Opinión

La victoria de Ayuso en siete claves

photo_camera Isabel Díaz Ayuso

Las urnas han hablado en Madrid y han decidido que gobierne la derecha de forma holgada y sin ataduras en los dos años que quedan de legislatura, porque el Estatuto de Autonomía marca la convocatoria electoral cada mes de mayo con cuatro años de intervalo, haya o no repetición de elecciones durante la legislatura. Las lecturas de lo ocurrido en Madrid son diversas, pero concluyen en una misma teoría: la presidenta Isabel Díaz Ayuso ha derrotado con claridad al presidente Pedro Sánchez y ha logrado sacar de la vida política del país al extremista Pablo Iglesias tras sólo siete años de trayectoria en las instituciones. Un titular del que se derivan siete claves de análisis:

¿Por qué la participación ha sido del 76%, récord histórico en Madrid?

Este 4-M se ha demostrado que no siempre que hay aumento en la participación eso beneficia a la izquierda. Esa un principio que parecía asentado en nuestra democracia. La mayor participación histórica en la Comunidad y una de las más altas en la democracia durante más de 40 años, demuestra que la movilización del voto puede ser transversal, y no sólo con carácter progresista. La polarización en un concepto binario de lo público ha motivado que casi todos quieran dar su opinión, con el resultado de todos conocido. Un 41% de los votantes ha elegido la visión del mundo que ofrece la izquierda. Un 59% ha preferido lo opuesto. Pero todos han querido manifestarse en el día laboral que se convirtió en fiesta democrática. Democracia que, por cierto, sigue hoy vigente en la Comunidad de Madrid pese a los vaticinios que afirmaban lo contrario. 

¿Qué hará Ayuso con una mayoría tan amplia?

Ha quedado a cuatro escaños de la mayoría absoluta, que no ha logrado por el aumento de la representación en la Asamblea que ha implicado el incremento de población. Los resultados, con victoria de su lista en 177 de los 179 pueblos de la región capital, le permiten gobernar sin el peaje que suponía un socio como Ciudadanos, más pendiente de su propio protagonismo que de la salud de la coalición. Pese a todo, incorporará a miembros de Ciudadanos en su Gobierno. No necesitará el apoyo de VOX en la investidura, lo cual eliminará la coartada que necesita la izquierda para seguir cargando contra sus fantasmas fascistas y ultraderechistas. Aunque pese a quedar eliminada, la coartada seguirá utilizándose permanentemente como ya ha ocurrido repetidas veces (trumpista es el término de moda para la descalificación) desde la noche electoral. 

¿Por qué los madrileños han preferido el liberalismo de la derecha?

Por la disyuntiva que plantearon las medidas del Gobierno socialista y extremista de izquierda, y que el PP supo proponer como lema de campaña: libertad frente a todo lo demás. Y por todas aquellas pequeñas-grandes cosas que hacen más libres a los ciudadanos: menos impuestos, apuesta por la actividad económica sin obligar a cerrar los negocios, respeto a las familias en su capacidad de elección de médico, de colegio, de clases con contenido moral para sus hijos, del precio con el que ofrecen el alquiler del piso heredado gracias al esfuerzo familiar durante décadas… Los matrimonios jubilados han sentido también en su nuca lo que será la falta de libertad al darse cuenta de que tendrán que pagar casi cien euros al mes por la eliminación de la tributación conjunta del IRPF, que el Gobierno ha comunicado ya a la Comisión Europea pese a que ahora trate de confundirnos. 

¿Por qué el PSOE ha pasado de ser el más votado a quedar relegado por la extrema izquierda?

El peor resultado de su historia en la Comunidad merece un análisis más profundo que el de unas elecciones autonómicas. El manejo que Moncloa ha hecho de la candidatura socialista no se puede despachar con la ausencia del consejero monclovita en la foto del desangelado Hotel Princesa en la noche de la derrota, y con la desaparición del líder para explicar lo ocurrido. El desplome no ha sido del físico Ángel Gabilondo, sino del presidente del Gobierno. Muchos electores socialistas han preferido el original: ante la radicalización del discurso del PSOE, han elegido a la auténtica líder radical que lideraba la candidatura de Más Madrid. Y Sánchez ha sido desautorizado por su forma de llevar la pandemia, por las mentiras de su Ejecutivo a la población, por su utilización grosera de las instituciones (RTVE, CIS, Fiscalía, BOE) …

¿Son fascistas los dos millones de votantes del PP y VOX?

La opinión pública madrileña se ha rebelado contra todos aquellos que han tratado de manipularla: no sólo actores políticos, también televisiones públicas y privadas, medios impresos, digitales y radios dedicados todos ellos a la ridiculización y el acoso mediático constante a los dirigentes de la derecha, especialmente a la candidata popular. Una circunstancia que demuestra lo difícil que es interferir en la opinión de la gente con exageraciones. Nin uno solo de los votantes del PP o VOX son fascistas por mucho que se nos haga creer eso desde los informativos y las tertulias. 

¿Quería realmente Pablo Iglesias ser diputado autonómico de Madrid?

Nunca estuvo en sus intenciones acabar en la oposición de un parlamento territorial pocas semanas después de dejar la vicepresidencia. Su estrategia futura sólo la conoce él, pero parece cansado de la política de primera línea y va a seguir presente en el debate público por otros medios aún más productivos. Si recogía el acta, habría perdido su pensión de más de cinco mil euros mensuales como ex vicepresidente del gobierno. Sólo le han votado cinco de cada cien personas que estaban convocadas a las urnas ayer, los únicos que han mirado hacia otro lado ante el dirigente que ha enviado a sus empleados a reventar una manifestación de un adversario, golpeando a la policía. El grupo de profesores universitarios que vio en el 15-M de hace una década la oportunidad de ganar notoriedad se diluye estrepitosamente. 

¿Qué consecuencias tendrá el resultado en la política nacional?

Todo seguirá igual en cuanto al Gobierno y sus aliados, salvo que el PNV cambie de amigos otra vez, cosa que no parece probable ahora. Si Ortúzar, Urkullu y Esteban lo deciden así, Sánchez caerá o se verá obligado a convocar a las urnas. Pero lo más probable es que la legislatura se agote al máximo posible, con una novedad inesperada hasta hace ocho semanas:  ha nacido una alternativa con el reagrupamiento del centroderecha.