La Visión 2030 en Arabia Saudí

Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace. 

Arabia Saudí abarca la casi totalidad de la península arábiga, donde ocupa una extensión de 2.150.000 kilómetros cuadrados (4,26 veces España), y, con 35 millones de habitantes, es también el país más poblado de esta región.

Posee unas fronteras terrestres de aproximadamente 1800 kilómetros y unas fronteras de litoral de 2.640 kilómetros entre el mar Rojo y el golfo Pérsico (12 millas de mar territorial). Limita al norte con Jordania, Iraq y Kuwait, al este con Catar y Emiratos Árabes Unidos (EAU) y al sur con Yemen y Omán.

La superioridad de Arabia Saudí se fundamenta en el petróleo, activo que define su riqueza y poder. De hecho, tiene las mayores reservas mundiales y la industria relacionada con el crudo, para hacer frente a la demanda mundial, es la más desarrollada.

La petrolera saudí Arabian Oil Company (ARAMCO) y la compañía de refino Saudi Arabia Basis Industries Corporation (SABIC) son las más grandes del mundo. En la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y en el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), organismos constituidos en 1960 y 1981 respectivamente, su protagonismo es muy notable.

Sin embargo, la hegemonía mundial de sus grandes reservas petrolíferas y su posicionamiento internacional como principal exportador hicieron que el empleo de la técnica de fractura hidráulica que se produjo entre 2014 y 2015 y la consiguiente caída histórica de los precios, que convirtió a Estados Unidos en el mayor productor de petróleo del mundo, la cogieran por sorpresa.

Ante estas nuevas condiciones económicas, Mohamed bin Salmán (MbS), príncipe heredero y primer ministro, presentó el 25 de abril del 2016 un conjunto de medidas en las esferas política, económica y militar fundamentado en la estrategia conocida como Visión 2030¹.

Este trabajo analiza los elementos que el citado programa pretende introducir en los campos militar, económico, energético, social y de las relaciones exteriores. El rey, Salmán bin Abdulaziz al Saud, tiene actualmente ochenta y seis años y es posible que a corto plazo se produzca un relevo en el trono, que ocuparía su hijo, de treinta y siete años. Por el momento, el margen de maniobra de MbS es muy amplio, debido al apoyo incondicional del rey. Así pues, mientras su padre viva, el proceso de cambio, que algunos sectores perciben como una amenaza, podrá implementarse sin oposición.

Dentro de la estrategia de innovación, la dinastía Saud permanece estable. Desde el pasado 2022, se determinó conmemorar en febrero la fundación del reino saudí por parte de Mohamed bin Saud durante el mismo mes de 1727 en Diriyah. Sin embargo, lo cierto es que hasta 1902² el emirato liderado por Ibn Saud no logró la desintegración de los otros emiratos locales y la fusión de sus territorios. Durante la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña fue el actor 3 más activo en la expansión de los líderes de la familia Saud.

Arabia Saudí es uno de los mayores compradores de material de defensa a EE. UU. y la cooperación militar ha sido una de las principales causas que ha motivado su estrecha relación. No obstante, Arabia Saudí experimentó una enorme conmoción ante la presencia en su territorio de tropas estadounidenses tras la invasión de Kuwait por parte de Iraq el 2 de agosto de 1990, hecho que además demostró que ninguno de los países del Golfo tenía el poder militar suficiente para resistir la invasión iraquí⁴.

Por este motivo, a partir de la guerra del Golfo, los gastos militares se incrementaron y, de hecho, Arabia Saudí figuró como el mayor importador mundial de grandes armas entre 2016 y 2020⁵. El consiguiente rearme le permitió adoptar una presencia militar agresiva en los conflictos regionales. Concretamente, en Yemen⁶ mantiene un contingente de 15.00 efectivos y altas capacidades militares; el material procede del Reino Unido, EE. UU. y China. Ahora bien, a causa de esta misma intervención militar y de supuestas violaciones del derecho internacional humanitario, los Países Bajos, Alemania, Finlandia y Dinamarca han dejado de exportar armas a Arabia Saudí.

