Panorama geoestratégico en el Japón post-Abe 

Panorama geoestratégico en el Japón post-Abe 

El pasado 28 de agosto, el premier nipón, Shinzo Abe, anunciaba su dimisión por motivos de salud tras ocho años en el poder. A falta de apenas un año para las próximas elecciones, toma el relevo quien, hasta ahora, había sido portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga, uno de sus más estrechos colaboradores. Termina así el mandato del premier más longevo en el cargo, cuya Administración ha propiciado la campaña de rearme más ambiciosa del país desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Y es que Abe regresó al poder, en 2012, con la promesa de devolver a Japón su imagen como nación fuerte, apoyando su liderazgo en dos pilares principales: la reactivación de una economía que llevaba dos décadas en letargo y la potenciación de las capacidades armadas del país. IEEE

No obstante, la salida del premier se produce de manera anticlimática en mitad de un intenso debate sobre la legitimidad de dotar a las Fuerzas de Autodefensa del Japón’ (JSDF, por sus siglas en inglés) de equipamiento ofensivo y con la crisis de la COVID-19 dejando en el aire la celebración de un referéndum sobre la reforma constitucional. Este último punto, el gran sueño con el que Abe esperaba culminar su periodo en el cargo, bien parece antojarse una posibilidad remota dado el escaso interés popular. Pese a las renovadas amenazas presentadas por China y Corea del Norte, el grueso de la sociedad nipona se muestra contrario a extender las competencias y posibles aplicaciones de sus fuerzas de autodefensa. Así mismo y, por si fuera poco, la actual situación de pandemia global ha mermado las exiguas ganancias derivadas del paquete de reformas económicas del premier, bautizadas como Abenomics

Los sucesores de Abe tienen, por tanto, un lustro notablemente complicado por delante. A medida que el centro de interés económico global ha virado hacia el Pacífico, el Extremo Oriente se ha convertido en una de las regiones de mayor fricción geopolítica del globo, dejando al desnudo la incómoda realidad de que la Doctrina Yoshida hace ya tiempo que caducó. La situación demanda de Japón un rol más asertivo en cuestiones de seguridad y defensa, pero con Abe ahora fuera de escena, ¿será capaz el nuevo liderazgo en Tokio de continuar por la senda proactiva?.IEEe 

Superando la imagen del «Japón pasivo» 

Desde comienzos del presente siglo, la cúpula del Partido Liberal Democrático (PLD)1 se viene esforzando por devolver a Japón al lugar que su preponderancia económica y diplomática deberían conferirle. Esta dinámica, iniciada durante la Administración Koizumi (2001-2006), ha buscado de manera persistente harmonizar la relación de Japón con sus aliados, tratando de ganar al mismo tiempo un mayor peso dentro de su singular relación con los EE. UU. El devenir de la Guerra Fría y la construcción del nuevo panorama geopolítico en el Extremo Oriente han dotado a Japón de uno de los cuerpos armados mejor financiados y equipados del planeta2. Este proceso, en sí evolutivo, y no revolucionario, ha terminado por colocar a Tokio en una posición complicada. El peso de Japón hace que se espere de él un rol más asertivo en materia de seguridad regional, pero los condicionantes legales siempre han dificultado tal posibilidad. Desde su retorno al poder, Abe trató de buscar una salida definitiva a tamaña incongruencia. Japón, al fin y al cabo, llevaba 30 años poniendo a prueba la paciencia de sus aliados. 

La situación se tornó incómoda en los 80, con el país ya consolidado como la segunda potencia económica del globo, siendo también uno de los principales importadores de crudo. En 1987, las Fuerzas Navales de Autodefensa del Japón (JMSDF, por sus siglas en inglés) contaba con una de las marinas de guerra más grandes. Sin embargo, cuando EE. UU. solicitó la participación de Tokio con varios buques en la Operación Earnest Will, en el golfo Pérsico, el premier Nakasone se negó, aduciendo que dicho.

