Opinión

La mejor y única solución es la autonomía

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Dado el momento y el lugar, no vamos aquí a teorizar sobre el fenómeno terrorista, especialmente dada la singularidad del caso que nos ocupa, el del Frente Polisario, y la evidente relación histórica de sus atentados vinculados a sus anhelos separatistas. Muchos especialistas lo definen como una herramienta para infundir miedo en los oponentes, crear alarma social e imponer por la fuerza un determinado proyecto político. Un rasgo común en todos ellos es un discurso y pensamiento sectarios, cubierto bajo el envoltorio de una narrativa romántica asociada a una supuesta lucha liberadora.

2. Orígenes, secuestro y deportación forzosa de su propia población

Durante su primera etapa, hacia el final de la colonización española, el Polisario hostigó sin descanso a las tropas españolas. Desde el primer ataque en 1973 hasta la salida del territorio, el Ejército español sufriría alrededor de 100 bajas, incluyendo 20 muertos entre europeos y nativos.

En la parte final de la colonia española, los asentamientos militares del interior quedaban indefensos y atacados por guerrillas del Polisario. Es entonces cuando la propia población civil saharaui se vio abandonada a la suerte de esas terribles incursiones.

En ellas, el Polisario obligó en sus redadas a su propia gente a trasladarse forzosamente a los campamentos de Tinduf, con el estudiado fin de engrosar y aumentar una población permanente que, en base a la Convención de Montevideo, pudiera dar soporte a las pretensiones de constituir un estado en el exilio.

Esa parte de la población saharaui quedó fracturada para siempre del resto de sus familiares que pudieron evitar aquellas incursiones, Dicha fractura familiar continúa tristemente a día de hoy. Con este destierro masivo a los campamentos, dicha población fue enrolada ‘manu militari’ en los grupos armados del Polisario.

3. Evolución posterior: ataques a pesqueros, trabajadores españoles y extranjeros

Entre los años 70 y 80 asistimos al punto álgido de estas grotescas actividades, la conocida como ‘década negra’. A día de hoy siguen sin investigarse los actos terroristas cometidos hacia trabajadores y pescadores que faenaban en aguas del banco pesquero sahariano. Se estima el número de víctimas en alrededor de 300, españoles y extranjeros.

Una realidad escondida u olvidada en España por políticos, jueces o medios en un intento negacionista de blanquear estos actos. Ni los han reconocido. Ni los han reparado. Y fueron brutales y sanguinarios. El principal responsable de estos crimines es el por entonces ‘ministro de Guerra’, Brahim Ghali, Era él quien ordenaba cometer esas acciones criminales.

4. Desarrollo posterior

En 2019, más recientemente, tenemos el caso de la alarma por riesgo de atentado terrorista en la zona de Tinduf, Esta fue desmentida y criticada por el Polisario, pero procedía del ISIS-Gran Sáhara, liderado por Abu Walid al-Sahraoui, exmiembro del Frente Polisario. Un individuo con numerosas acciones en la zona, entre ellas el secuestro en Tinduf de tres cooperantes en 2011.

También recordamos las conclusiones del informe SAFTE, cofinanciado en 2018 por la Unión Europea, sobre el acceso del terrorismo al comercio ilegal de armas, y donde se manifestaba que el Polisario poseía un arsenal importante, gracias en particular a Argelia y Libia.

6. Amenazas recientes

Igualmente, recibimos con estupor la reciente noticia de amenaza terrorista del Polisario hacia la celebración de una carrera automovilística cuyo recorrido pasaría por Marruecos y Mauritania. En pleno siglo XXI, vuelven a sus orígenes, como un círculo que se cierra.

Es por todos sabido la amenaza terrorista en el Sahel, siendo un problema cada vez más preocupante. La permanencia del Polisario en esta ecuación eternizando este diferendo, contribuye a la inestabilidad del eje atlántico-mediterráneo.

Es hora de dejar atrás esta situación de inestabilidad tras medio siglo persiguiendo utopías. Hay que salvar el presente y construir el mejor futuro posible. La mayoría de la población saharaui ya no cree en ideas revolucionarias ni en promesas inalcanzables. Llegados a este punto, la mejor y única solución para este eterno problema pasa por aceptar la propuesta de Autonomía ofrecida por Marruecos. Entendemos que en esta propuesta está el punto de partida que inaugure una nueva era en la que todos puedan prosperar en paz y concordia.

7. Epílogo

Quisiera terminar respondiendo a algo que se dijo aquí ayer. Cuando la 2ª oradora en intervenir, Inés Miranda, mencionó la resolución 2625 de la Asamblea General en 1970. Yo querría recordar otro fragmento de esa misma resolución:

“Las partes en una controversia tienen el deber, en caso de que no se logre una solución por los medios pacíficos mencionados, de seguir tratando de arreglar la controversia por otros medios pacíficos acordados por ellas”.

Y yo digo: ¿Acaso no es precisamente eso lo que se pretende con la propuesta de Autonomía propuesta por Marruecos? ¿Por qué los amigos del Polisario en Canarias y en España se empeñan siempre en utilizar las resoluciones de manera sesgada o solo aquellas que les interesa? ¿Quién gana con esa actitud obtusa y obstruccionista, ayudando así a eternizar este diferendo? Tal vez en las propias preguntas estén las respuestas.

Intervención en el 77° período de sesiones (2022), Política Especial y de Descolonización (IV Comisión). Naciones Unidas.

Ignacio Ortiz Palacio, vicepresidente del Fórum Canario Saharaui