Por otro lado, el 23 de octubre del pasado año, MbS presentó la Estrategia Nacional Industrial, basada en el Plan Gubernamental de Financiación e Inversión, consistente en el desarrollo de una industria armamentística propia para fabricar en el país más del 50 por ciento del equipamiento militar en el que se invertirá en 2030 (en 2017 solo se fabricó el 2 por ciento). Hay que matizar que MbS fue ministro de Defensa entre 2015 y 2022; tras la reestructuración gubernamental de septiembre de 2022, el príncipe Khalid bin Salman ocupa esta cartera.

Sin embargo, por el momento continúan manteniéndose elevados niveles de gasto en material militar de proveedores externos. De hecho, en 2021 la balanza de pagos fue negativa⁷: el 77 por ciento del presupuesto se destinó a la adquisición de armamento, mientras que los ingresos del petróleo se situaron en torno a un 60 por ciento.

En relación con la fuerza naval, durante el pasado año dos corbetas construidas en España y cinco patrulleros de Francia se entregaron a la Real Marina de Arabia Saudí:

• Las corbetas son un tipo de barco único y específico, con helicóptero embarcado, del programa AVANTE 2000, diseñado para Arabia Saudí. Al ser un buque oceánico, puede navegar en alta mar, incluso con mar dura, por lo que tiene un mínimo de unas 1500-2000 toneladas de desplazamiento. Inicialmente, son barcos diseñados para operaciones de baja intensidad, tipo seguridad marítima (lucha contra la piratería, protección de tráfico marítimo), pero tienen capacidad militar suficiente para la guerra naval al disponer de sensores y armas.
• Los patrulleros son pequeños, de poco más de 20 metros, y desplazan 50 toneladas. Sirven para misiones de seguridad marítima, esto es, vigilancia y protección (costas, infraestructuras, pesqueros, zona económica exclusiva, intereses económicos, etcétera), salvamento y rescate. No poseen sistemas de armas, tan solo armas portátiles, como ametralladoras.

En el comercio global de petróleo, la complementariedad entre las economías del Golfo y Asia oriental ha aumentado. Arabia Saudí y China mantienen acuerdos comerciales y proyectos conjuntos de inversión en instalaciones, fábricas y refinerías, lo que incluye un espectro de actividades económicas muy amplio: exploraciones de petróleo y gas, refinación, comercialización, producción (petroquímicos, fibras y fertilizantes químicos y otros productos químicos), almacenamiento, trasporte y venta de crudo, gas y productos petroquímicos. Cabe subrayar, no obstante, que desde el pasado año China compra petróleo a Rusia, por lo que Arabia Saudí ha pasado coyunturalmente a una segunda posición en sus flujos de exportación.

Además de las relaciones estratégicas con China, se mantienen e intensifican las alianzas regionales con Egipto, Jordania, Iraq y Turquía y con territorios más alejados (Sudáfrica) en el campo económico y comercial con proyectos y grandes inversiones en la producción mineral y las energías renovables.

En el golfo Pérsico, Arabia Saudí comparte espacio con Irán y, como ya hizo EAU, el 10 de marzo anunció el restablecimiento de las relaciones bilaterales y la reapertura de las embajadas en el plazo de dos meses.

• El primero de los acontecimientos que modificó las buenas relaciones entre ambos países fue la Revolución iraní de 1979. A continuación, Arabia Saudí suministró apoyo financiero a Bagdad durante la guerra.
• En 1987 las relaciones diplomáticas se rompieron cuando, tras la muerte de doscientos peregrinos iraníes durante un tumulto en la peregrinación a La Meca, el ayatolá Jomeini hizo un llamamiento a favor del derrocamiento de la monarquía saudí.
• En los años noventa las relaciones se suavizaron, debido a la necesidad de Irán de reconstruir su maltrecha economía tras ocho años de guerra.
• Sin embargo, la invasión de Iraq en el 2003 y el liderazgo de Mahmud Ahmadineyad volvieron a avivar la rivalidad, propiciando lo que se conoce como la «guerra fría de Oriente Medio».

En las relaciones con Israel, la rivalidad también ha sido el rasgo dominante en el pasado. Arabia Saudí llegó a convertirse en un país muy influyente dentro del mundo árabe debido a su apoyo a la causa palestina.

