Opinión

Migraciones del Sahel: ¿un nuevo reto para el Magreb?

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Durante los últimos años, la situación en el Sahel, área que comprende los territorios de Mauritania, Burkina Faso, Mali, Níger y Chad y conforma el Sahel G51, se ha deteriorado gravemente. Aunque por su situación geográfica esta zona puede parecer lejana o poco relevante para Europa, el desarrollo del Sahel se considera primordial para la estabilidad del viejo continente. Esta región constituye, actualmente, uno de los principales focos de terrorismo, crimen y pobreza, y se encuentra solo separado de Europa por el Magreb2.

Por su parte, el norte de África, actual zona de tránsito entre el Sahel y Europa ha logrado consolidarse como una de las zonas más estables del continente. Sin embargo, en la última década, esta estabilidad se ha visto amenazada por varios acontecimientos como la Primavera Árabe (2011) o la muerte de Gadafi en Libia (2011). A esta situación, se le suma ahora el reto de la inmigración proveniente de los países en crisis del sur que, aunque aún no representa un porcentaje elevado, todo apunta a que esta tendencia se mantendrá en alza, lo que transforma al Magreb en región de destino migratorio.

Consciente de la importancia geoestratégica del Sahel, España mantiene un claro compromiso con la paz y el desarrollo de este territorio; y ello se refleja en documentos nacionales, en los cuales esta región aparece incluida de manera prioritaria, tales como la estrategia de seguridad nacional3 o la estrategia de acción exterior4.

El Sahel: una compleja realidad

Tradicionalmente, el Sahel ha sido siempre una de las zonas con mayor movimiento migratorio del planeta5. En la actualidad, se ha intensificado la movilidad, bien en forma de desplazamientos internos, transahelianos o hacia el Magreb, debido a la grave crisis que asola el territorio.

Dicha crisis es multicausal. En primer lugar, estos países se encuentran entre los menos desarrollados6 y los más frágiles del mundo7. Respecto a sus economías, estos Estados tienen un PIB muy inferior, y hasta diez veces menor, que el de sus vecinos del norte8, y se estima que alrededor del 40 % de su población vive en situación de extrema pobreza9. A ello se le ha de sumar la corrupción y la inestabilidad política que ha aumentado considerablemente en la última década10.

Esta situación de fragilidad y debilidad del Estado crea el escenario idóneo para la actividad criminal, a lo que se añade la diversidad étnica, cultural y religiosa que, convenientemente instrumentalizada, alimenta la conflictividad y favorece la radicalización de los grupos criminales. Por ende, el Sahel se ha convertido en uno de los focos de terrorismo más activos del planeta, refugio de grupos terroristas como el Force de Libération du Macina (FML), AQIM (rama de Al Qaeda en el Magreb), o la Yihad de África Occidental (MUYAO)11, así como también de otros grupos no originarios de la región que han extendido su área de actuación12.

La presencia de estas organizaciones no solo causa terror y violencia, sino que también se asocia con un aumento de las actividades delictivas en la zona. Ello se debe a que estos grupos tienen tres principales fuentes de financiación: secuestros, tráfico de drogas y tráfico de personas13. Además, la situación geográfica del Sahel, en zona de tránsito hacia Europa desde África subsahariana, favorece especialmente el tráfico ilegal. Asimismo, esta región es una de las zonas más vulnerables al cambio climático, tanto por su posición geográfica como por el número de personas afectadas. El cambio climático tiene efecto directo en las vidas de los habitantes de estos países, ya que la principal actividad económica proviene del sector primario14. La desertificación, las inundaciones y las sequías dificultan la agricultura y la ganadería, provocan la reducción de los cultivos y aumentan la inseguridad alimentaria en una zona que tradicionalmente tiene problemas para abastecer a su población15.

Los efectos de esta crisis se multiplican por la presión del crecimiento demográfico16. La disminución de la mortalidad infantil, el aumento de la esperanza de vida, el alto porcentaje de población joven y el control de epidemias han impulsado un crecimiento insostenible en la región. Para el año 2050, se espera que la población saheliana pase de 78, 5 millones a más de 200 millones, y, en 2100, la población superará los 430 millones de personas17. Este aumento casi exponencial de población dificulta la gobernanza, pues complica la labor del Estado para controlar el territorio, combatir la pobreza y la desigualdad y deteriora el frágil sistema de servicios de la región18.

