Opinión

Macron tras los atentados de Niza y Viena: repensando Schengen

photo_camera Recep Tayyip Erdogan et Emmanuel Macron

Emmanuel Macron ha anunciado este pasado jueves cinco de noviembre el refuerzo de todos sus controles fronterizos para hacer frente a la amenaza del terrorismo yihadista, el tráfico ilegal y la inmigración irregular. Esta medida para luchar contra la amenaza terrorista exógena complementa las ya puestas en marcha por el gobierno de Macron en los últimos meses para acabar con la amenaza terrorista endógena, es decir, nacional. Entre las medidas para acabar con la radicalización yihadista en Francia destacan el diseño y establecimiento de las células departamentales de la lucha contra el “islamismo” (CLIR), la creación de los “barrios de reconquista republicana” (QRR) y el fin del dispositivo de la Enseñanza de lengua y cultura de origen (ELCO). A estas medidas se le suman las operaciones concretas llevadas a cabo por los servicios de inteligencia de la policía y gendarmería sobre el terreno para cerrar lugares de culto y asociaciones en las que se promueve un islam radical “que no respeta los valores de la República”. En diciembre Macron pretende presentar el proyecto de ley para reforzar la laicidad, antes conocido como la ley del separatismo islámico, en el que se tratarán en profundidad varias de estas medidas. 

Para acabar con la amenaza exógena, Macron va a duplicar las fuerzas de seguridad en las fronteras terrestres de España e Italia, desplegando 2.200 policías y gendarmes y 200 militares. Esta decisión ha sido justificada por el aumento de la amenaza yihadista en Europa, tras los atentados en Niza y en Viena. Ambos culpables habían cruzado por varios Estados europeos antes de llegar a sus destinos. A raíz de la movilidad de los terroristas europeos, en las declaraciones del jueves cinco de noviembre Macron, por primera vez, afirmó la necesidad de repensar y refundar las reglas de libre circulación europeas, ya puestas en duda por otros países europeos debido a la pandemia y la inmigración irregular descontrolada. Ese cuestionamiento de Schengen para Macron no está relacionado con la movilidad interna a nivel europeo, sino con la gestión de las fronteras externas. Tras su controvertida declaración, Francia ha convocado este martes 10 de noviembre una reunión con varios líderes europeos para tratar el tema de la amenaza yihadista y el espacio Schengen. Por videoconferencia, se reunirán Angela Merkel desde Berlín y los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Europea desde Bruselas. Sebatian Kurz, el canciller austriaco participará a la videoconferencia tras una reunión con Macron en el palacio del Elíseo. Esta reunión es una primera toma de contacto con los líderes europeos en preparación al Consejo Europeo del 10 de diciembre en el que Macron pretende proponer las primeras medidas con el objetivo de impulsarlas durante la presidencia francesa del Consejo que comienza en 2022. 

A pesar de que se desconocen las medidas concretas, el presidente del Consejo Charles Michel y Clément Beaune, secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, han compartido alguna de las potenciales propuestas que se están planteando a nivel europeo. Una de ellas es el refuerzo de las estrategias europeas de monitorización de los yihadistas. A parte de compartir información de manera más fluida, se pretende que sea la agencia europea Frontex la que pueda llevar parte de este control y para ello, Clément Beaune ha reiterado la necesidad de fortalecer y ampliar esta agencia que pasaría a tener de 1.500 a 10.000 efectivos. 

Por otro lado, el presidente de la Comisión en vísperas de la reunión del 10 de noviembre ha propuesto una medida para luchar contra la radicalización yihadista a nivel europeo, la creación de un Instituto Europeo para la formación de imanes. Esta medida tiene como objetivo supervisar la formación de los imanes y asegurar que sus mensajes no contribuyen a la “ideología del odio”. Esta medida ya fue propuesta por Macron a nivel francés en su presentación de la ley contra el separatismo islámico para acabar, no sólo con la radicalización, sino también con la influencia extranjera sobre la comunidad musulmana en Francia. A pesar de que el presidente de la Comisión no ha querido especificar más sobre esta institución educativa, uno de los problemas que se plantea es la falta de legitimidad que podría tener este Instituto de formación en la comunidad musulmana europea. Si su único objetivo es el control de ésta, los musulmanes van a seguir optando por formar a los imanes en el extranjero. Europa debe contar con la comunidad musulmana a la hora de proponer este tipo de iniciativas para asegurarse de que su enfoque responde a las necesidades de los musulmanes europeos y no sólo de los gobiernos.