Pacto mundial para salvar un tercio de la Tierra
La agitada reunión de la COP15 que promueve la ONU, celebrada este fin de semana en Montreal, Canadá, se cerró este lunes con un ambicioso acuerdo de medidas para salvar un tercio de la Tierra y sus océanos del proceso de destrucción vegetal y de animales silvestres hacia el que avanza de manera imparable. Participaron en la reunión alrededor de 12.000 personas, expertos y políticos en su mayor parte representando a cerca de 200 países.
Aunque todos los reunidos compartían la necesidad de adoptar medidas urgentes, los debates fueron intensos sobre todo cuando cada delegación planteó los problemas que supondrán las medidas adoptar a sus economías y el coste que alcanzarán las inversiones necesarias para ejecutarlos. Los países africanos, que, junto a los latinoamericanos, son los más afectados fueron los que más objeciones plantearon y ayudas para afrontarlo reivindicaron por parte de organismos y países ricos.
La Asamblea fue presidida por Huang Runqiu, ministro chino para el Medio Ambiente, y comenzó con un breve mensaje del presidente Xi Jinping limitado a un saludo al ser su país el que encabezaba la Presidencia. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, fue el único jefe de Gobierno que participó, en su caso en calidad de representante el país anfitrión. La voz cantante la llevaron los expertos en diferentes informes que coincidieron al exponer los datos que justifican la alarma y los políticos los que reaccionaron de forma más polémica.
Como ejemplo más ilustrativo fue la comparación que se hizo entre el proceso de destrucción actual y el meteorito que hace millares de años acabó con la vida de los dinosaurios. El acuerdo más preciso al que se llegó fue que los países disponen de ocho años para ejecutar los programas que incluyen la protección tanto de la vegetación como de la vida de los animales, entre ellos los insectos, cuyo ritmo de extinción rebasa ya el 50%. Esto obligará a reducir la utilización de los pesticidas que afectan indirectamente también a la supervivencia de las aves.
Más de 1.000 especies animales están en vías de desaparición como consecuencia de la fractura entre las dependencias orgánicas que establece la evolución de la naturaleza. Cuestión especial son los océanos y mares que sufren el doble deterioro de sus especies vivas – un caso dramático es el de las ballenas – y de la contaminación de sus propias aguas. El cambio climático es sin duda la causa de muchos de estos males, pero, sobre todo, en su mayor parte es la falta de sentido sobre la responsabilidad que la especie humana muestra ante esta amenaza para su propio futuro.