Opinión

La respuesta del Islam a problemas del mundo contemporáneo (24)

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La generación futura

En cuanto a la generación futura, el Santo Corán educa a la sociedad de una manera única. Enseña que para conseguir la mejor relación entre vosotros y vuestros hijos, es sumamente esencial que la relación entre vosotros y vuestras esposas sea también excelente.

En ese sentido, el versículo citado anteriormente (C. 4: Al Nisa: 35), que se refiere a los protectores (QAWWAMUN), hace recaer una gran responsabilidad sobre los hombros del marido. Si su comportamiento no conduce a la creación de un ambiente ideal para una vida familiar sana, habrá fallado en su responsabilidad de actuar como protector (QAWWAM). Debe recordarse que el mejor ejemplo de QAWWAM fue el mismo Santo Profeta del Islam (lpbD). No fue severo ni dictatorial ni – de modo alguno - modo, ofensivo en la relación con su familia. Mantenerles en el camino recto constituía una gran responsabilidad, pero la forma en que cumplió esta responsabilidad sirve como un excelente ejemplo vivo, para todos los tiempos venideros, para quienes desean investigar y entender el significado real del epíteto QAWWAM.

En una tradición famosa, Abu Hurairah relata que el Santo Profeta (lpbD) dijo:

“El más perfecto de los creyentes en materia de fe, es aquel cuyo comportamiento es el mejor posible; y los mejores de entre vosotros son aquellos que se comportan de la mejor forma con sus esposas”. (Tirmidhi).

Si los padres desean realmente que sus hijos crezcan como miembros de una sociedad honrada, deben recordar que las relaciones mutuas entre maridos y esposas juegan un papel fundamental en la formación o en la ruptura del carácter de sus hijos.

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“Quienes no dan falsos testimonio, y cuando pasan junto a algo vano, pasan con dignidad. Aquellos quienes, cuando se les recuerda los Signos de su Señor, no se muestran sordos ni ciegos ante ellos. Y quienes dicen: “Señor nuestro, concédenos de nuestras esposas e hijos el consuelo de nuestros ojos, y haz que seamos un modelo para los virtuosos””. (C. 25: Al Furqan: 73-75)

Esta plegaria posee un encanto único y está llena de sabiduría profunda. Se enseña a ambos cónyuges en el matrimonio que oren por su pareja y por sus hijos, para que Dios les conceda siempre la felicidad y la satisfacción verdadera a su pareja y también a sus hijos, y convierta a su descendencia en precursores y líderes de una generación justa y temerosa de Dios.

Basta con aplicar esta enseñanza a nosotros mismos para percatarnos plenamente del significado del versículo. Cuando deseamos algo vagamente, ello no tiene por qué influenciar nuestra conducta de forma significativa, pero cuando oramos por ello en serio, nuestra conducta queda, necesariamente, influenciada por esta oración. Como ejemplo adicional, consideremos que hay muchos entre nosotros que desean ser veraces, y, sin embargo, rara vez este deseo se ve traducido a la práctica. Quienes rezan sinceramente a Dios para que el haga que sean veraces, se encuentran mucho más influenciados en su conducta por su oración, que quienes lo desean por algo más impreciso. Se realiza un esfuerzo auténtico para modelar la conducta propia con el fin de mejorarla. Una persona actuaría de forma muy extraña, si después de ofrecer esta oración tratase a su esposa y a sus hijos de manera inconsistente con dicha oración.

Dirigiéndose exclusivamente a la generación más joven, respecto a sus derechos y obligaciones, el Santo Corán advierte:

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“¡Oh vosotros, los creyentes! Temed a Al’lah; y que cada alma considere lo que prepara para el mañana. Temed a Al’lah; pues en verdad Al’lah conoce muy bien lo que hacéis”. (C. 59: Al-Hashr: 19)

El Corán advierte a los padres que si fracasan en el ejercicio de su responsabilidad hacia su descendencia, y dejan tras de sí una generación que sea censurable por su conducta, entonces serán los padres quienes habrán de responder ante Dios.

De igual manera se advierte a los padres que “no maten a sus propios hijos” en el sentido que se contribuyan o sean responsables, en alguna medida, de la destrucción de su carácter. (p.e. C. 6: Al-An’am: 152)

No sólo los hijos propios sino toda la generación joven en su conjunto, han ser tratados con amor, bondad y respeto, según el consejo firme ofrecido por el Santo Profeta del Islam, la paz y bendiciones de Dios sean con él:

“Mostraos siempre bondadosos con vuestros niños”. (Ibn Mayah: Libro del Adab C. Birul Walad)

No podemos dejar de señalar que esto es exactamente lo que el mundo actual necesita hoy día. Se han generado debates en Europa respecto a la introducción de legislaciones que hagan a los padres responsables subsidiarios ante la ley, de crímenes cometidos por sus hijos, y, en consecuencia, ser tratados como delincuentes en los juzgados de menores. Existe el sentimiento de que, de haber cumplido los padres su responsabilidad en disciplinar más seriamente a sus hijos, se vería muy disminuido el delito en las calles de Gran Bretaña. Sin embargo, la cuestión que se plantea es ¿hasta qué punto las medidas punitivas y restrictivas pueden mejorar la calidad de vida en una sociedad cuando no existe un fondo de ética religiosa que funcione en cada esfera de la vida?
(lpbD) – La paz y las bendiciones de Dios sean con él.

(Continuaremos en la entrega 25).