despliegue contravendría de manera frontal el segundo párrafo del Artículo 9 de su constitución3,4. Tres años más tarde la historia se repetiría cuando Toshiki Kaifu rechazó, nuevamente, enviar navíos para la misión de bloqueo marítimo de Irak previa a la Tormenta del Desierto5. El malestar cundió en Washington, donde Dick Cheney llegó a afirmar que «si un país dispone de la capacidad industrial y tecnológica necesarias para devastar la industria automovilística de su principal benefactor, también debería de estar en perfecta disposición de asumir competencias en materia militar». Y tales competencias quedaban igualmente mermadas en misiones de Naciones Unidas. Cuando, en 1992, Japón anunció que participaría por primera vez con efectivos en una misión de paz de la ONU, Autoridad Transicional de las Naciones Unidas en Camboya (UNTAC, por sus siglas en inglés), la noticia fue recibida con enorme entusiasmo por el conjunto de países de la región6. No obstante, Tokio tan solo desplegó 600 ingenieros, observadores electorales y policías7,8

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No fue hasta enero de 2004 que Japón envió por primera vez a soldados armados al extranjero. La presencia del contingente de la JSDF en Irak, desplegado en Samawah, estuvo marcada desde el principio por la polémica, y no solo por la pésima acogida que tuvo en casa. Los nipones llegaron con instrucciones claras: su misión era humanitaria y sus soldados debían mostrarse escrupulosamente respetuosos con las disposiciones de su carta magna. Cuando los efectivos aliados9, acantonados en la zona, descubrieron lo que aquello significaba cundió el desánimo. En esencia, las tropas japonesas no podían acudir en auxilio de una unidad aliada bajo fuego si ellas no eran también atacadas. Naturalmente, la disposición no aplicaba en caso contrario. 

Peor aún, el condicionante legal imperante podía conducir a situaciones más enervantes. Un caso habitualmente analizado en diversos medios y think tanks especializados en la región abordaba el hipotético lanzamiento de un Misil Balístico Intercontinental (ICBM, por sus siglas en inglés) norcoreano contra los EE. UU. Si los sistemas de alerta nipones detectaban el proyectil y su trayectoria, ¿podrían las baterías antimisil de la JSDF abrir fuego para socorrer a su aliado? Por ulcerante que resulte, hasta la aprobación de las controvertidas «leyes de preservación de la paz y seguridad» de 201510, la respuesta era un claro y rotundo «no». No sorprende, por tanto, que hasta época reciente el posicionamiento japonés en cuestiones relativas a seguridad y defensa haya sido visto con enorme escepticismo, socavando la imagen del país como aliado fiable. Así mismo, el artículo 9 ha imposibilitado a lo largo de las últimas tres décadas que Tokio pueda ajustar su agenda para determinar su rol en el orden internacional, no pudiendo formar parte activa en el proceso de reconfiguración regional surgido tras la Guerra Fría. Ello es inaceptable para un Estado que aspira a ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, avocándole, por el contrario, a la condición permanente de «protectorado militar norteamericano». Sin embargo, Washington ya no está dispuesto a mostrarse conforme, y menos aún con Donald Trump en el cargo. Japón tiene sobrados medios para convertirse en una potencia armada y ahora, tras décadas de espera, un liderazgo dispuesto a asumir los desafíos. ¿Compartirá la sociedad nipona la visión de su premier? IEEE

Ya en enero de 1960, con la firma del Acuerdo de Seguridad y Cooperación Mutua, el entonces premier, Nobusuke Kishi11, vio frustradas sus ambiciones de devolver  a Japón un papel más asertivo. Abe, por su parte, nunca estuvo dispuesto a claudicar. A pesar de que más de 150 000 personas se manifestaron en las calles de Tokio durante el verano de 2015, el premier siguió mostrándose convencido de que el desarrollo de los acontecimientos a nivel regional acabará obligando al conjunto de la sociedad a aceptar sus medidas como necesarias. No obstante, hoy en día, el temor sigue siendo el mismo que hace cincuenta años: que una reforma constitucional, unida al rearme, pueda acabar arrastrando a Japón a participar en las habituales campañas bélicas en las que los EE.UU suelen verse implicados. 

Casi 80 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, el grueso de la sociedad japonesa sigue mostrándose abiertamente escéptico acerca de los beneficios del poderío militar. Sin embargo, es incuestionable que, a lo largo de los últimos años, esta inclinación pacifista ha ido experimentando una serie de cambios a medida que la posibilidad de un conflicto armado en Asia Oriental se tornaba más plausible. 

