Iglesias arremete contra la prensa independiente

Dina Bousselhan

Entre los militantes y simpatizantes del movimiento gubernativo Podemos, ha causado estupor el llamamiento de la cúpula a sostener financieramente el periódico digital La Última Hora, creado ex nihilo para premiar a Dina Bouselham por “su abnegada militancia” en la agrupación. 

La sorpresa ha sido doble. En primer lugar, el citado digital es todo menos un periódico informativo destinado a “combatir bulos y falsas noticias”. En un momento en que azota la pandemia mundial y que las relaciones internacionales están tan tensas como en la época de la Guerra fría, LUH no dice nada del mundo. Salvo algunos despachos de agencia sobre Estados Unidos o la Unión Europea, el periódico dirigido por alguien que ha deambulado por los pasillos de Bruselas y Estrasburgo, no habla ni de Venezuela, ni de Cuba, ni del Sáhara, ni de Argelia, ni de China, y ni siquiera de Marruecos. ¿Acaso le ha prohibido Iglesias a Dina Bouselham hablar de temas que no le incumben? ¿O es que hay disonancia entre lo que piensan uno y otra?

La militancia se pregunta al respecto si el digital LUH no es un premio de prestigio y de dineros para acallar a la marroquí, que ni ha tenido puestos ministeriales, ni forma parte de los más de 500 asesores nombrados a dedo y remunerados a lo grande, por los bendecidos por Pablo Iglesias. ¿Teme Iglesias que Dina cuente lo que sabe de las andanzas de Iglesias por la Unión Europea?

En segundo lugar, está el silencio de LUH sobre la cuestión del Sáhara, lo que es llamativo. Dina Bouselham no puede defender en público la posición de Iglesias de padrino adoptivo del Polisario, con la que posiblemente no esté de acuerdo. Dina está más cerca de la movida de izquierdas marroquí, que, a diferencia de los nuevos izquierdistas españoles de salón y aula magna, pasó largos años en las cárceles de Hassan II, y que el actual rey Mohamed VI ha indultado y encumbrado a notables puestos de poder. Esta corriente de izquierda aboga claramente por los derechos y libertades de la población saharaui, como de la rifeña, la gomara, la masmuda, y tantas otras agrupaciones y confederaciones tribales; las defiende como parte de la misma nación marroquí. Dina Bouselham nunca ha declarado su apoyo a la autodeterminación y la independencia del Sáhara Occidental. Por eso Iglesias no la deja hablar de la cuestión saharaui.

Pero quizás lo más grave de la deriva antidemocrática de Podemos es el ataque abierto contra toda la prensa, partidista e independiente, que se dedica, según Iglesias, a fabricar o reproducir falsas noticias. LUH nace para contrarrestarla; y para no depender de financiadores y empresarios, Iglesias pide un impuesto revolucionario a los militantes para premiar a su protegida. 

Todo esto se comenta en los corrillos de Podemos, pero desgraciadamente no se puede discutir en las Estructuras estatales, ni en las Asambleas Ciudadanas, ni en los Círculos de base. Esta realidad es lo que explica que el 90% de los votantes internos de Podemos se hayan abstenido en la última Asamblea ciudadana, que ha aclamado a Pablo Iglesias como el gran timonel.

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