• En agosto de 1967, el rey Faisal proclamó sus tres famosos lemas: no al reconocimiento del Estado de Israel, no negociaciones con Israel, no a la paz con Israel. En 1968, volvió a apoyar la causa palestina mediante la adquisición de un compromiso financiero con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Asimismo, manifestó su deseo de rezar en Jerusalén, el tercer lugar santo del islam, después de La Meca y Medina.
• A continuación, en 1973, durante la guerra entre Egipto e Israel, Arabia Saudí se unió a otros países productores de petróleo y declaró un embargo sobre su envío a los países que apoyaron a Israel.
• En 2002 Arabia Saudí promovió la Iniciativa de Paz Árabe, que ofrecía el reconocimiento universal del Estado de Israel por parte de los países árabes y la normalización de las relaciones a cambio de su retirada de los territorios palestinos ocupados desde 1967 y de la creación de un Estado palestino dentro de esos límites. El acuerdo fue rechazado por Israel, pero, tanto en la región como fuera, la propuesta fue interpretada como la mejor oferta que los Estados árabes podían hacer.
• A esta iniciativa le siguió en 2007 el Acuerdo de La Meca entre Fatah y Hamás, con la mediación de Arabia Saudí, para negociar un gobierno de coalición con la oferta de un aumento en la ayuda al desarrollo para los territorios palestinos ocupados.

No obstante, por cuanto respecta a Israel, actualmente la presencia de empresarios israelíes en Riad y las inversiones saudíes en compañías tecnológicas de la comunidad judía estadounidense están iniciando un cierto clima de confianza. De hecho, en el programa del primer ministro Benjamín Netanyahu figura la normalización de las relaciones con los países árabes, y más concretamente con Arabia Saudí. En esta línea, Israel renunció el pasado año a discutir la soberanía saudí sobre las islas Tirán y Sanafir, en el mar Rojo.

Por último, se viene manifestando un despliegue del poder blando a través de la búsqueda de grandes escaparates deportivos, como la firma de contratos con figuras relevantes del fútbol, el Rally Dakar o la Fórmula 1⁸.

La política climática de Arabia Saudí se conoce como Iniciativa Verde. Su objetivo es lograr cero emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el 2060 y, para ello, se precisa la transformación energética o transición a la descarbonizacion⁹.

Amin Nasser¹⁰, presidente y director ejecutivo de la petrolera nacional ARAMCO, afirma que a corto plazo las energías renovables no podrán reemplazar a los hidrocarburos y que la investigación está dirigida hacia el desarrollo de sistemas de captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2), que reducirían las emisiones en el momento de la producción.

Los planes de modernización de la Visión 2030 también afectaron a la compañía más estratégica de Arabia Saudí: ARAMCO, propiedad de la familia real. El 11 de diciembre de 2019 salió a bolsa con una valoración inicial de dos billones de dólares y el objetivo de sacar a la venta el 3 por ciento de las acciones. Sin embargo, el valor no fue admitido por los principales bancos y fondos de inversión mundiales, lo que llevó a la dirección de la empresa a imponer a familias prominentes del país la compra de parte de esas acciones.

La economía de Arabia Saudí está basada en el petróleo y el gas, además de en el valor añadido de los productos refinados. Entre 2010 y 2015, el país realizó un gran esfuerzo inversor para mejorar y construir nuevas refinerías, pues el tipo de crudo que se produce en los países del Golfo es de gran calidad e ideal para la producción de petroquímicos y plásticos.

Por otro lado, las iniciativas de desarrollo económico en actividades no petroleras comenzaron en los años setenta, como consecuencia de los planes quinquenales puestos en marcha por el Gobierno del rey Faisal. No obstante, posteriormente se fueron desvirtuando por el incremento de los gastos militares a partir de la guerra del Golfo.

Uno de los planes quinquenales originó el Plan Nacional de Infraestructuras y los proyectos de creación de zonas industriales, que a su vez impulsaron la industria de la construcción, la más importante del Golfo hasta 2015. No obstante, las infraestructuras y vías de comunicación se han venido construyendo mediante proyectos de gran dimensión económica —algunos concursos internacionales— ejecutados por consorcios, sociedades y mano de obra extranjeros.

En cuanto a la población activa, hay altas tasas de desempleo, aunque la economía haya registrado índices de crecimiento alcistas y hayan tenido un éxito limitado las políticas de saudización (Programa Nitaqat), que establecían un mínimo de trabajadores nacionales en las compañías del sector privado.

