Museveni se “eterniza” en Uganda

Yoweri Museveni, President of Uganda

Uganda ha votado continuidad en las elecciones presidenciales celebradas el miércoles y probablemente también el incremento de la violencia e inestabilidad que venía aumentando en los últimos meses en Kampala, la capital, y otras ciudades. El presiente Yoweri Museveni verá prorrogados los 35 años de mandato ininterrumpido con una legislatura más, la sexta desde que asumió el poder. Es el segundo presidente africano que se “eterniza” en el cargo después del camerunés Paul Biya y el sátrapa de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, que ya supera los 40 años de dictadura.

Museveni ganó con el 58,6% de los votos; mientras su principal competidor, el popular cantante Bobi Wine (en el que la oposición tenía puestas algunas esperanzas), se quedó en un 34,8%. 

Fueron unas elecciones accidentadas. Votó el 52% del censo, pero las irregularidades que se registraron durante la campaña y en el recuento electoral ponen en duda estos resultados. Las protestas de los opositores están siendo refrendadas por diplomáticos y observadores.

Museveni tiene 76 años y lleva en el poder la mitad de su vida. El 80% de los electores que acaban de reelegirle han nacido con él ya al frente del Gobierno. El país atraviesa por múltiples problemas (algunos heredados todavía de sus predecesores Idi Amín y Milton Obote) que después de tres décadas largas el presidente reelegido ya ha demostrado que no consigue resolver. Su reelección reactiva la crítica que viene despertando en África la eternización de sus mandatarios. Es paradójico que el contienen más joven y con más futuro cuente con varios de los gobernantes más gastados.

Aunque la democracia ha ganado terreno en varios países y las Constituciones empiezan a ser clave para la estabilidad, todavía son varios los presidentes que hacen caso omiso del máximo de dos legislaturas consecutivas en los cargos. Con frecuencia se amañan subterfugios para presentarse de nuevo a las elecciones cuando les llega el plazo límite. Además de saltarse la Constitución entran en las campañas con la ventaja que supone estar al frente de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, de los medios públicos de comunicación y del presupuesto del Estado.

Unos meses atrás fue reelegido valiéndose de algunas de estas artimañas el presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara. Ganó también por una mayoría aplastante, pero tanto su empeño en presentarse a un tercer mandato violando la Constitución como las irregularidades registradas durante todo el proceso (que han costado 16 víctimas) han hecho revivir viejos conflictos y  la inestabilidad en sus ciudades más importantes. 

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