El Artículo 9 de la Constitución vigente parece ser explícito y dejar poco lugar a interpretaciones. Es por ello por lo que, desde los años 50, los distintos líderes políticos del país se han enfrentado con alfileres al dilema de cómo abordar la defensa de su nación de una manera más activa, pero manteniendo su capacidad armada dentro de unos límites aceptables en el marco de sus estatutos. Abe ha roto dicha dinámica, tratando siempre de afrontar los impedimentos y contradicciones derivados de la carta magna de manera frontal. Para ello ha adoptado de manera acelerada diversas medidas que, gradualmente, pudieran conducir a una reforma de esta. Con una China cada vez más asertiva y una Corea del Norte volcada en la empresa de convertirse en potencia nuclear, la capacidad de reacción de Tokio está siendo continuamente probada. Por esta razón, la cúpula del PLD se ha mostrado convencida (al menos hasta el año pasado) de que la mayoría de la población se decantaría a favor de reformar o de derogar el controvertido artículo para antes del cierre de 2021. Ya a mediados de 2014, un comité de expertos en análisis geoestratégico del PLD concluyó que, a medio plazo, se tornaría imperativo llevar a cabo una reforma definitiva del artículo que pusiera fin a las ambigüedades imperantes. Solamente eso, al fin y al cabo, permitiría a Japón volver a ser, en palabras del propio Shinzo Abe, «un país normal»12

Con el deseo de alcanzar dicha normalidad, Abe ya logró durante su primer mandato13 la reconversión de la Agencia Nacional de Defensa en Ministerio (2007) y la creación del Consejo Nacional de Seguridad (2013). Finalmente, el espaldarazo recibido con la posterior aprobación de las leyes de 2015 animó al premier a anunciar, en abril de 2017, su intención de someter a referéndum la reforma constitucional para 202014. No obstante, desde un principio, las primeras encuestas atestiguaron la dificultad para acometer el proyecto. Pocas semanas después de anunciarse el plan, a finales de mayo, el sondeo realizado por Kyodo, la principal agencia de noticias del país15, mostraba un 49 % de votos a favor de la reforma frente a un 47 % contrario. Mientras, el elaborado por la cadena de radiotelevisión nacional, la NHK, reducía el margen favorable a un nimio 25 %, disparándose el porcentaje en contra al 57 %. Por su parte, el principal diario del ala de centroizquierda, el Asahi Shimbun, daba un 63 % de votos contrarios frente a un 29 % de favorables16, mostrándose sus votantes especialmente opuestos a la idea de tocar cualquier punto del Artículo 9 y más aún si tal circunstancia se daba durante el mandato de Abe17

Nada de eso pareció preocupar al premier. En otoño de ese mismo año, Corea del Norte realizaba su sexto ensayo nuclear, iniciando además la mayor campaña de prueba de misiles balísticos de su historia18. Abe se vio así reafirmado, una vez más, en su convicción de que, a pesar de las encuestas, los porcentajes se revertirían para cuando llegase la fecha del referéndum. Desgraciadamente, las elecciones de la Cámara de Consejeros (alta) de la Dieta, en julio de 2019, arrojaron serias sombras sobre el cambio de opinión de la población. Si bien el PLD ganó con una cómoda ventaja, los votos combinados del partido con los de sus socios de coalición se quedaron a las puertas de alcanzar los dos tercios de escaños, mínimo necesario en base al Artículo 96 de la constitución para acometer cualquier reforma o someterla a referéndum. Es más, la escasa participación en los comicios, que fue inferior al 50 %, marcó un mínimo histórico desde 1995, siendo además el segundo dato de participación más bajo en unas elecciones desde el final de la Segunda Guerra Mundial19. La única opción, por ende, pasa por extenderle la mano a los distintos partidos de la oposición con la finalidad de poder alcanzar in extremis un acuerdo para celebrar dicho referéndum. 