Por todo ello, millones de personas se desplazan a otras zonas en busca de mayor estabilidad y nuevas oportunidades. Sin embargo, el incremento masivo de emigración puede también conllevar consecuencias negativas para el Sahel.

Emigración significa disminución del capital humano, lo que implica la reducción de la productividad y la producción en general. El perfil del emigrante es el de una persona joven, generalmente hombre, en edad de trabajar. En el caso del Sahel, donde la principal actividad económica es la agricultura, la pérdida de capital humano es más grave, puesto que la producción se destina principalmente al autoconsumo, especialmente en la zona rural19.

Pero no solo emigran las personas dedicadas al sector primario, también lo hacen las más cualificadas. La mejora en educación y alfabetización20 en la región no ha sido respaldada por más oportunidades de empleo especializado, por lo que muchos buscan trabajo cualificado fuera de su país.

Esta emigración supone una gran pérdida para el Estado, pues estos ciudadanos, adecuadamente insertos en las instituciones, ayudarían a fomentar la educación, reforzarían la propia capacidad del Estado y, por consiguiente, contribuirían de manera positiva a la gobernanza del país.

Además, los emigrantes dejan atrás familia, especialmente niños y ancianos, y su marcha repercute de manera negativa en estos grupos más vulnerables. La ausencia del progenitor conlleva que, para mantenerse, muchos niños tengan que abandonar la escuela y dedicarse a realizar las labores del hogar o trabajar. También se ha demostrado que, dadas estas condiciones, estos niños son más proclives a desarrollar problemas psicológicos21. Tampoco se puede negar el impacto que supone para el Estado esta situación, pues, dado que estas personas sufren de una mayor vulnerabilidad y dependencia, requieren de más atención por parte del Estado y, por consiguiente, contribuyen en menor medida a este y se complica la gobernanza.

El Magreb: de lugar de tránsito a destino final

Como se ha mencionado anteriormente, la migración en el Sahel no es un fenómeno nuevo, y el Magreb ha sido tradicionalmente una zona de tránsito para la migración subsahariana que buscaba llegar a Europa. Para alcanzar este destino hay tres rutas principales que atraviesan el norte del norte de África: la primera y más transitada22 es la ruta mediterránea central que llega a Italia o Malta a través de Libia, Túnez o Argelia; la segunda, la ruta del Mediterráneo occidental, tiene como destino la España peninsular desde Argelia y Marruecos. Por último, la ruta de África Occidental conecta Marruecos con las españolas Islas Canarias. Por ello, Marruecos, Argelia, Libia y Túnez constituyen las principales zonas de tránsito.

Sin embargo, en los últimos años, las tendencias migratorias de la zona han cambiado. La mayor prosperidad y estabilidad de los países del norte de África, los vínculos culturales, religiosos y económicos de estos países con el Sahel y el agravamiento de su ya mencionada crisis, han convertido al Magreb en destino migratorio; a lo que se añade el cierre de las fronteras en Europa y el endurecimiento de la política migratoria23, que dificulta la llegada de inmigrantes al continente a través de las rutas tradicionales. En 2007, menos de un 3 % de la inmigración consideraba a Marruecos como su lugar de destino, mientras que, en 2016, casi el 70 % de esta sí veía a Marruecos como destino final24.

Para alcanzar su objetivo, muchos contratan a contrabandistas que conocen mejor las rutas y conexiones, ya que estos caminos son difíciles de atravesar sin conocimiento previo25. Aunque existe un gran número de rutas transaharianas, la mayoría de los emigrantes subsaharianos accede al Magreb través de la ruta oriental que comienza en Ágadez (Niger) y de ahí se traslada a Sebha (Libia) o Tamanrasset (Argelia). Una vez en Argelia, muchos se dirigen hacia Marruecos26. Otras rutas importantes son la central, de Gao (Mali) hacia Argelia, y la atlántica, de Senegal hacia Marruecos.

Aunque Libia era antes de la caída de Gadafi el principal receptor de migración en el norte de África, la creciente inestabilidad en el país ha consolidado a Argelia como el principal destino. Un ejemplo es la ciudad de Tamanrasset, a la que Bensaad describe como una verdadera «torre de Babel»27, puesto que el 40 % de su población es inmigrante. Sin embargo, no es el único caso, pues otras ciudades como Argel u Orán también poseen numerosa población inmigrante en sus centros urbanos.

