Medidas económicas por el coronavirus: los unos y los otros
Actualizado con las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno de España
El impacto sobre la economía mundial de la epidemia por el coronavirus COVID-19 ya ha lastrado las previsiones de crecimiento para este año 2020, hasta el punto de que comienza a hablarse de una posible recesión en el mundo. Además del tratamiento como emergencia sanitaria y de las medidas adoptadas para combatir la difusión de la enfermedad, los gobiernos adoptan y diseñan paquetes de acciones para mitigar las consecuencias negativas en los mercados, las empresas y el comercio global.
La filosofía con que se están afrontando estas medidas de choque difiere notablemente en el entorno occidental, no solo por las características de los planes de acción que se han anunciado hasta ahora sino también por el mensaje que transmiten a los ciudadanos. Mientras EEUU bajaba los tipos para regar de liquidez al sistema y que el dinero no se paralice, la UE emprendía el camino contrario, abrir la mano a más déficit para los países miembros del club comunitario. Medidas para la iniciativa privada frente a medidas para los gobiernos. Los paquetes de medidas económicas adoptados en los principales países son estos:
El país que ha registrado más casos fuera de China es también el que ha actuado con más contundencia para combatir el virus, aunque no han tenido tanta publicidad sus medidas económicas para frenar sus consecuencias sobre la economía italiana. Desde el Palazzo Chigi no quieren quedarse solo en el efectismo de las prohibiciones y los aislamientos, y ha tomado la delantera con un plan de siete mil millones de euros, una moratoria para el pago de deudas a las empresas y las familias y una garantía para los bancos con el fin de que no se retraiga el crédito. Los autónomos tendrán ayudas directas especialmente si resultan contagiados y ven imposibilitada su actividad profesional. Una coalición de centro izquierda gobierna en Italia con el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático.
El gigante mundial quiere escenificar una recta final de la crisis del coronavirus que apareció en una de sus remotas regiones. El presidente Xi Jinping visita Wuhan por primera vez desde que en diciembre empezó la difusión del microbio, y no lo hace porque allí sigan los problemas enquistados en la zona cero, sino por todo lo contrario: empiezan a conocerse datos que confirman la mejora, aunque las restricciones se van a mantener. Las autoridades, que han actuado con la mano de hierro que se le presume a una dictadura, apuntan ya a que la cuarentena va a irse levantando. El número de casos registrados hoy es el más bajo desde que se confirmó la epidemia nacional.
Después de la decisión generalista de la Reserva Federal de bajar los tipos de interés medio punto, sin precedentes desde la crisis de Lehman Brothers, llegan las medidas puntuales. A una situación excepcional hay que tratarla por la vía de la emergencia. Trump ha anunciado recortes fiscales y subvenciones a la industria turística y las aerolíneas y compañías de cruceros. Ha liberado una partida de más de 8.000 millones de dólares con el fin de que los gobiernos de los estados tengan apoyo financiero para sus medidas de choque. Las nóminas de los trabajadores tendrán incentivos, las bajas por enfermedad serán remuneradas y habrá dinero contante y sonante para las pequeñas y medianas empresas que tengan que cerrar su actividad por registrar casos de trabajadores contagiados.
Su ministro de Finanzas Bruno Le Maire ya descuenta la caída de varias décimas del PIB francés y por eso ha empezado a mover el árbol de las medidas económicas. El plan de estímulo tiene como destinatarias las empresas del país, que podrán aplazar el pago de las cotizaciones y solicitar desgravaciones si se ven obligadas a cerrar. El gobierno ayudará con dinero a las pequeñas y medianas empresas.
Merkel y sus socios socialdemócratas tampoco se han quedado de brazos cruzados ante la magnitud del problema que afecta a la poderosa industria germana. Liquidez para las empresas, más ayudas a los trabajadores que tengan que reducir su jornada o teletrabajar, y un fuerte aumento de la inversión pública en más de doce mil millones de euros.
El presidente del gobierno español ha detallado, aunque sin concretar, cuatro tipos de medidas económicas. Dinero para las familias afectadas por despidos o bajas temporales, disminución de la jornada laboral y subvenciones por el cuidado de menores; flexibilidad laboral para que las empresas no tengan que recurrir a despidos temporales; liquidez para las pymes con líneas de crédito y aplazamiento del pago de impuestos; medidas a favor del turismo y el transporte.
La oposición política al gobierno de coalición de izquierdas había clamado por esas ayudas fiscales para las empresas, sobre todo las turísticas, mantener la flexibilidad del mercado laboral, aplazar el cobro del IVA y ventajas para los autónomos que son el motor de la pequeña actividad del sistema. En el Consejo de Ministros del jueves se conocerán más detalles.