 Japón y el uso de la fuerza armada: la proyección ofensiva como elemento disuasorio 

Tan solo a lo largo del presente 2020, Corea del Norte ha efectuado el lanzamiento de una docena de misiles balísticos, todos ellos pertenecientes a los modelos KN-24 y KN- 25, que fueron disparados en tandas de dos y de tres a lo largo de la pasada primavera20. Si bien en Washington la noticia fue interpretada como un síntoma de la escasez de combustible a la que el régimen norcoreano hace frente21, en Tokio la reacción ha distado de tamaño optimismo. El hecho de que Pyongyang haya probado tantos proyectiles de un mismo modelo en un periodo de tiempo tan breve bien puede ser indicador de que ya ha dejado atrás la fase experimental para centrarse en la operativa. La amenaza es real, máxime cuando desde 1998 han sido siete los proyectiles norcoreanos que han sobrevolado territorio nipón. Tokio está convencido de que un nuevo caso es cuestión de tiempo y de que no habrá que esperar mucho22

Japón ha incurrido en un gasto millonario a lo largo de los últimos 25 años para mejorar sus defensas antimisiles, instalando diversos sistemas Patriot PAC-2 y PAC-3, amén de sistemas AEGIS en los nuevos navíos de su armada. Esto le convierte en uno de los países mejor preparados para repeler ataques de esta naturaleza23. Sin embargo, desde que en julio del presente año el Ministerio de Defensa desestimara el plan de instalar sistemas AEGIS en tierra ante su elevado coste, Tokio se ha visto obligado a sopesar otras alternativas. Ante el previsible fiasco del hipotético referéndum, el Ministerio de Defensa nipón ha logrado llevar a la Dieta el debate sobre la capacidad retributiva. Es decir, dotar a la JSDF de los medios y legitimidad necesarios para llevar a cabo ataques preventivos o de represalia en suelo extranjero. Esta estrategia permitiría a Japón, por ejemplo, atacar plataformas de lanzamiento de misiles balísticos en Corea del Norte en caso de peligro manifiesto. 

La idea no es nueva. El debate sobre la proyección ofensiva viene ganando intensidad desde comienzos del presente siglo y, por sorprendente que parezca, es una visión que cuenta cada vez con mayor aceptación entre diversos sectores de la oposición24. Además, presenta tres ventajas sobre la instalación del sistema AEGIS en tierra: menor coste, mayor fiabilidad y mayor variedad de plataformas de lanzamiento25. La punta de lanza de la campaña viene representada por los nuevos prototipos de misiles hipersónicos realizados por ATLA26 en colaboración con la Agencia de Investigación Aeroespacial de Japón. Este sistema, sin duda la gran apuesta del Ministerio de Defensa, junto con la conversión de los izumo, está considerado por muchos como un elemento disuasorio de segundo nivel. Por medio de este, la JSDF pasará a contar a lo largo de esta década y de la próxima con proyectiles equipados con un estatorreactor de combustión supersónica27 que podrían alcanzar velocidades superiores a Mach 5. A tal celeridad, y siendo capaces de maniobrar en el aire por medio de un sistema de control externo, los misiles hipersónicos son enormemente complicados de interceptar. Ahora bien, establecer un intrincado escudo de defensa es una cuestión y llevar a cabo un ataque contra suelo extranjero es otra distinta. ¿Cómo integrar esta retórica dentro del Artículo 9 sin reformarlo? Cabría la posibilidad de adaptar las leyes de 2015 para que recogieran esta posibilidad, pero ello nos llevaría a un nuevo dilema: ¿cómo determinar hasta qué punto el peligro es real e inminente y, por tanto, justificante de un ataque preventivo? Ante todas estas cuestiones, no cabe duda de que la proyección ofensiva será el tema de debate más interesante del presente año y de buena parte del siguiente. IEEE