¿Un nuevo reto para el Magreb?

Actualmente, la inmigración en los países del Magreb representa un porcentaje reducido de su población, pero las nuevas dinámicas migratorias hacia el Norte de África pueden suponer un desafío para estos países. Aunque estos Estados son los más desarrollados de la zona, aún no están completamente consolidados, por lo que el aumento de la inmigración añade incertidumbre y puede deteriorar el frágil equilibrio político y económico existente.

Una de las mayores debilidades de sus economías es el paro, especialmente entre la población joven28. La inmigración supone un reto en este ámbito, ya que estas personas se trasladan con la esperanza poder trabajar para enviar remesas a su familia en el país de origen. También en lo económico, cabe destacar la alta inflación en países como Argelia o Túnez, un fenómeno que podría verse acelerado por la entrada de nueva población.

De esta manera, la inmigración puede suponer un desafío para la economía de la región. Para minimizar los efectos negativos, los gobiernos deben hacer frente a un aumento de gasto público que garantice la estabilidad tanto de su población nativa como la de los inmigrantes. Y este aumento del gasto público para hacer frente a las necesidades de la inmigración puede desencadenar tensiones sociales.

De hecho, ya se están produciendo protestas y confrontaciones con la inmigración procedente del sur. Ejemplo de ello son los gritos cada vez más comunes de «soudani» o «azzi» (peyorativo de negro), las agresiones y los desahucios. La migración se percibe cada vez más como negativa29.

Estas actitudes se consolidan en los medios de comunicación de la zona. En ocasiones, ciertas publicaciones refuerzan los estereotipos y prejuicios y alimentan el temor de la población. Los titulares como «La población amenazada por los africanos» en el periódico El Watan son cada vez más frecuentes30. Los mensajes que se envían desde estos medios pueden resultar en la estigmatización de la inmigración; pues entre la información más repetida se encuentra la criminalización de estos migrantes, que son descritos como traficantes, terroristas, estafadores o proxenetas, y términos como «peligro» o «amenaza» acompañan a la idea de inmigración en estas publicaciones31.

Esta representación de la migración crea la deshumanización de estas personas, lo que puede acabar generando la percepción de que no constituyen más que una carga para el Estado y una amenaza para la sociedad. A su vez, esto puede conllevar la polarización de dicha sociedad y la reafirmación de determinados comportamientos discriminatorios. Pero la idea creada por los medios de comunicación no solo se vería reflejada en la actitud de la población, sino que también puede influir en las medidas del gobierno. Las reacciones sociales racistas pueden conllevar como respuesta del gobierno la adopción de políticas antimigratorias más agresivas para contentar a «su» población.

Los inmigrantes en el Magreb

Los inmigrantes de los países del norte de África llegan con el propósito de mejorar su vida, en busca de nuevas oportunidades. La gran mayoría de estas personas no tienen ningún vínculo con grupos terroristas o de tráfico ilegal, es más, muchos huyen del terror que estos grupos han infundido en sus propios países. Sin embargo, la situación de precariedad y marginalidad en la que se encuentran en los países de destino les hace susceptibles y objetivos de radicalización.

Frente a la percepción que tienen los autóctonos de una inmigración que les roba los recursos, esta nueva población vive en situación de precariedad económica y social, lo que dista también de las expectativas que los propios migrantes tenían cuando tomaron la decisión de abandonar sus países. En muchos casos, terminan residiendo en habitaciones colectivas de tamaño reducido en las que se producen abusos y agresiones, e incluso una parte significativa de estos inmigrantes no consigue alojamiento. Además, la mayoría no tiene ninguna fuente de ingresos, por lo que algunos acaban recurriendo a la mendicidad como forma de vida32. En contraste con la imagen que se tiene del inmigrante que quita el empleo, estos no consiguen, en muchas ocasiones, trabajar o, si lo hacen, se dedican a actividades no declaradas, como la jardinería, albañilería o el servicio doméstico.

