Lev Parnas, el factor no controlado del impeachment
La figura del arrepentido ha llegado al impeachment contra Trump. A pocos días de que se abra el juicio político al presidente norteamericano, y con el reciente informe de la Oficina de Control del Gobierno que califica de ilegal la congelación de las ayudas militares a Ucrania sobre la mesa, el país se ve sacudido por un cambio de testimonio y de posición que tal vez no sirva para decantar la balanza del proceso en contra de Trump pero sí para ponerle nervioso y forzarle a que cometa un error. En las últimas horas ha saltado a los titulares de todo el país la figura de Lev Parnas, por su reconocimiento de que el presidente conocía a la perfección sus manejos en Ucrania en perjuicio de su adversario político Joe Biden. Parnas ha entregado al Senado documentos, audios comprometedores, manuscritos y agendas que demuestran la estrategia llevada a cabo para presionar al gobierno ucraniano para que investigara al hijo de Biden, bajo la amenaza de retirar esas ayudas al ejército del país caucásico. Las entrevistas de Parnas a Rachel Maddow en la MSNBC y en The NYT ha hecho temblar los cimientos de la Casa Blanca y suponen un elemento imprevisto para la defensa del presidente en su tarea de salvar cómodamente el juicio político en el Senado. Nadie piensa que el impeachment vaya a salir adelante y obligarle a desalojar el poder, pero con situaciones que escapan a su control como la confesión de Parnas surgen algunas dudas.
La pregunta ha surgido en todas las redacciones de medios de comunicación y en los mentideros políticos. Nacido en la antigua Unión Soviética, en la ciudad de Odessa en febrero de 1972, su familia emigró a Estados Unidos cuando él sólo tenía tres años. Primero se establecieron en Detroit y luego en Brooklyn, hasta que el propio Lev, que significa león en su idioma natal, decidió con poco más de veinte años fundar en Florida sus empresas: Global Energy Producers y Fraud Guarantee. Son conocidas las deudas que estas sociedades han dejado por el camino. Cuando Trump anunció su candidatura a la presidencia en 2015, Parnas fue acercándose cada vez más al entorno del poderoso candidato, y se convirtió en hombre cercano a Rudolph Giuliani, el abogado de Trump y ex alcalde de Nueva York. Trabajó para él en la búsqueda de material perjudicial para Hunter Biden en su país de nacimiento, dados sus antecedentes y sus relaciones allí. Él ha reconocido en alguna otra entrevista que no movió un solo dedo por su cuenta sin que Giuliani lo conociera, y que buscó información, arregló reuniones y se aseguró de que las traducciones de esos encuentros fueran las correctas. Fue el contacto directo del equipo de Trump con el exfiscal general ucraniano, Yuri Lutsenko.
Junto a su socio, el empresario bielorruso Igor Fruman, Parnas había llevado a cabo iniciativas benéficas en favor de la población judía. Pusieron en marcha un refugio para los judíos afectados por la intervención militar rusa en el este de Ucrania y realizaron frecuentes viajes a Israel, uno de los más comentados junto al ex gobernador de Arkansas, el conocido republicano Mike Huckabee. Los dos empresarios fueron detenidos en octubre bajo la acusación de cargos de conspiración, declaraciones falsas y falsificación de registros y se les ordenó entregar documentos clave a los investigadores del Congreso. Todo ello, junto al peso de la fiscalía, le ha hecho reflexionar y declarar aportando pruebas, pese a que no se reconoce culpable. Trump dijo de los dos amigos de Giuliani que no los conoce ni tiene idea alguna de lo que hacen, aunque entre los documentos aportados por Parnas al impeachment figuran fotografías en las que comparten largas veladas.
La influyente web Politico.com titula su información sobre este testimonio y sus pruebas destacando la palabra “bomba” en el juicio por impeachment que se abre. The New York Times titula su entrevista a Parnas señalándole como el jugador clave del asunto de Ucrania y destacando que ha roto definitivamente con Trump y Giuliani. En la tercera entrevista que ha concedido en pocas horas, Parnas le ha reconocido a Anderson Cooper en su programa 360º en la CNN que presenció cómo Trump le pedía a uno de sus asistentes que despidiera a la embajadora en Ucrania, Marie Yovanovitch, por no sumarse a la estrategia contra Biden.