De hecho, más de la mitad de la población activa está empleada en el sector público, lo que supone un gasto del 45 por ciento del presupuesto estatal¹¹. Para reducir esta proporción, se aspira a que la fuerza laboral sea nativa —sobre todo en los puestos de responsabilidad de los sectores considerados clave para los saudíes— y al desarrollo de los sectores terciario e industrial con vistas a generar puestos de trabajo en el sector privado que puedan ocupar los saudíes.
Los ingresos de la renta turística han ido creciendo hasta la fecha como resultado de la concentración en dos segmentos seguros, el turismo religioso y el de negocios. Paralelamente, se potencian otros destinos, como las ruinas de Diriyah, Patrimonio de la Humanidad.

El desarrollo urbano se ha centrado en los proyectos de dos ciudades, ambas en el noroeste: The Line y NEOM, con energías renovables, espacios naturales e inteligencia artificial. En particular, NEOM tendrá un aeropuerto, un puerto marítimo, un centro industrial y tecnológico (Oxagon) y un área natural para el turismo de montaña (Trojena). Este último espacio ha sido seleccionado como la sede de los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029. Para el suministro de agua, en junio de 2022 se firmaron sendos acuerdos con la compañía japonesa Itochu y la francesa Veolia, que construirán una planta de desalinización propulsada por hidrógeno verde.

Para impulsar el sector industrial, Bandar Al-Khorayef, ministro de Industria y Recursos Minerales, anunció la construcción tres plantas siderúrgicas destinadas a la utilización y la trasformación del hierro. Por otro lado, para localizar la fabricación en el país, se firmaron acuerdos con Lucid Group, fabricante internacional de automóviles eléctricos de lujo, y con la multinacional aeronáutica estadounidense Boeing.

Por último, la actividad comercial mantiene altas sus capacidades con dieciséis puertos comerciales y se espera que la Estrategia de Trasporte y Logística convierta al país en un importante eje de la actividad económica.

Los gobernantes saudíes han introducido reformas sociales cuando se han visto forzados por las nuevas condiciones políticas y económicas, adversas para sus intereses, que se han producido en el entorno regional o internacional. Las Primaveras Árabes y la posibilidad de una escalada de las revueltas en su territorio durante el reinado de Abdalá bin Abdelaziz o la Visión 2030, destinada a afrontar un posible horizonte de descenso de las reservas petrolíferas, que podría causar a su vez una caída de los ingresos estatales, han supuesto cambios dirigidos a una adecuación a las situaciones de incertidumbre.

El derecho al voto masculino y femenino fue autorizado por primera vez en el contexto de las Primaveras Árabes, en 2009 y 2015 respectivamente¹². Por otro lado, en mayo de 2018, la Visión 2030 causó el levantamiento de la prohibición, única en todo el mundo, que impedía conducir a las mujeres¹³ .

Sin embargo, los cambios nunca han sido profundos. Arabia Saudí tiene una base política de intolerancia ideológica y religiosa, pues la escuela wahabita, caracterizada por su rigidez y dogmatismo, es la doctrina oficial. Los gobernantes saudíes son los primeros beneficiarios, porque el discurso religioso prohíbe que se les realice cualquier crítica pública y penaliza la discusión sobre sus políticas¹⁴.

El 82 por ciento de la población utiliza redes sociales y estas tecnologías de la información podrían conducir a un cuestionamiento de la legitimidad del discurso ideológico, motivo por el cual se han establecido sistemas para su vigilancia¹⁵.

En realidad, Arabia Saudita se encuentra en la novena posición entre las principales economías del mundo, pero la doctrina wahabí ha alejado a importantes e influyentes sectores sociales, que están en el exilio. En relación con la mujer, ocupa el puesto 127 entre los 146 países estudiados por el Índice Global de la Brecha de Género 2022¹⁶.

La identidad es absolutamente masculina¹⁷, es decir, el rango, el estatus y los vínculos familiares vienen determinados por la línea de sucesión de los varones (identidad patrilineal). De los gobernantes saudíes, solo se conocen los datos biográficos de los padres y de las madres se desconoce en la mayoría de las ocasiones el nombre, la personalidad o el origen¹⁸.