Por ello, un alto porcentaje de la inmigración vive en situación de pobreza. Aunque es simplista afirmar que la pobreza es sinónimo de criminalidad, lo que está claro es que, junto con otras variables, la favorece. La situación de pobreza facilita el reclutamiento de nuevos miembros para células criminales o terroristas. De hecho, la frustración económica es la razón de más peso por la que muchos jóvenes se adentran en ese mundo.

Las personas en paro o trabajando en el sector informal, especialmente las que poseen educación, pero se encuentran subempleadas, son más proclives a la aproximación a estos grupos que aquellas económicamente activas que sí ven cumplidas sus expectativas33. Los grupos terroristas y criminales aprovechan el sentimiento de impotencia y desilusión de estos migrantes con mayor preparación para atraerlos a sus organizaciones.

Esta opinión está respaldada por varios expertos y estudios, entre ellos el Banco Mundial, que encontró que los miembros de organizaciones terroristas en Oriente Medio y el norte de África poseen mayor educación que la media en la región34.

Otra realidad es la marginalización de este grupo. Esta es otra de las bazas más explotadas por los grupos terroristas a la hora de reclutar nuevos miembros, ya que prometen a los inmigrantes formar parte de «algo más grande», es decir, sentirse integrados. La exclusión social y la discriminación institucional crean un sentimiento colectivo de marginalización, enajenación y desencanto con el nuevo país de residencia. Los inmigrantes no se identifican con la sociedad de acogida; y, por consiguiente, aumenta la desconfianza, no solo hacia la población autóctona, sino también hacia el Estado. Como se ha visto previamente, la inmigración en el Magreb es objeto de actitudes racistas y xenófobas, en ocasiones alentadas por los medios de comunicación, que muchas veces culminan en enfrentamientos y agresiones. Jessica Stern señala a la envidia, la desesperación y la humillación como sentimientos claves para entender el extremismo islámico35.

Lejos de mejorar la integración, en muchos casos las medidas tomadas por el gobierno para contentar a su población enfurecida han significado el deterioro de las condiciones de los inmigrantes. Algunas medidas que pretenden acabar con los enfrentamientos y el terrorismo terminan siendo contraproducentes. En un estudio llevado a cabo por la ONU sobre los principales motivos que llevan a unirse a grupos terroristas, el 71 % reconoce que el punto crítico de su decisión se produjo tras la acción del gobierno que conllevó el arresto, expulsión o asesinato de un familiar o amigo36. Además, el Estado puede terminar efectuando una discriminación institucional que, perpetuada, termina limitando los derechos de estas personas y aumentando la inestabilidad. Como reafirma el Instituto Internacional de Paz, el incumplimiento de los derechos humanos y políticos fomentan el terrorismo37. Por todo ello, las medidas gubernamentales más agresivas como redadas o expulsiones o limitaciones de derechos, en vez de proporcionar más seguridad, terminan acelerando el proceso de radicalización, y, por ende, provocando mayor inseguridad.

Los intentos de gestión de esta nueva situación

Tradicionalmente, el Magreb ha optado por políticas migratorias agresivas, pero ahora ha de adaptarse a su nueva situación como región de destino. El aumento de la presión migratoria supone un nuevo desafío y, por tanto, ha conllevado la creación de nuevas medidas y estrategias para limitar los efectos negativos.

Los diferentes países del norte de África han abordado la inmigración de distintas maneras. Entre ellos, Marruecos lanzó en 2013 una ambiciosa estrategia nacional de inmigración completamente rompedora con la visión previa del Magreb o la Unión Africana. Esta se basa en la integración de los inmigrantes, garantizando servicios básicos como educación, acceso al mercado laboral o la sanidad38; más su efectividad y puesta en marcha está siendo cuestionada. Argelia también anunció medidas en esta línea de actuación, pero aún no se han llevado a cabo39. En Túnez no ha habido ningún cambio sustancial en la política migratoria, que sigue rigiéndose por el laissez-faire, aunque ahora dificultada por el aumento de inmigrantes procedentes de Libia. Aun así, se han adoptado algunas leyes que favorecen la integración, como la ley contra la criminalización de actos racistas propuesta en 2016 y finalmente adoptada en 201840.

La complejidad de la situación provoca que estas medidas más integradoras se solapen en ocasiones con otras más tradicionales como las deportaciones o redadas. A pesar de las dificultades, los gobiernos del Magreb continúan buscando medidas más efectivas en este ámbito y cooperan activamente con la Unión Europea41.