Dado el currículum y la avanzada edad del nuevo premier (71 años), a priori su designación bien podría parecer un movimiento provisional. Antiguo ministro de Exteriores (2006-2007) y, hasta ahora, jefe de gabinete del PLD (2012-2020), Suga es un profundo conocedor de la maquinaria política nipona, reuniendo las cualidades idóneas para ser un «líder de transición» hasta el nombramiento de un nuevo candidato fuerte. Sin embargo, a lo largo de sus primeros días, el nuevo premier se ha apresurado a consolidar su poder por medio de un interesante baile de ministros. El mensaje es claro, Tokio desea mantener la agenda política de Abe inalterada hasta, como mínimo, octubre de 2021, fecha en la que se celebrarían las próximas elecciones. Suga es el hombre ideal para ello, pero parece altamente improbable que acabe siendo elegido candidato del PLD para un periodo superior a una legislatura o para más allá de la presente28. Ante esta situación, los medios japoneses no han perdido el tiempo a la hora de aventurarse a dar nombres de posibles sucesores, resultando especialmente interesantes los de Shigeru Ishiba (63), Fumio Kishida (63) y Tarō Kōno (57). El primero de ellos, habitual en las quinielas de sucesión, es un «halcón»29 conservador de amplia experiencia política30 y con un profundo conocimiento en cuestiones militares. El segundo, Kishida, fue el ministro de Exteriores que más tiempo ostentó el cargo durante la Administración Abe (2012-2017). Oriundo de Hiroshima, siempre ha defendido posturas moderadas en los aspectos concernientes al rearme del país, siendo un destacado opositor dentro del PLD a cualquier tipo de reforma constitucional. Por último, Kōno, se antoja como, probablemente, el más interesante de los tres. Exministro de Exteriores (2017-2019) y Defensa31 (2019-2020), pasó a ocupar la cartera de Estado y Reformas Administrativas tras el ascenso de Suga32. Considerado un líder independiente y asertivo, es el principal abanderado de la proyección ofensiva y, al mismo tiempo, un orientalista empedernido que, durante años, ha presionado para establecer una alianza regional duradera que incluyera a Corea del Sur33. Nunca ha hecho esfuerzos por ocultar su deseo de ser premier en un futuro. 

Conclusiones 

Si bien numerosos analistas han tratado de encontrar paralelismos entre el final de la carrera de Abe y la de su abuelo materno, Nobusuke Kishi, la diferencia entre el legado de ambos es clara. Pese a que el premier se despide con unos ínfimos niveles de aceptación popular, Abe sí ha logrado sentar las bases de un Japón geoestratégicamente asertivo. Su Administración ha obtenido un triunfo claro a la hora de devolver al país una imagen de fortaleza y determinación, aportando herramientas estratégicas de gran utilidad para contrarrestar el expansionismo chino. La integración del Índico y del Pacífico en un único escenario geoestratégico por medio del Free Open Indo-Pacific y el impulso a la Alianza Quad son, sin lugar a duda, el ejemplo más tangible. Parece claro por ello que, a pesar de la reticencia popular, sus sucesores continuarán con la misma hoja de ruta. 

  • Revertir la dinámica asertiva podría tener un coste demasiado elevado. Continuar con ella podría tener beneficios también a nivel económico o social. 

La desestimación de emplazar sistemas AEGIS en tierra ha puesto de relieve el elevado coste económico de ahondar en políticas exclusivamente defensivas34. Paralelamente, retornar a parámetros de estricta limitación del poderío armado podría tener serias consecuencias económicas y para la credibilidad internacional de Japón. Tokio no puede volver a permitirse ahondar en la dependencia del paraguas americano cuando la paciencia de Washington ha llegado a su límite. Ello colocaría al país en una posición comprometida, especialmente si los comicios del próximo noviembre vuelven a dar la victoria a los republicanos35. La realidad es que un fortalecimiento de la JSDF y una expansión de sus competencias podrían traer beneficios a múltiples niveles. Los japoneses desean que la presencia militar norteamericana en su país continúe, pero dadas las fricciones que a menudo se derivan de la misma, no es ningún secreto que una amplia mayoría preferiría una reducción gradual de su número de efectivos. Potenciar y expandir las capacidades de la JSDF36 bien podría ayudar a conseguir tal objetivo, reduciendo al mismo tiempo los costes económicos del despliegue estadounidense, que a medio plazo dejaría en Japón sólo a unidades de cuerpos especializados y con un equipamiento más sofisticado. Así mismo, otro éxito de la administración Abe bien podría ser la adopción de los «Tres Principios de Defensa» (2014), por medio de los cuales Japón deja atrás su negativa rotunda a exportar material bélico37 para permitir a las empresas niponas vender equipo militar a socios extranjeros bajo determinadas condiciones38