Arabia Saudí se encuentra en transformación, con un número muy amplio de proyectos e inversiones en curso¹⁹. No obstante, es poco probable que en la fecha señalada de 2030 puedan finalizarse muchos de estos, e incluso algunos otros no se ejecutarán.

Para el 2050, Asia Oriental y, en concreto, China serán responsables del 50 por ciento de la producción mundial. Los mercados manufactureros se mantendrán muy altos e incrementarán su consumo de energía, principalmente procedente del Golfo.

En la economía global del petróleo, los precios se tasan en dólares pero, por este desplazamiento hacia Oriente, es posible que a medio plazo se origine un cambio radical en las esferas financieras y comiencen a valorarse en yuanes chinos.

A corto plazo, las relaciones entre Arabia Saudí y China serán más intensas, incluso en seguridad y cooperación militar. Ambas potencias presentan similitudes a nivel ideológico, porque sus poderes políticos perciben como una amenaza las ideas democráticas o liberales, propias de Occidente, que consideran ajenas. Además, como aliados, tienen medios suficientes para desplegar una considerable coacción económica a nivel global.

Por último, Arabia Saudí mantendrá abiertos los canales de comunicación con EE. UU., que sigue siendo la potencia militar más importante del Golfo. En cuanto a los flujos de petróleo, EE. UU. es el mayor productor del mundo y es probable que ya no necesite exportar de Arabia Saudí.

Bajo la mediación de China, se considera que el restablecimiento de las relaciones bilaterales con Irán responde a que ambos países, al igual que EAU, forman parte del gran corredor chino de infraestructuras, la franja que ha revitalizado la antigua Ruta de la Seda.

Los países firmantes de los Acuerdos de Abraham hasta la fecha han sido EAU, Bahréin, Sudán y Marruecos.

En Arabia Saudí podría abrirse una ventana de oportunidad para mejorar las relaciones con Israel, debido, por un lado, al liderazgo y las ideas de MbS y, por otro lado, a la pérdida de significación de Palestina en el ámbito internacional.

A pesar de las divergencias políticas y religiosas con Israel, el espacio común para un posible entendimiento futuro está determinado por la amenaza que Irán supone para ambos. En consecuencia, los dos países podrían converger para desestabilizar a Irán e impedir la creación de un Estado nuclear.

Por su parte, la formalización de los Acuerdos de Abraham implicaría el reconocimiento de Israel como el Estado nación del pueblo judío. Se considera que esta alianza originaría un cambio de paradigma profundo en Arabia Saudí, que podría afectar a su estabilidad interna por la posible presión de los círculos religiosos conservadores.

Se prevé que, para los fabricantes internacionales que se establezcan en Arabia Saudí, las futuras plantas siderúrgicas se convertirán en las principales proveedoras de acero, una aleación²⁰ fundamental en los sectores automovilístico, aeronáutico o naval. Por otro lado, con casi total seguridad las partes de plástico requeridas en el proceso industrial serán suministradas por SABIC, la empresa saudí de refino.

MbS tiene la voluntad política de realizar un esfuerzo de guerra para fabricar material militar en el propio país²¹ y limitar la dependencia de proveedores externos.

Dado que el principal desafío consistiría en impulsar la base industrial y el empleo de talento especializado, se cree viable un horizonte temporal de quince años para que el país disponga de cierto armamento convencional moderno pero menos tecnológico y de entre veinticinco y treinta años para el desarrollo de tecnologías armamentísticas más punteras e innovadoras (grandes sistemas de armas, entorno espacial y satelital, capacidad cibernética, etcétera).
En consecuencia, la generación de capacidades convencionales por medios propios podría mejorar a medio plazo, pero, a corto plazo, Arabia Saudí continuará dependiendo de socios o aliados para la importación de armas.

Por otro lado, Arabia Saudí quiere ser relevante en su espacio marítimo y, por este motivo, con seguridad aumentará su capacidad naval militar. La protección y vigilancia de las importantes refinerías e infraestructuras portuarias del país se encomendará a patrulleros y corbetas, que escoltarán a los grandes petroleros y asegurarán los canales de exportación en la mar oceánica (costa de Yemen y estrecho de Ormuz).

Se cree que la Visión 2030 no va a suponer un cambio de paradigma, porque la modernización económica no se verá acompañada de una modernización social y política²².

