La dictadura del gran sultán: ¿en qué ha convertido Erdogan a Turquía?
Los ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea, tras la reunión del Consejo de Asuntos Generales del 14 de diciembre de 2021, presentaron un informe sobre la evaluación de los progresos de la integración de Turquía en la UE. En el documento se subrayó que Ankara sigue alejándose cada vez más de los principios de la democracia, cuyo compromiso es la condición principal y necesaria para obtener el estatus de miembro de la asociación política.
Así, los autores del documento señalaron que la situación del Estado de Derecho, la justicia independiente y la observancia de los derechos humanos y las libertades básicas en Turquía sigue empeorando. Los poderes especiales de las autoridades turcas obtenidos tras el intento de golpe de Estado de 2016 siguen vigentes, por lo que la presión sobre la sociedad civil y los representantes de los partidos de la oposición no cesa.
En realidad, los últimos acontecimientos muestran que Ankara está derivando cada vez más hacia el autoritarismo y la islamización. El orden político turco ha sufrido en los últimos años cambios sustanciales. Si el período inicial de Erdogan en el poder (2002-2011) se caracterizó por la estabilidad en la política, el alto nivel de crecimiento económico, emprendiendo reformas de liberalización, entonces desde el comienzo de la década de 2010 prevalecieron las tendencias que en resultado causaron la formación del régimen autoritario en forma de gobierno personalista del líder turco.
Las nuevas tendencias del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) fueron una de las razones de tales cambios globales en el sistema político turco. A principios de la década de 2000, el partido de Erdogan descuidó su propio público objetivo, el carácter de la retórica y las técnicas de gestión. Como resultado, el AKP comenzó a centrarse, en primer lugar, en los nacionalistas, con una interpretación radicalizada de la noción de "nación", y el Islam político se convirtió en el principio fundamental del régimen.
Mientras tanto, los estudios socialistas muestran que no todo el mundo en Turquía está contento con esta situación. Según la encuesta realizada en el verano de 2021 por el académico turco, profesor de relaciones internacionales, escritor, columnista, comentarista de televisión e intelectual público Mustafa Aydin, en los últimos años la decepción significativa de los valores conservadores y todo lo más islámicos se convirtió en una tendencia característica de la población de Turquía. En particular, a medida que aumentaba la injusta victimización del régimen y la presión ideológica, el número de personas que se identifican como partidarios del Islam político disminuyó del 47,4% en 2017 al inédito 27,0% en 2021.
En este contexto, esto es muy lógico cuando se trata de las severas críticas de la Unión Europea con respecto a Turquía, que sigue alejándose de los procesos de integración europea. Anteriormente, los miembros del Parlamento Europeo estudiaron el informe elaborado por el político español Nacho Sánchez Amor. El documento afirmaba que el régimen autoritario de Erdogan desencadenó una feroz represión, comenzó a reprimir, sin precedentes en cuanto a atrocidades y escala contra los ciudadanos del país, la oposición y los medios de comunicación. En este sentido, los parlamentarios pusieron en duda la conveniencia de seguir negociando la adhesión de Turquía a la UE.
Mientras que en el mundo en desarrollo existe una intensa lucha entre la democracia y el autoritarismo, el presidente turco Erdogan se juega su futuro en el arraigo del Islam político. Esta elección, obviamente, pone toda su gama de perspectivas ideológicas en grave riesgo de fracaso, cuando la creciente impaciencia con la política del partido gobernante no sólo entre los ciudadanos turcos, sino también en Occidente ya lo afirma.