  • La reforma constitucional bien podría resultar innecesaria. Japón sigue queriendo ser percibido como un estado pacífico y pacifista, lo cual no tiene que ir en conflicto con el deseo de aumentar y extender sus competencias en materia de defensa. Si bien no cabe duda de que el sueño del núcleo duro del PLD es lograr, o bien una reforma constitucional, o la derogación del Artículo 9 en un futuro cercano, es muy probable que ninguna de las dos cosas sea realmente necesaria. Hasta ahora las autoridades niponas han sabido sortear muy bien las limitaciones impuestas, buscando nuevas interpretaciones que permitieran favorecer el desarrollo de su agenda armada. Ello les ha permitido normalizar de facto la existencia de sus fuerzas armadas. De esta manera, tanto si la reforma sale adelante como si no, el Ministerio de Defensa japonés está ya en vías de dotar a la JSDF de una capacidad ofensiva clara y que difícilmente podría ser revertida. Por el momento, Tokio insiste en presentar este movimiento como una nueva reinterpretación de las capacidades defensivas del país, aduciendo su naturaleza disuasoria. 
  • Abe ha marcado la senda geoestratégica que Tokio debe seguir.Durante el proceso de transformación política del Asia Oriental, Japón ha logrado mantenerse como una nación próspera y estable, con un sistema democrático infranqueable y con unas Fuerzas Armadas en expansión. Sin embargo, y tras décadas de una política exterior que ha sido calificada como reactiva, cuando no pasiva, el actual ejecutivo de Tokio ha acelerado la paulatina transformación de las directrices con el objetivo de poner punto final a las contradicciones internas. Así, con la administración Abe, Japón ha aumentado significativamente sus capacidades para hacer frente a los retos planteados por el actual guion geoestratégico tanto a nivel regional como global. Tras más de medio siglo sustentando su poder e influencia en el tamaño y resiliencia de su economía, el rearme y cambio de retórica de Japón supone, a efectos prácticos, la culminación de su retorno al orden internacional como Estado- nación de pro. 