Desde Europa, además de ayudar a los países de la otra orilla del Mediterráneo con este nuevo reto migratorio, el foco está puesto en la región de origen, en el Sahel. Existen numerosas estrategias que pretenden hacer frente a la crisis de la zona, como el Plan de Acción Regional de 201542.

Asimismo, la UE representa la fuente principal de ayuda internacional en la región y promueve la cooperación con otras organizaciones y actores del lugar. Y, en el caso de España, el Sahel también aparece como región prioritaria como ya se ha mencionado con anterioridad.

En definitiva, tanto actores regionales como internacionales centran sus esfuerzos en reducir los efectos negativos de la migración masiva a la vez que actúan en la zona de origen.

Conclusión

La complejidad de la situación es evidente, y por ello resulta completamente imprescindible que las medidas sean multidimensionales. Para disminuir las migraciones hacia el norte, se presenta esencial que se mantenga la acción en el Sahel y aumente la cooperación entre actores regionales, países receptores de migración y de tránsito, y la Unión Europea. La estabilidad del Sahel no solo constituye una prioridad para ellos, sino también para la seguridad del Magreb y de Europa.

Ahora bien, las estrategias adoptadas en el Sahel no pueden tener efecto inmediato, pues la estabilización requiere de medidas continuadas y sostenidas, y su eficacia se demuestra a medio y largo plazo. No obstante, la migración hacia el norte ya es un fenómeno en curso y en los próximos años no hará más que aumentar, por lo que los países del Magreb han de mantener e intensificar sus esfuerzos para minimizar los potenciales efectos negativos de la inmigración.

La mala gestión de la inmigración podría suponer un aumento del terrorismo en la zona, puesto que estas organizaciones se nutren de la vulnerabilidad, pobreza, desilusión y falta de integración de la población para encontrar a nuevos miembros. Por ello, los gobiernos de esta región han de poner especial dedicación en prevenir estas condiciones y mejorar la situación actual de sus inmigrantes. La integración de este grupo supone el reto más importante y complejo para el Magreb.

El presente es el momento idóneo para abordar el desafío, puesto que todavía el número de inmigrantes es reducido y asumible. Mañana puede ser demasiado tarde.

Laura Romero Marín*

Alumna del Doble Grado en RR. II. y Comunicación,

Universidad Pontificia de Comillas Becaria investigadora IEEE

Bibliografía y notas al pie:

1-Para saber más: DSN, “La Fuerza del Sahel G5”, Sitio Oficial del Departamento de Seguridad Nacional, Gobierno de España, 14 de Junio de 2019, disponible en: https://www.dsn.gob.es/es/actualidad/sala- prensa/fuerza-conjunta-del-g5-sahel (todos los vínculos referenciados en este documento están activos a día 2/03/2020)

2-En este documento, el Magreb hace referencia a Marruecos, Túnez, Argelia, Libia y Mauritania (que por su posición geográfica pertenece tanto al Sahel como al Magreb), y se usa como sinónimo “norte de África”.

3-Gobierno de España, “Estrategia de Seguridad Nacional”, p. 46, 2017, disponible en: https://www.dsn.gob.es/sites/dsn/files/Estrategia_de_Seguridad_Nacional_ESN%20Final.pdf

4-MAEC, “Estrategia de Acción Exterior”, p. 127, 2015, disponible en: http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/SalaDePrensa/Multimedia/Publicaciones/Documents/ESTRATEGI A%20DE%20ACCION%20EXTERIOR%20castellano.pdf

5-CHARRO BAENA, Pilar (2013). “África en movimiento: perfil de las migraciones en el África Subsahariana” En Ministerio de Defensa, Monografias 134: África: riesgos y oportunidades en el horizonte de 2035, pp. 211-230, Madrid, 2013 Disponible en: http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=95754 6 UN-OHRLLS, disponible en: http://unohrlls.org/about-ldcs/

6-UN-OHRLLS, disponible en: http://unohrlls.org/about-ldcs/

7-THE FUND FOR PEACE, “Fragile States Index Annual Report 2019”, Washington, 2019. Disponible en: https://fragilestatesindex.org/wp-content/uploads/2019/03/9511904-fragilestatesindex.pdf

