Opinión

Las empresas de servicios públicos están en alerta: todo el Internet de las Cosas está en peligro por sí mismo

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¿Ha llegado el Internet de las Cosas -el vasto ecosistema actual, interconectado y centrado en la informática- a un punto en el que es tan complejo, tiene tantas capas, cuenta con tantos arquitectos y lleva incorporados tantos intereses nacionales que se ha convertido en una amenaza para sí mismo?

¿Implosionarán la red eléctrica, el sistema financiero o el aparato de control del tráfico aéreo no por la mano de un hacker malintencionado, sino porque el sistema -que ahora es un sistema de sistemas- se ha convertido en la amenaza más sutil a la que se enfrenta?

Y lo que es peor, al aumentar la velocidad de la telefonía con el 5G, ¿se acelerará la implosión del sistema con consecuencias devastadoras?

¿Se desencadenará este colapso tecnológico desde dentro por un trozo de código olvidado hace tiempo, un sensor fallido o productos de calidad inferior en puntos vitales y de carga de este sistema?

Este tipo de desastre derivado de la complejidad se conoce como "comportamiento emergente". Recuerde este concepto. Es probable que oiga hablar mucho de él en el futuro.

El comportamiento emergente es lo que ocurre cuando varios objetos o sustancias se juntan y desencadenan una reacción que no se puede predecir, ni tampoco se puede predeterminar el desencadenamiento.

Robert Gardner, fundador y director de New World Technology Partners y consultor de la Agencia de Seguridad Nacional, me dice que el ecosistema informático está muy sujeto al comportamiento emergente en el llamado sistema de sistemas complejo y adaptativo que es el cibermundo actual. Es un mundo que se ha ido construyendo a lo largo del tiempo con nuevas capas de complejidad añadidas a discreción a medida que la informática, y lo que se le ha pedido, se ha convertido en una estructura enorme e inexpugnable, fuera del alcance de sus arquitectos y cuidadores actuales, incluidos los aficionados a la ciberseguridad.

En la creación

Gardner, en mi opinión, vale la pena escucharlo porque estuvo, si se quiere, en el principio. Al menos, estuvo presente y trabajó en la evolución de la informática, desde los años 70, cuando ayudó a construir los primeros superordenadores y ha sido consultor de varios laboratorios nacionales, como Lawrence Livermore y Los Álamos. También ha desempeñado un papel clave en el desarrollo de la actual infraestructura informática financiera supersofisticada, conocida como "Fintech".

Gardner dice de los comportamientos emergentes en los sistemas complejos: "No pueden predecirse examinando los componentes individuales de un sistema, ya que son producidos por el sistema en su conjunto, facilitando una tormenta perfecta que conspira para producir una catástrofe".

La complejidad es el nuevo adversario, dice de estos enormes sistemas virtuales de sistemas.

Gardner añade: "El adversario de la complejidad no requiere ayuda externa; puede ser convocado por fallos menores del usuario, del entorno o del equipo, o por inestabilidades de tiempo en el funcionamiento ordinario de un sistema".

"El software actual de detección de amenazas no busca ni detecta estas condiciones del sistema, dejándolo muy vulnerable".

Gardner cita dos ejemplos en los que el sistema falló por sí mismo. El primer ejemplo es cuando la rama de un árbol que cayó sobre una línea eléctrica en Ohio puso en marcha un apagón en todo Michigan, Nueva York y Canadá. El sistema se convirtió en el problema: se volvió loco y 50 millones de personas se quedaron sin electricidad.

El segundo ejemplo es cómo algo llamado "riesgo de contrapartida" aceleró la desaparición de Lehman Brothers, el coloso de Wall Street. Fue entonces cuando un único impago incrustado en el sistema inició la implosión de toda la estructura.

No hay actores nefastos

Gardner afirma que "no había actores nefastos de los que defenderse; la naturaleza compleja y heterogénea de los propios sistemas dio lugar a comportamientos emergentes".

En el futuro, las mejores prácticas de ciber higiene no defenderán contra la catástrofe. Los sistemas entrelazados son su propio enemigo. Las empresas de servicios públicos toman nota.

Y el peligro puede empeorar, según Gardner.

El villano es el 5G: el sistema de telefonía y datos superrápido que se está desplegando en todo el país. Vendrá en lo que se llama " porciones ", pero para eso se pueden leer etapas.

  • La primera fase es la que se está construyendo ahora: es más rápido que el actual 4G, que es lo que usan actualmente los teléfonos y los datos. Incluye la banda ancha móvil.
  • La segunda fase, llamada "máquina a máquina", es aún más rápida.
  • La tercera tajada moverá enormes cantidades de datos a velocidades asombrosas que, si los datos son perjudiciales para el sistema y se han producido en un lugar no identificable, representan una amenaza para todo un tramo de la actividad humana.

Las máquinas autodestructoras serán imparables cuando dispongan de la tercera fase del 5G para acelerar la mala información en todo su sistema y en los sistemas conectados. Armagedón tecnológico.

En Twitter: @llewellynking2

Llewellyn King es productor ejecutivo y presentador de "White House Chronicle" en PBS.
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