Ignacio M. García-Galán* 

Historiador especializado en Extremo Oriente 

REFERENCIAS Y NOTAS AL PIE DE PÁGINA
  1.  El Partido Liberal Democrático o Jimintō (自民党), de tendencia conservadora, ha dominado el panorama político japonés de manera casi ininterrumpida desde 1955. 
  2.  Con un presupuesto medio anual de 46 000 millones de dólares desde el retorno de Abe. 
  3. Por medio del mismo Japón renuncia de manera permanente al mantenimiento de cualquier tipo de fuerza armada, así como al uso de la guerra para la defensa de sus intereses nacionales. 
  4. Original en japonés: «日本国憲法第九条 第1項 日本国民は、正義と秩序を基調とする国際平和を誠実に希求し、国権の発動たる戦争と、武力による威嚇又は武力の行使は、国際紛争を解決する手段としては、永久にこれを放棄する。 
  5. 第2項前項の目的を達するため、陸海空軍その他の戦力は、これを保持しない。国の交戦権は、これを 認 め な い ». Traducción al español: «Con la más sincera aspiración a la consecución de una paz internacional, basada en el orden y la justicia, el pueblo de Japón renuncia de manera permanente al ejercicio de la guerra como derecho soberano, así como al uso de la fuerza o a la amenaza de recurrir a la misma como medio de resolución de disputas internacionales. 
  6. Para lograr el propósito citado en el anterior párrafo, no se mantendrán fuerzas de tierra, mar ni aire de ningún tipo. La beligerancia del estado no será reconocida». PRIME MINISTER OF JAPAN AND HIS CABINET, The Constitution of Japan. Disponible en: http://japan.kantei.go.jp/constitution_and_government_of_japan/constitution_e.html 
  7. A pesar de contar dicha misión con el respaldo de las Naciones Unidas por medio de la Resolución 678. SMITH, Sheila A. Japan rearmed: the politics of military power, 2019, p. 55-59. 
  8. Japón es, desde comienzos de los noventa, el segundo mayor contribuyente neto de la Organización, aportando el 20,6 % de su presupuesto medio anual. MINISTRY OF FOREIGN AFFAIRS OF JAPAN. An Argument for Japan's Becoming Permanent Member. Disponible en: https://www.mofa.go.jp/policy/q_a/faq5.html 
  9. MILLER, Alice L. & WICH, Richard, (2011), Becoming Asia. Change and continuity in Asian international relations since World War II, Stanford University Press, p. 234. 
  10. Ninguno de los cuales estaba convenientemente armado. SMITH, S. 2019, p. 63-64. 
  11. En Samawah, también había presentes efectivos británicos, australianos y holandeses. 
  12. Por medio de las cuales se legitima el ejercicio de la defensa colectiva, permitiendo a la JSDF desplegar tropas armadas en suelo extranjero para participar en misiones de paz o para proteger a un aliado. 
  13. Abuelo materno de Shinzo Abe, fue premier entre 1957 y 1960. 
  14. El primer mandato de Abe tuvo lugar entre septiembre de 2006 y septiembre de 2007. 
  15. La fecha del anuncio no era casual, pues llegaba en el 70º aniversario de la entrada en vigor de la constitución y apenas unos meses después de que Pyongyang llevara a cabo su primer ensayo de una bomba de fusión de hidrógeno. 
  16. Y consideraba afín al PLD. 
  17. MARK, Craig. “Japan Debates Changing Its Pacifist Constitution. Can Shinzo Abe actually succeed in his plan to amend Article 9?”. The Diplomat, 25 de mayo de 2017. Disponible en: https://thediplomat.com/2017/05/japan-debates-changing-its-pacifist-constitution/ 
  18. KINGSTON, Jeff. “Japan's constitutional rebirth or reincarnation?” The Japan Times, 13 de mayo de 2017. Disponible en: https://www.japantimes.co.jp/opinion/2017/05/13/commentary/japans-constitutional- rebirth-reincarnation#.W5BGOkZKhhE/ 
  19. Mediante la cual, desde comienzos de 2017 y hasta fecha presente, Pyongyang ha lanzado más de setenta proyectiles de diverso alcance. 
  20. SIEG, Linda & TAKENAKA, Kiyoshi. “Japan's pro-constitution reform forces fall short of two-thirds upperhousemajority:NHK’”,Reuters,21dejuliode2019.Disponibleen: https://www.reuters.com/article/us-japan-election/japans-pro-constitution-reform-forces-fall-short-of-two- thirds-upper-house-majority-nhk-idUSKCN1UG017 
  21. PANDA, Ankit. “What Was Behind North Korea’s Busy March 2020 Missile Launches?”, The Diplomat, 8 de abril de 2020. Disponible en: https://thediplomat.com/2020/04/what-was-behind-north-koreas-busy- march-2020-missile-launches/ 
  22. Solo dos de los proyectiles fueron identificados como modelos Hwaseong de largo alcance. 
  23. JOHNSON, Jesse. “North Korean missiles again flying over Japan 'only a matter of time,' experts say”, The Japan Times, 2 de enero de 2020. Disponible en: https://www.japantimes.co.jp/news/2020/01/02/asia-pacific/politics-diplomacy-asia-pacific/north-korean- missiles-flying-japan-matter-time-experts-say/ 
