Opinión

Iberoamérica llama a liberalizar patentes antiCOVID

photo_camera Cumbre Iberoamericana

A lo largo de toda la XXVII Cumbre Iberoamericana, del pasado 21 de abril, se repitió el mismo mantra: sin las vacunas puestas en toda la población mundial o al menos en el 70%, no será posible una recuperación económica sostenible porque el SARS-CoV-2 no tiene fronteras y la pandemia tampoco conoce de riquezas o de pobrezas ni de ideologías o credos. 

La inquietud de los diversos líderes de los 22 países que conforman el espectro iberoamericano pasa porque las inmunizaciones antiCOVID sean repartidas de forma más homogénea; la mayoría advirtieron que, de continuar, con el actual desbalance el fracaso será inminente: el 53% de las vacunas antiCOVID suministradas hasta el momento han inmunizado al 16% de la población mundial ubicada en los países más ricos.

En Soldeu, Andorra, el cónclave semipresencial dejó una serie de anuncios relevantes: 1) en los previos de la Cumbre aconteció la firma el día 20 de abril del Tratado Internacional de Pandemias con la participación virtual del presidente de Francia, Emmanuel Macron; 2) la creación de un Observatorio Epidemiológico Latinoamericano, una proposición de la Secretaría General Iberoamericana; y 3) la puesta en vigor de un convenio marco para la circulación del talento en la región.

Durante la inauguración del encuentro, António Guterres, titular de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), condenó “el nacionalismo de las vacunas” al tiempo que, recordó, a las mujeres y a los menores como los grandes damnificados del actual desastre sanitario y económico.

“Estamos enfrentando una gran prueba moral de nuestro tiempo. Hay países que no han recibido una sola dosis, esto es muy preocupante, porque muchos están ubicados en el rango  de los  ingresos bajos”, remarcó consternado.

La convergencia de los jefes de Estado participantes, así como de varios de los cancilleres, órbita en la esfera del consenso del multilateralismo, de reforzar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como de toda la arquitectura sanitaria y financiera global.

Salir mejores de la actual vorágine y dejar atrás todos los males del mundo prepandemia, así lo señaló Sebastián Piñera, mandatario de Chile, porque “lo indeseable” es no aprender de los errores actuales. 

“Queremos una mejor arquitectura sanitaria, no hay ninguna justicia en la distribución de las vacunas, son insuficientes… tenemos que unirnos ante esta enorme carencia; y también remontar este déficit político evidente en todos los países, lo deseable para todos es que tengamos un punto de inflexión para encausarnos hacia un desarrollo verde y justo”, señaló Piñera con cierta autorreflexión.

No sobraron calificativos para una “crisis sin precedentes” y en la que, su pronta resolución depende de la velocidad de la producción y distribución de los sueros un ejercicio al que la mayoría abordó como “carestía preocupante” y “acaparamiento inentendible”; una actitud de injusticia y hasta de egoísmo porque “unos pocos están poniendo muchas vacunas mientras muchos tienen pocas o ninguna”.

Juan Orlando, presidente de Honduras, señaló durante su intervención telemática en la Cumbre Iberoamericana que el reparto de los viales es un “acto de humanidad” y reprobó su acaparamiento.

La emergencia sanitaria ha evidenciado el fracaso de las instituciones burocráticas internacionales, reflexionó a su vez, Luis Lacalle, dignatario de Uruguay; él puso en relieve, cómo ha imperado el individualismo por encima de la colectividad.

Cuba que está trabajando a contrarreloj para sacar con éxito dos vacunas, Soberana 02 y Abdala, desgranó en voz de su presidente, Miguel Díaz Canel los graves problemas regionales “que han empeorado” las circunstancias de millones de vidas impidiendo además que se avance en la Agenda 2030 mientras los países desarrollados “obstaculizan” un orden internacional justo. 

Para el presidente de España, Pedro Sánchez, el compromiso con América Latina es esencial, se trata de su principal esfera de influencia económica, un espacio que por supuesto interesa que no fragmente.

“En nombre de España quiero anunciarles que donaremos a América Latina entre el 5 y el 10% de vacunas, serán unos 7,5 millones de dosis de la vacuna del coronavirus y lo haremos a través del mecanismo COVAX y la Organización Panamericana de la Salud de la OMS”, compartió para beneplácito de los mandatarios latinoamericanos participantes. 

COVAX no está funcionando

Precisamente el mecanismo COVAX, emanado como una idea loable de la OMS, encabezada por Tedros Adhanom, está siendo el gran fracaso en el campo de la gestión de los sueros antiCOVID, sobre todo para países de ingresos medios y fundamentalmente para los de ingresos bajos. 

No fueron pocos los dignatarios participantes que expresaron su decepción “porque no ha funcionado” y en parte tampoco ha reunido todos los fondos que necesita el mecanismo: la OMS ha cifrado la odisea en 33.000 millones de dólares y solo ha logrado recabar 11.000 millones de dólares. Su intención es hacer llegar vacunas baratas y/o gratuitas  a los países con escasos fondos. 

Y hasta el momento va a cuentagotas y con enormes dificultades en el mercado para conseguirlas, así lo expresó, el canciller Marcelo Ebrard, quien habló en nombre del mandatario Andrés Manuel López Obrador. 

Los únicos tres jefes de Gobierno que no participaron en la Cumbre Iberoamericana, ni presencialmente, ni de forma telemática, en la cita de Soldeu, Andorra fueron: el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro; su homólogo mexicano, así como Nicolás Maduro de Venezuela. 

Durante su exposición, Ebrard refirió las enormes dificultades para gestionar y lograr el acceso a las vacunas convertido en un “reto especial” y que ejemplifica las discrepancias.