8-World Bank Data, disponible en https://datacatalog.worldbank.org/dataset/global-economic-prospects 9 UNCTAD, “Development and Globalisation: facts and figures”. 2016. Disponible en: https://stats.unctad.org/Dgff2016/DGFF2016.pdf

9-UNCTAD, “Development and Globalisation: facts and figures”. 2016. Disponible en: https://stats.unctad.org/Dgff2016/DGFF2016.pdf

10-World Bank data, disponible en: https://tcdata360.worldbank.org/indicators/h395cb858?country=MLI&indicator=376&countries=MAR,MRT,NER,TCD,SEN&viz=line_chart&years=1996,2018&compareBy=region

11-Institute for Economics & Peace, “Global Terrorism Index 2019: measuring the impact of terrorism”, Sidney, noviembre 2019, disponible en: http://visionofhumanity.org/app/uploads/2019/11/GTI- 2019web.pdf

12-Como es Boko Haram, grupo originario de Nigeria, actualmente activo en zonas del Sahel. Ibidem, pp. 14 y 21.

13-FAGÍN TABOADA, José Carlos. El Sahel, una nueva amenaza en la frontera, documento de opinión, IEEE, Madrid, 2017, disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2017/DIEEEO15- 2017_Sahel_FaginTaboada.pdf

14-CIA, “The World Factbook”, Field listing: GDP-composition, by sector of origin, Washington, disponible en: https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/fields/214.html

15-FAO, IFAD, UNICEF, WFP y WHO, “The State of Food Security and Nutrition in the World 2019. Safeguarding against economic slowdowns and downturns”, FAO, Roma, 2019, disponible en: http://www.fao.org/3/ca5162en/ca5162en.pdf

16-El mejor ejemplo es Níger, donde se ha duplicado la población en menos de 20 años. World Bank Data, disponible en: https://data.worldbank.org/indicator/sp.pop.totl

17-Ministerio de Defensa, “Panorama de Tendencias Geopolíticas. Horizonte 2040”, Madrid, diciembre 2018, disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/OtrasPublicaciones/Nacional/2019/panorama_de_tendencias_geopoli ticas_2040.pdf

18-Para saber más sobre el tema consultar: MORA, Juan, Sahel: un tsunami demográfico... ¿reversible?, Documento de Análisis IEEE, Madrid, 2018, disponible en: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2018/DIEEEA03-2018_Sahel- Tsunami_demografico_reversible_JAMT.pdf

19-OECD, “The development impact of migration in origin countries”, en Perspectives on Global Development 2017: International Migration in a Shifting World, pp. 183-216, OECD Publishing, Paris, 2016, disponible en: https://dx.doi.org/10.1787/persp_glob_dev-2017-11-en

20-Entre los jóvenes la tasa de alfabetización ha pasado en los últimos 20 años de 26 % a 48 % en Níger, de 32 % a 57 % en Mali, de 17 % a 30 % en Chad, 20 % a 58 % en Burkina Faso. World Bank Data, disponible en: https://data.worldbank.org/indicator/SE.ADT.1524.LT.ZS?end=2018&start=1976&view=chart

21-VAN DE GLIND, Hans, “Migración y trabajo infantil: Análisis de las vulnerabilidades de los niños migrantes y niños que quedan atrás” p. 13, Oficina Internacional de Trabajo, Ginebra, 2010.

22-IOM, “Word Migration Report 2018”, Chapter 3: Migrations and Migrants: regional dimensions and development, Ginebra, 2017, disponible en: https://publications.iom.int/system/files/pdf/wmr_2018_en_chapter3.pdf

23-Ejemplo de ello es el refuerzo de FRONTEX durante el último año. Ver en: FRONTEX, 2019 in Brief, Varsovia, 2020. Disponible en: https://frontex.europa.eu/assets/Publications/General/frontex_inbrief_website_002.pdf

24-VV AA, “Les migrants subsahariens au Maroc: Enjeux d'une migration de residence”, Konrad Adenauer Stiftung, Rabat, 2016. Disponible en: https://www.kas.de/c/document_library/get_file?uuid=5757725d- 390b-3cbf-1151-999a9653f572&groupId=252038

25-Altai Consulting, “Mixed migration: Libya at the crossroads”, Tripoli, 2013, disponible en: http://www.altaiconsulting.com/wp-content/uploads/2016/03/Altai_Consulting-UNHCR- Mixed_Migration_Libya-1.pdf

26-IOM, “Irregular Migration from West Africa to the Maghreb and the European Union”, Ginebra, 2008. Disponible en: https://publications.iom.int/system/files/pdf/mrs-32_en.pdf

27-BENSAAD, “Las migraciones subsaharianas en Argelia”. En VV AA, Magreb y las migraciones subsaharianas: el papel de asociaciones y sindicatos, pp. 101-133, Casa Árabe, Madrid, 2011.

