Mal comienzo de la CDU ante este súper año electoral
Dos elecciones y dos severas derrotas de la Democracia Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel. Los casi once millones de alemanes llamados a las urnas en los comicios regionales de Baden-Württemberg y Renania-Palatinado acudían así al primer test de un súper año electoral, en el que, además de estos dos estados, celebrarán elecciones Sajonia-Anhalt, Mecklemburgo-Antepomerania, Turingia y Berlín, culminando con las generales del mes de septiembre.
El retroceso de la CDU -4 puntos porcentuales menos en Baden-Würtemberg y 6 en Renania-Palatinado- ha significado por el contrario el afianzamiento de los ecologistas de Alianza 90/Los Verdes en el primero, y de los socialdemócratas del SPD en el segundo. De paso, también, la consagración de figuras como Winfried Kretschmann, único presidente ecologista de uno de los 17 landër alemanes. Conseguir un tercer mandato le convierte en aspirante a más altas cotas de poder a nivel federal. Los Verdes, que no han cesado así de conseguir cada vez mayores simpatías del electorado, pueden convertirse en la llave maestra del gobierno que suceda a la canciller Angela Merkel al término de su mandato, sea éste predominantemente democristiano o socialdemócrata.
A resaltar precisamente el triunfo de Malu Dreyer en Renania-Palatinado, que al igual que su colega ecologista podrá hacerse con un tercer mandato consecutivo, si bien en su caso ha registrado un descenso de tres puntos en relación con el resultado que lograra en 2016.
Respecto del revés sufrido por la CDU en ambos estados, estos comicios eran los primeros en los que la formación demócrata cristiana los encaraba bajo el nuevo liderazgo de Armin Laschet, elegido el pasado mes de enero para sustituir a Angela Merkel. Su estreno, pues, no ha podido ser más decepcionante.
En el primer análisis realizado por sus órganos directivos se culpa al escándalo causado por la revelación hace unas semanas de casos de corrupción, que afectarían presuntamente a algunos diputados de la CDU en el Bundestag.
La opinión pública alemana, además, mostraba un creciente descontento hacia el Gobierno federal de Merkel respecto de su gestión de la pandemia del coronavirus.
Un año largo de confinamientos y severas medidas restrictivas, pespunteadas por levantamientos puntuales, y un acusado retraso en el programa de vacunación masiva, cuestionan la eficacia de la actual coalición de gobierno federal, pero sobre todo lo identifican con un final de reinado de la canciller, en el que ya no perciben un proyecto ilusionante de futuro.
Por si fuera poco, el plan de vacunación a escala europea tampoco responde a las expectativas creadas, y se da la circunstancia de que la responsable máxima de ese programa es la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, también una destacada miembro de la CDU alemana.