“En el mundo se han inyectado 928 millones de vacunas, un 8,6% en América Latina, pero con enormes disparidades que hablan de las dificultades para conseguirlas: mientras México ha puesto 20 millones y tenemos a Estados Unidos que ha puesto 200 millones”, dijo. 

Para el jefe de la diplomacia mexicana, no debe volver a pasar “nunca jamás” otra situación así y llamó a que América Latina sea más solidaria con ella misma sobre todo en el rubro de la producción de las vacunas.

“Tenemos varios países con fase 1 de experimentación de una vacuna contra el coronavirus como son Brasil, Chile, Argentina y México; es Cuba el país que va más aventajado con varias vacunas ya en fase tres de experimentación… cuando alguno de los países de la región tengan la vacuna hay que apoyarnos entre nosotros, hacer causa común,  respondiendo con prontitud y adquiriéndola; nunca debemos permitir que ocurra algo como lo que estamos viviendo; ya vimos lo lentos que son los organismos multilaterales”, enfatizó.

El presidente de Perú, Francisco Sagasti, también se pronunció “por no dejar a nadie atrás” e insistió que la pandemia ha visibilizado las desigualdades y revertido años de avances.

No faltó el toque picante y morboso en la Cumbre Iberoamericana, que también tiene mucho de política… la negativa de último momento de Nicolás Maduro para hacer uso de la palabra para cederla a su canciller Delcy Rodríguez anticipaba que algo iba a pasar. Venezuela y México fueron de los últimos países en hablar.

Antes, en sus respectivos turnos, varios líderes de la región hicieron referencia a la situación compleja por la que atraviesa Venezuela: Sebastián Piñera, de Chile, exhortó a Venezuela a respetar la democracia, los valores y derechos humanos; por su parte, Luis Lacalle de Uruguay le pidió a Maduro que “abra las puertas y las ventanas” a la democracia de forma urgente e Iván Duque, de Colombia, recordó que han recibido a millones de emigrantes venezolanos.

En defensa, la canciller bolivariana Rodríguez, contraatacó a Duque señalándolo por los “fracasos” de Colombia ante los cultivos de la droga que, inclusive, han incrementado en plena pandemia convirtiendo a “Colombia en el principal productor” de cocaína en el mundo. 

Si bien no se signó una declaración formal solicitando la liberalización de las patentes de las vacunas antiCOVID, como se preveía, el presidente de España se comprometió a trasladar esta discusión al seno de la Unión Europea (UE) para hacer más presión internacional.

Acaso, el mandatario de Bolivia, Luis Arce, desdibujó con mayor avidez el actual momento en el tiempo: “Las poderosas transnacionales farmacéuticas que tienen patentes sobre diagnósticos, medicamentos y vacunas deben liberarlas y hacerlas de dominio público o emitir autorizaciones voluntarias sin costo para lograr un acceso real de parte de todas las naciones sin excepción”.

Arce conminó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y a la Organización Mundial de Propiedad Intelectual a liberar las patentes de medicamentos y vacunas del coronavirus para lograr una mayor equidad.

Nunca más otra pandemia así

Un Tratado Internacional de Pandemias como el avanzado en el marco previo a la inauguración de la Cumbre es un primer cimiento para llevarlo a otros foros multilaterales hasta que, adquiera, un carácter global y que pueda quedar suscrito al amparo de la OMS y de la ONU.

El impulsor de la idea es Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, bajo un diseño de cooperación, interrelación, proactividad, acceso a la información, a la técnica y sobre todo que busca impedir que vuelva a darse la interrupción en las cadenas de suministro como aconteció en la actual crisis sanitaria.

Pero también tiene un carácter preventivo, para detectar que un virus, una bacteria, un hongo o cualquier amenaza biológica sea neutralizada a tiempo; contar con un protocolo internacional de qué hacer cuando un país detecta una amenaza biológica-epidemiológica. 

La reacción internacional ante el SARS-CoV-2 fue lentísima en parte porque se porfió de los primeros informes de la OMS que a su vez fueron entregados por China, epicentro del brote del coronavirus en Wuhan, aunque la versión oficial desde Pekín es que solo fueron un sitio de tránsito del virus porque ya estaba circulando de manera inicial en alguna otra parte. 

Desde diciembre de 2019 con los primeros casos reportados, hasta la declaración de pandemia por parte de la OMS, el 11 de marzo de 2020, se perdió a nivel mundial un tiempo de actuación valiosísimo que se ha saldado con millones de vidas pérdidas. 

El nuevo Tratado, opinó Xavier Espot, presidente del Principado de Andorra, debe servir para la detección precoz de enfermedades infecciosas, pero también en pro de la resiliencia y de una respuesta efectiva para garantizar el acceso universal a tratamientos y soluciones médicas en un marco de cooperación internacional más sólido y solidario bajo la coordinación de la OMS.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, otro de los impulsores de esta iniciativa participó de manera virtual y aprovechó para incidir en todo lo aprendido sobre la marcha -en el último año- por ejemplo, cómo gestionar una crisis que obliga naturalmente a la reconvergencia y a preservar la cooperación en las vacunas para salir todos adelante. 

Por su parte, su homólogo español, Pedro Sánchez, esgrimió que es necesario dotarse de mecanismos de prevención y de respuesta eficaces, junto con la importancia de rastrear e identificar la magnitud real del virus; y contar con una robusta cadena de suministros y la existencia de un sistema multilateral que actúe bajo la máxima de que “nadie está a salvo” hasta que todos estemos a salvo.

La pandemia todos los días se cobra vidas humanas: hasta el momento, se ha llevado a 3 millones de personas afectadas por coronavirus en el mundo, de acuerdo con datos de la Universidad Johns Hopkins. Nadie quiere jamás otra pandemia así…