctor por Harvard, especialista en matemáticas y en economía.

Centeno podría ser la candidatura antagonista a las dos anteriores. Como miembro de un gobierno portugués de centro izquierda, en el que la extrema izquierda tiene voz y voto, su defensa de las políticas de gasto social se sitúa en las antípodas de Rehn y Dijsselbloem. Pero lo cierto es que ha logrado revertir la situación desfavorable de la economía portuguesa gracias a una reducción del déficit tal y como exigían las instituciones comunitarias, lo cual le da un crédito importante de cara al nombramiento.

Pie de foto: Mário Centeno (Olhao, Portugal, 1966)

Nadia Calviño (La Coruña, España. 1968)

Esta economista española ha pasado al primer plano como la posible sustituta de Lagarde al frente del FMI. Su alma máter está en las universidades Complutense y UNED, donde se ha licenciado en Económicas y Derecho. Es una de las personas de nuestro país que mejor conoce Bruselas, por lo que está bien relacionada en los pasillos de la UE para lograr ser su candidata al puesto. La cuota femenina en las instituciones financieras mundiales puede beneficiarle, y también ese nuevo rumbo socialdemócrata, en el que se inscribe igualmente Centeno.

En contra pesa la escasa experiencia política de Calviño, solo un año en el Gobierno español y casi todo es tiempo en funciones o sin poder sacar adelante disposiciones importantes ni siquiera unos presupuestos. Y algunos de los proyectos que el gobierno español, aún por conformar, tiene en su cartera como la Tasa Google que provocará, si no es desistida de inmediato, la oposición frontal de Trump a que ella sea la directora del FMI. Lo cual haría casi imposible su designación.

Pie de foto: Nadia Calviño (La Coruña, España. 1968). REUTERS/FRANCOIS LENOIR

El pelotón de cola

Otros nombres suenan con menos fuerza. Como el británico Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra ha trabajado también al otro lado del Atlántico, en Canadá, pero ha dejado de estar apoyado por los resortes comunitarios que son imprescindibles en esta carrera. Hay candidatos del Este como la búlgara Kristalina Georgieva, hoy directora general del Banco Mundial, pero con mínimas opciones que pasarían solo por la cuota femenina y que Nadia Calviño se estrelle contra sus detractores. El mexicano Agustín Carstens, fue derrotado en esa misma carrera en 2011, y el ministro principal de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, serían las opciones más exóticas que cuentan con muy pocas opciones... aunque puede haber sorpresas en la elección y giros en la posición de cada uno de ellos.