  24. Además de encontrarse plenamente integrado dentro de la red BMD de escudos norteamericanos. 
  25. El propio exlíder del Partido Democrático (PDJ), Seiji Maehara, ya afirmó en un debate en la Dieta que Japón debería estar preparado para tomar represalias en suelo extranjero en caso de ser atacado por un enemigo externo. SMITH, S. 2019, p. 123-124. 
  26. Uno de los principales obstáculos a la adopción de los sistemas AEGIS en tierra fue también la oposición de las poblaciones de Akita, Aomori y Yamaguchi donde se pensaba instalar las plataformas. Este inconveniente sería subsanado al poder dispararse los misiles de ataque desde los buques de la JMSDF o las aeronaves de la JASDF. KATO, Masaya. “Japan's missile shield deployment scuppered by localresistance”,NikkeiAsianReview,7demayode2020.Disponibleen: https://asia.nikkei.com/Business/Aerospace-Defense/Japan-s-missile-shield-deployment-scuppered-by- local-resistance 
  27. Siglas de Acquisition, Technology & Logistics Agency, empresa dependiente del Ministerio de Defensa. 
  28. O scramjet. 
  29.  Suga es el segundo premier de mayor edad tras Kiichi Miyazawa (1991-1993), quien contaba con un año más cuando asumió el cargo. Así mismo, en medio de la crisis económica acaecida a raíz de la pandemia, el PLD demandará de su nuevo líder resultados positivos inmediatos a cambio de su respaldo. 
  30. Saltó a la fama a nivel internacional tras sus polémicas declaraciones de 2011, en las cuales aseguró que, si las amenazas a afrontar por su país se tornaban insostenibles, Japón estaba preparado para desarrollar su propio arsenal nuclear. DAWSON, Chester. “In Japan, Provocative Case for Staying Nuclear”, The Wall Street Journal, 28 de octubre de 2011. Disponible en: https://www.wsj.com/articles/SB10001424052970203658804576638392537430156 
  31. Ministro de Defensa durante un breve periodo de tiempo (2007-2008), ocupó también la cartera de Agricultura y Pesca (2008-2009), habiendo servido además como jefe de la Agencia Nacional de Defensa (2002-2004) durante la administración Koizumi. 
  32. Anteriormente ocupó la cartera de Exteriores (agosto 2017-septiembre de 2019). 
  33. Varios medios consideran que Suga ha frenado o, al menos, congelado las aspiraciones de Kōno en un deseo por prorrogar el periodo de transición, dando prioridad durante el mismo a las reformas económicas de ámbito nacional. 
  34. Lo cual no le impidió adoptar una postura dura con Seúl durante la reciente crisis entre sendos países. YOSHIDA, Reiji. “Taro Kono rips Seoul for refusal of wartime labor panel under '65 pact, calls ambassador'extremelyrude'”,TheJapanTimes,20dejuliode2019.Disponibleen: https://www.japantimes.co.jp/news/2019/07/20/national/politics-diplomacy/taro-kono-rips-seoul-refusal- wartime-labor-panel-65-pact-calls-ambassador-extremely-rude/ 
  35.  LATTANZIO, Thomas. “Aegis Ashore Cancellation – Impulsive Blunder or Strategic Opportunity?”, Stimson, 29 de julio de 2020. Disponible en: https://www.stimson.org/2020/aegis-ashore-cancellation- impulsive-blunder-or-strategic-opportunity/ 
  36.  JOHNSON, Jesse. “Trump demanded Japan cough up $8 billion for U.S. troops—or risk pullout, Bolton says”, The Japan Times, 22 de junio de 2020. Disponible en: https://www.japantimes.co.jp/news/2020/06/22/national/us-donald-trump-japan-troops-john-bolton/ 
  37. El 90 % de los japoneses afirma tener una buena imagen de sus fuerzas de autodefensa. WARD, Alex. “The rise of Japanese militarism. What the growth and change of Japan’s armed forces means for the world”, VOX, 19 de abril de 2019. Disponible en: https://www.vox.com/2019/4/30/18100066/japan-shinzo- abe-sdf-emperor-china Fecha del último acceso: 7 de junio de 2020. 
  38. En 1967, la Dieta aprobó la Ley de Embargo sobre Exportación de Armamento, por medio de la cual Japón se autoimponía la prohibición de vender equipamiento militar a países del bloque comunista, a estados sobre los que pendía un embargo de armas de la ONU o a países con alta probabilidad de entrar en conflicto en un futuro inmediato. En 1976, la prohibición fue extendida a la totalidad de estados. 
  39. A países amigos en apuros, o a naciones en conflicto sobre las que no penda un embargo de la ONU y que hayan demostrado un compromiso sólido por alcanzar la paz. MINISTRY OF FOREIGN AFFAIRS OF JAPAN, “The Three Principles on Transfer of Defense Equipment and Technology”, 1 de abril de 2014. Disponible en: https://www.mofa.go.jp/press/release/press22e_000010.html  

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