Ojo con las tensiones globales en 2023

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El año comienza, pero habrá que poner atención en una serie de tensiones internacionales que bien podrían seguir evolucionando y para mal, añadiendo mayor inestabilidad a la aldea global.

No se descarta que la guerra en Ucrania sume a otros actores e involucre otros polos bélicos extendiendo la magnitud del conflicto. Habría que poner mucha atención a los roces entre Irán e Israel y el apoyo decidido de Corea del Norte al dictador ruso.

El régimen de Kim Jong-un sigue demostrando que cuenta con un arsenal balístico  respetable y las tensiones han subido de manera importante entre Corea del Norte y Corea del Sur y también con Japón.

La mano de Putin meciendo entre los conflictos de Kosovo y Serbia, así como de Armenia y Azerbaiyán son dos auténticas bombas de tiempo que la UE y la OTAN deberían enfriar con inteligencia y tomarse más en serio su papel porque en el caso de Georgia y de Ucrania asediadas por Rusia, fracasaron desde 2008 cuando sucedió lo de Osetia y Abjasia. El Protocolo de Minsk fue papel mojado desde el principio porque a Ucrania se le veía muy lejos desde Bruselas.   

También seguirán las tensiones en Taiwán, en el Mar de la China Meridional; entre India y China por la región fronteriza de los Himalaya; en el Mediterráneo oriental; entre Turquía, Grecia y Chipre. En África, habrá que poner atención al Sahel; a los roces entre Marruecos y Argelia y la inestabilidad política en los gobiernos de varios países africanos. La extensión del islamismo radical y terrorista encuentra en África pasto para la Yihad. 

No pasar de largo el papel protagonista regional de varios actores como Turquía, Arabia Saudí, India y en Brasil, el mayor reto para Luiz Inácio Lula da Silva, será cohesionar a una sociedad profundamente dividida y enconada. Lula es diana de los grupos bolsonaristas. 

Para los expertos del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona hay diez temas que marcarán la agenda de 2023: 1) aceleración de la competencia estratégica; 2) inoperatividad de los marcos globales de seguridad colectiva debido a una involución en el camino del desarme nuclear; 3) transiciones en colisión. Las transiciones verde y digital, que parecían ir de la mano hacia la construcción de un mundo más sostenible, han entrado en colisión acelerando otro tipo de competición geoeconómica por las llamadas tierras raras; 4) el riesgo de que una crisis de deuda se amplíe en las economías emergentes durante 2023 está aumentando. Sri Lanka ha sido la primera alarma, pero habría que poner atención a Pakistán, Egipto o el Líbano; 5) crisis de acceso y garantías a los bienes básicos.

Los otros cinco factores para tomar en cuenta son: 6) inestabilidad y descontento social. En 2022, más de 90 países han registrado movilizaciones por la falta del acceso a los bienes públicos y podría ser más intensa en 2023, cuando las consecuencias de la crisis energética sean más visibles; 7) fractura y atomización de los movimientos y sus reivindicaciones. La protesta gana terreno  –tanto en democracias como en dictaduras– pero, cada vez más, lo hace en sociedades fracturadas, polarizadas; 8) autoritarismo bajo presión. El 70% de la población mundial –más de 5.000 millones de personas– vive bajo dictaduras. La involución democrática gana terreno: 9) avance de la fragmentación regulatoria y desglobalización sectorial; y 10) el peligro de un ataque o accidente nuclear ha subido enteros después de la escalada de tono de la retórica rusa.

A colación

Las tensiones seguirán por doquier. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) reorganiza todos sus eventos alrededor del tema de la invasión y de la ayuda militar y estratégica al Gobierno de Kiev.  Su titular, Jens Stoltenberg, lleva al frente de la Alianza Trasatlántica desde 2014 y el pasado septiembre, el noruego terminó su período, pero sigue al frente a la espera de que se decida otro bienio o bien el nombramiento de otro secretario general en los próximos meses.

Todo dependerá de Biden, aunque en más de una ocasión el ex primer ministro británico, Boris Johnson, ha manifestado su disposición e interés por dirigir a la OTAN.

La Unión Europea (UE) seguirá pendiente de la ayuda económica, financiera y de la organización de los refugiados ucranianos. Ha sido una gran victoria para el mandatario ucranio, Volodímir Zelenski, la organización en Kiev de la Cumbre UE-Ucrania  que será celebrada el próximo 3 de febrero y a la que asistirán en persona, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. 

Originalmente sería llevada a cabo en Bruselas, pero a petición del Gobierno ucraniano se ha trasladado a la capital kievita. Los demás líderes de Estado de los 27 países miembros se conectarán por streaming. 

Este año, además, España presidirá en el segundo semestre –del 1 de julio al 31 de diciembre– la Presidencia del Consejo de la UE; se trata de la quinta vez en su historia y para México es muy relevante porque precisamente será abordada la entrada en vigor del nuevo acuerdo global entre México y la UE. 

En cuanto a la eurozona, a partir de 1 de enero, Croacia entró en la moneda única convirtiéndose así en el vigésimo país en sumarse de forma oficial a la utilización del euro. Vamos a cruzar los dedos para que el panorama mundial no empeore.

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