A pesar de los resentimientos de los distintos grupos sociales que pueden manifestarse en las redes sociales, se estima que no hay grupos ni individuos que amenacen la estabilidad del reino a causa del autoritarismo y la fuerte represión existentes²³.
Por otro lado, en el primer semestre de 2022 los países petrolíferos experimentaron un superávit como resultado de la subida de los precios del petróleo, y es posible que esta riqueza no cause a corto plazo la disidencia social.

Se prevé que Arabia Saudí no contribuirá a mantener el límite del aumento de la temperatura global en 1,5 °C, porque a corto plazo no va a reducir sus emisiones de GEI.

Por otro lado, el grado de penetración de las energías renovables se halla aún en una fase incipiente. Para reducir las emisiones, es posible que Arabia Saudí concentre su esfuerzo inversor en el desarrollo de los métodos para capturar y almacenar CO2.

A medio y largo plazo, se perpetuará un contexto muy favorable al uso de los combustibles fósiles. Las potentes ARAMCO (petrolera) y SABIC (empresa de refino) no van a detener su actividad, pues resultan determinantes para los ingresos estatales saudíes.

El consumo de petróleo se ha ido incrementando año tras año y la demanda experimentará un crecimiento por parte los mercados asiáticos, las regiones más consumidoras, cuya elevada demanda mantendrá los precios altos y, en consecuencia, la producción continuará incentivándose. Además, la cantidad de residuos plásticos producida por la industria de refino se mantendrá muy alta y es probable que su destino continúe siendo Malasia.

Por otro lado, la industria de la construcción crecerá considerablemente en los próximos años, debido a los grandes proyectos de desarrollo urbano, turístico y de infraestructuras. Aunque las autoridades saudíes han manifestado que se utilizarán energías renovables, se estima que aumentará el consumo interno de crudo y, en consecuencia, también lo harán los problemas medioambientales.

Por otro lado, el consumo eléctrico, asociado a una intensa urbanización, también ha provocado un aumento del consumo interno de crudo, hasta ahora subvencionado por el Gobierno. Este se considera uno de los principales desafíos que afronta el país, ante el temor de que las reservas puedan agotarse en 2030.

La tendencia es muy negativa por cuanto respecta al calentamiento global. No obstante, a modo de lavado de cara, los productores de petróleo adoptarán un rol muy activo en las negociaciones sobre cambio climático. De hecho, la próxima COP28 tendrá lugar del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 en Dubái, emirato que pertenece al séptimo país con las mayores reservas mundiales de petróleo (EUA).

Natalia Torregrosa Ramos*

Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos

REFERENCIAS:

1. Además de Arabia Saudí, otros cinco países de la península arábiga —Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar y Omán— han implantado planes gubernamentales similares para diversificar sus economías a través de actividades no petroleras (visiones 2030, 2035, 2040, etcétera).
2. AL-RASHEED, Madawi. Historia de Arabia Saudí. Cambridge University Press, Madrid, 2003.
3. El Reino Unido creó en sus colonias una estructura de agentes de espionaje, reclutados en las universidades entre geógrafos, antropólogos, lingüistas, arqueólogos y otros muchos expertos. En Arabia Saudí destacaron dos: el arqueólogo Tomas Edward Lawrence, reclutado en 1914, que tuvo a lo largo de su vida diferentes misiones, fundamentalmente encaminadas a la participación en los levantamientos antiturcos y al establecimiento de amistades con hijos de líderes tribales, y el arabista Harry St. John Philby, que se convirtió en asesor de la familia Ibn Saud y fue el promotor del establecimiento en 1933 de la petrolera Standard Oil of California en Arabia Saudita.
4. ROGAN, Eugene. Los Árabes: del Imperio Otomano a la actualidad. Crítica, 2012, pp. 691-708.
5. EE. UU. y el Reino Unido figuran como los mayores proveedores de armas de Arabia Saudí en los anuarios de 2017 y 2021 de SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute).
6. International Institute for Strategic Studies (IISS). «Conflict Report Yemen: Saudi Arabian armed forces», The Armed Conflict Survey, 2022, p. 168.
7. Según el resumen del informe presupuestario de 2021 disponible en SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute).
8. OXFORD ANALYTICA. «Saudi Arabia funding will change the business of golf», Daily Brief. 3 de marzo de 2023. Disponible en: https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/OXAN-DB276474/full/html
9. La combustión del petróleo, el carbón y el gas genera dióxido de carbono (CO2), que arroja a la atmósfera global los GEI responsables del calentamiento de la Tierra. En la última COP27 (Sharm El-Sheikh, Egipto, noviembre de 2022), el límite de seguridad de la temperatura global quedó establecido en 1,5 °C, pero las emisiones de GEI han aumentado un 54 por ciento desde 1990.
10. BAKR, Amena. «Aramco CEO: Don't Drop Oil and Gas Too Quickly», Energy Intel. 13 de febrero de 2023. Disponible en: https://www.energyintel.com/00000186-4b83-d031-a1ff-7ff3326a0000?_amp=true [consulta: febrero de 2023].
11. OXFORD ANALYTICA. «Workforce localisation will accelerate in Saudi Arabia», Daily Brief. 29 de diciembre de 2022, pp. 9-13. Disponible en: https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/OXAN- DB274926/full/html
12. El sufragio solo está regulado para las elecciones municipales.
13. Mona Eltahawy considera que el levantamiento de la prohibición fue un logro de las llamadas «protestas al volante», que ocasionaron durante largo tiempo la detención y encarcelamiento de feministas y activistas pro derechos de la mujer (Cfr. ELTAHAWY, Mona. El himen y el hiyab: por qué el mundo árabe necesita una revolución sexual. Capitán Swing, 2018, pp. 10-13).
14. En Arabia Saudí no existen los partidos políticos. Durante las Primaveras Árabes, tras las revueltas chiíes en las regiones del este, el Consejo de Ulemas publicó una fatwa prohibiendo las manifestaciones, marchas o sentadas, porque contradecían la ley islámica.
15. OXFORD ANALYTICA. «Saudi Arabia will use social media to deter criticism», Daily Brief. 14 de diciembre de 2022, pp. 18-21. Disponible en: https://www.emerald.com/insight/content/doi/10.1108/OXAN-DB274681/full/html
16. Los puestos 68, 130, 131, 137 y 139 los ocupan EAU, Kuwait, Bahréin, Catar y Omán respectivamente (WORLD ECONOMIC FORUM. Global Gender Gap Report 2022. Disponible en: https://www3.weforum.org/docs/WEF_GGGR_2022.pdf [consulta: 2/3/2023]).
17. LEWIS, Bernard. Las identidades múltiples de Oriente Medio. Siglo XXI, 2000.
18. La situación de la mujer y la limitación de sus derechos en la escena pública en los países de Oriente Medio son temas tratados en multitud de monografías. Entre ellas destacan: LEWIS, Bernard. ¿Qué ha fallado? El impacto de Occidente y la respuesta de Oriente Próximo, Siglo XXI, 2002, pp. 81-93. MARTINEZ MONTÁVEZ, Pedro. El reto del islam, la larga crisis del mundo árabe contemporáneo. Temas de Hoy, 1997, pp.185-193. ELTAHAWY, Mona. El himen y el hiyab: por qué el mundo árabe necesita una revolución sexual. Capitán Swing Libros, 2018.
19. Los proyectos de la Visión 2030 suponen grandes inversiones, que están realizando diferentes agentes estatales respaldados por fondos soberanos: fondos de desarrollo, grupos industriales (Saudi Arabian Military Industries, SAMI) y fondos de inversión (Saudi Downtown Company, SDC).
20. Fe-C (hierro y carbono).
21. Los comienzos, motivaciones y el tiempo que tardaron en desarrollarse las industrias de defensa en países como EE.UU. e Israel se detallan «La motivación de un país» (SENOR, Dan y SINGER, Paul. Start-up nation, la historia del milagro económico de Israel. Aleph, 2012, pp.195-202).
22. Según Francis Fukuyama, un sistema político subdesarrollado es aquel que nunca genera un principio de responsabilidad política ni un principio de legalidad (Cfr. Los orígenes del orden político. De la prehistoria hasta la Revolución francesa. Ediciones Deusto, 2016).
23. AL-RASHEED, Madawi. «Estados e islamistas en el mundo árabe, con especial referencia a Arabia Saudí», AWRAQ, 15. 2017, pp. 61-72.