La guerra que viene

Vladimir Putin

¿Será verdad que volvemos a la guerra en Europa? Las informaciones que vamos conociendo son alarmantes, desde luego. Pero, insisto, ¿será verdad que la seguridad internacional está tan en peligro como parece? Asistimos a elocuentes preparativos de guerra. Después el tiempo dirá si al final se impuso la sensatez o volvemos a enfrentarnos con un conflicto incluso nuclear. De momento, hay que confiar y entre tanto ponernos en lo peor.

La realidad es que parece que fue ayer cuando a esta situación se le llamaba Guerra Fría. Estábamos convencidos de que había terminado, con la caída de la URSS, pero ahora resulta que estábamos equivocados. Para quienes vivimos algunos años de aquella etapa, nada de lo que escuchamos y vemos ahora nos resulta nuevo. Sólo ha cambiado el nombre de algunos protagonistas.

Antes era la Unión Soviética y su Pacto de Varsovia y hoy es Rusia y Vladimir Putin, un personaje que como mínimo inspira temor. Pero las noticias cotidianas no variaban, una vez eran los misiles en Cuba, otra el derribo de un avión de pasajeros, otra las guerras de Corea o Vietnam, la KGB y la CIA con un largo etcétera que permitía a los fabricantes de armas enriquecerse.

Las noticias ahora se centran en amenazas y advertencias del mismo calibre. Sorprende que a estas alturas se continúe recurriendo a unos términos bélicos que cuesta creer que vayan en serio, pero causan inquietudes. Visto con ojos actuales la primera impresión es que no llegará la sangre al rio, pero tampoco se recuperará la paz efímera que creíamos haber conseguido en aquellos encuentros históricos entre Reagan y Gorbachov.

La tensión está servida y nunca hay que descartar que un incidente nimio pueda desencadenar situaciones más graves, aunque a estas alturas todos se lo pensarán dos veces por la cuenta que nos trae. Europa está en el medio y no es neutral. Los miembros de la OTAN, que son la mayor parte de los países, no podrían quedarse al margen si estallase el conflicto.  España en prevención ya ha enviado una unidad naval al mar Negro. Putin es una amenaza para todos, no sólo para Ucrania.

Todo parece alertar de que está aprovechando la debilidad de la imagen de Biden tras la retirada de Afganistán y la depresión económica y social que está generando la pandemia tanto en los Estados Unidos como en Europa. Vladimir Putin tiene la obsesión de recuperar la vieja Unión Soviética y lo mismo se apodera de Crimea que envía sus tanques a mantener a Lukashenko como dictador perpetuo en Bielorrusia o a controlar la situación en Kazajistán o en Nagorno Karabaj.

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