La huida de Messi, una complicada operación internacional

Leo Messi

Varios países están en recibiendo las ondas sísmicas por el terremoto que ha sacudido esta semana el mundo del deporte, un cataclismo telúrico que sobrepasa los límites del fútbol. La posible salida de Messi del Barcelona no implica solo las evidentes claves deportivas de la marcha de un jugador de un país hacia otro, de un club multimillonario (venido a menos) hacia otro nuevo rico que pueda hacer frente a su traspaso y a su elevado salario. Hay consecuencias sociales, sanitarias, económicas y por supuesto fiscales. Todas ellas son objeto de interés por los gobiernos de los países en los que se está especulando podría recalar la estrella argentina, un activo superlativo al que resulta inimaginable pensar que una institución como el FCB haya podido forzar a salir después de dos décadas de camino profesional ligado a la entidad. Los motivos por los que Messi quiere marcharse del club en el que creció futbolísticamente y de la ciudad y el país que le acogieron y le convirtieron en el mega crack que es solo hay que buscarlos en la manifiesta incapacidad para gestionar el Barcelona del presidente Bartomeu y sus sucesivas juntas directivas desde que se hizo cargo del club. Una deriva lamentable, tapada durante años con títulos más o menos atractivos, que ha terminado en ruptura. Y cuando a un gestor se le escapa su principal empleado, el que genera millones de ingresos y un valor cuantificable por encima de lo que cuesta, el único responsable es el gestor que sería fulminado de inmediato en cualquier multinacional del mundo. No habría llegado ni a ponerse el pijama como presidente en el día del anuncio de la ruptura.

España, la región española de Cataluña y la ciudad de Barcelona miran con tristeza y gran preocupación esta salida. Los ingresos que genera la atracción turística de Messi para la capital catalana son muy elevados, salvando la excepcionalidad del momento actual. El Museo del Barça es el cuarto más visitado de España. Messi pagó en impuestos paga cada año por todos sus ingresos en España más de cincuenta millones de euros, de los cuales la mayor parte son retenciones por IRPF y por derechos de imagen. El agujero para la Hacienda pública es notable, porque seguramente se trate del ciudadano con más volumen de ingresos por cuenta ajena que hay en nuestro país. Su marcha, unida a la de Cristiano Ronaldo en 2018, privarán a las arcas públicas españolas de casi cien millones de euros de ingresos anuales. A lo que hay que unir la caída en la valoración de la Liga, cuyo interés decaerá en todo el planeta (América y Asia especialmente) y tirará hacia abajo los precios de los derechos del fútbol para la televisión. Los anunciantes perderán una parte del interés que tienen en este producto. España es el gran perdedor de la fuga de Lionel Messi. 

Reino Unido es el país con más probabilidades de acoger a este becerro de oro que cambia de residencia. La negociación con el Manchester City propiedad del Abu Dhabi United Group parece estar avanzada y Messi se reencontrará en la ciudad británica con su exentrenador en el Barcelona, Guardiola, lo que abre la duda sobre segundas partes que nunca fueron buenas. El interés de este fondo por el fútbol le ha llevado a expandirse por varios países en los últimos años creando una especie de trust futbolístico con sedes en Estados Unidos, Uruguay, Australia, Japón, España o Bélgica. La posibilidad de que el argentino recale en el City abre expectativas igualmente para su amigo Luis Suárez en cualquiera de los clubes de la órbita de este propietario. 

Italia puede ser el invitado inesperado de esta fiesta porque el Inter de Milán es propiedad desde octubre de 2018 del magnate chino Steven Zhang, hijo del dueño de la empresa Suning, la segunda empresa no pública de China. Es el único club italiano que podría acometer una operación semejante Allí podría jugar también su amigo uruguayo desde muy pronto una vez se resolvieran los transfer internacionales (el caso de Suárez es otro ejemplo de la irresponsabilidad de la actual dirección del Barcelona que comunica por teléfono a su tercer máximo goleador de la historia que no cuenta con él pese a que a ambas partes les une aún casi un año de contrato... y sin tener ningún sustituto, una gestión nefasta de manual). La clave oculta en la posibilidad de que Messi recale en Italia está en la presión fiscal mucho menor en el país transalpino para grandes fortunas como la suya o la de Cristiano. El infierno de España es claramente suavizado en Italia por una política fiscal que favorece la llegada de grandes capitales, y eso que allí gobiernan opciones de izquierdas. Cualquier ciudadano que se instale por motivos laborales en Italia y no haya vivido allí en los últimos diez años pagará un tributo sustitutivo, una tarifa plana de 100.000 euros para todas las rentas que generen sus actividades en el extranjero, lo que incluye inmuebles y contratos por derechos de imagen. Precisamente lo que motivó la investigación tributaria a Messi (también al portugués) y la millonaria sanción que ha pagado en España. El astro tiene un entramado de sociedades y fundaciones, además de ser propietario de una cadena hotelera. 

La pertenencia del New York City Football Club a Abu Dhabi ha disparado los rumores sobre un posible acuerdo con Messi que incluya un contrato en Manchester de dos o tres años y las últimas temporadas en el equipo de la Gran Manzana. Estados Unidos sería así el último eslabón de la carrera deportiva del mejor jugador de la historia del deporte rey. En esta hipótesis entra también el futuro de su amigo Suárez con el que podría coincidir en Nueva York, una experiencia que ambos compartirían junto a sus familias en la ciudad más importante del planeta. La llegada de Messi a Estados Unidos le colocaría en el universo norteamericano de las grandes estrellas del deporte (y su suculento mercado publicitario). También allí recibirían con los brazos abiertos al argentino por lo que dejaría en materia de recaudación, pese a que la presión fiscal es de las menores del mundo. Los deportistas de élite pagan impuestos federales en cada estado y también estatales, según el estado en el que jueguen como visitantes. Las cifras que deben pagar son muy distintas en cada estado, pero a nivel federal los ingresos de las arcas estadounidenses se verían beneficiadas. 

Una corriente de presión ha comenzado a abrirse paso en Argentina para que Messi vuelva a su país a jugar los últimos años de su carrera, y pueda así recalar con su inmensa fortuna y negocios en un país asfixiado por la deuda y por el desempleo. En su ciudad natal, Rosario, es propietario de varios complejos urbanísticos como el edificio Aqualina o el complejo residencial Azahares, que gestionan sus empresas argentinas y podrían ver revitalizada su imagen y su actividad si Leo regresa a su país después de dos décadas de su salida con apenas doce años. Recuperar al mítico futbolista sería una gran oportunidad de elevar la moral de un país que creyó iniciar su salida de la crisis social y económica al despedir a Mauricio Macri y recuperar el kirchnerismo, y que nueve meses después ya se ha percatado de que Alberto Fernández y la rediviva Cristina Fernández no van a obrar ese milagro. 

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