28-Altas tasas de desempleo, todos los países superan el 20% en el caso de desempleo entre la población de 15-24 años. World Bank Data “World Development Indicators: unemployment”, 2018, disponible en: http://wdi.worldbank.org/table/2.5#

29-IOM, “How the World Views Migration”, IOM, pp. 12 y 32, Ginebra, 2015, disponible en: https://publications.iom.int/system/files/how_the_world_gallup.pdf

30-BENSÂAD, “Las migraciones subsaharianas en Argelia”. En VV AA, Magreb y las migraciones subsaharianas: el papel de asociaciones y sindicatos, pp. 101-133, Casa Árabe, Madrid, 2011.

31-TEMLALI, “Las migraciones subsaharianas en la prensa diaria Argelina”. En VV AA, Magreb y las migraciones subsaharianas: el papel de asociaciones y sindicatos, pp. 85-100, Casa Árabe, Madrid, 2011

32-AMERM, “L’immigration subsaharienne au Maroc”, junio 2008, disponible en: http://amerm.ma/wp- content/uploads/2014/02/De-l’afrique-subsaharienne-au-Maroc-Les-réalites-de-la-migration-irregulière.pdf

33-UNDP, “Journey to Extremism in Africa”, Capítulo 3: Economic Factors, pp. 54-61. Nueva York, 2017, disponible en: http://journey-to-extremism.undp.org

34-VV AA, “Economic and social inclusion to prevent violent extremism”, MENA Economic Monitor, World Bank Group, Washington, 2016, disponible en: http://documents.worldbank.org/curated/en/409591474983005625/pdf/108525-REVISED-PUBLIC.pdf

35-STERN, Jessica, “Trauma and humiliation : Get to the roots of terrorism”, The New York Times, 26 abril 2002, disponible en: https://www.nytimes.com/2002/04/26/opinion/IHT-trauma-and-humiliation-get-to-the- roots-of-terrorism.html

36-“Journey to Extremism in Africa”, UNDP, Capítulo 5: Tipping Point, pp. 72-80. Nueva York, 2017, disponible en: http://journey-to-extremism.undp.org

37-“Human Rights, the United Nations, and the Struggle against Terrorism”, International Peace Academy, p. 19, Nueva York, 2003. Disponible en: https://www.ipinst.org/wp- content/uploads/2015/06/human_rights.pdf

38-“Etrangers et droits de l’homme au Maroc: pour une politique d’asile et d’immigration radicalement nouvelle”, Conseil National des droits de l’homme, Rabat, 2013, disponible en: https://cndh.ma/sites/default/files/etrangers_et_droits_de_lhomme.pdf

39-TADESSE ABEBE, Tision, “Algeria and Morocco’s migrant policies could prevent violent extremism”, ISS, 2018, disponible en: https://issafrica.org/iss-today/algeria-and-moroccos-migrant-policies-could- prevent-violent- extremism?utm_source=BenchmarkEmail&utm_campaign=ISS_Today&utm_medium=email

40-NATTER, Katharina, “Rethinking immigration policy theory beyond “Western Liberal Democracies””, Comparative migration studies, 6(1), 4, p. 12, Ámsterdam, 2018, disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5830462/pdf/40878_2018_Article_71.pdf

41-Por ejemplo: “EU emergency trust fund for Africa: improving migration management in the North of Africa region”, EU, 2019, disponible en: https://ec.europa.eu/trustfundforafrica/sites/euetfa/files/facsheet_north_africa_dec_2019.pdf

42-“Council conclusions on the Sahel Regional Action Plan 2015-2020”, Council of the EU,  Bruselas, 2015, disponible en: https://www.consilium.europa.eu/media/21522/st07823-en15.pdf