Opinión

PIDECO, programa de intervención penitenciario pionero en la reinserción de delincuentes económicos

photo_camera Criminalité économique

PIDECO es un programa de intervención penitenciaria enfocado a la reinserción y reeducación de los delincuentes económicos en las prisiones españolas, creado de forma pionera en el mundo y que, aunque con deficiencias y críticas, presenta un paso hacia adelante para estas modalidades delictivas, garantizando derechos y generando obligaciones para el Estado. 

La delincuencia económica está presente en nuestra sociedad desde perspectivas dispares y con el aumento de condenados – en especial a prisión – en los últimos años, la reinserción social de los mismos no podía caer en el olvido. España ha creado de manera pionera PIDECO, un programa de Intervención en Delitos Económicos destinado a la búsqueda de la reinserción de los penados por estos delitos que se ha puesto en funcionamiento en las prisiones españolas mediante la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias dependientes del Ministerio del Interior este año, salvo para las prisiones catalanas ya que la Generalitat tiene su propio sistema penitenciario.

Tras cerrar el año 2020 con un total de 47.374 presos en las cárceles españolas, es de relevancia señalar que un 5,6% corresponde a presos que pueden participar en dicho programa, lo que supone alrededor de 2.050 personas1. Aunque estas cifras puedan parecer insuficientes para justificar su necesidad, en los últimos 10 años, el número de condenas encuadradas dentro de la delincuencia económica para el Derecho Penal se han triplicado, obligando a Instituciones Penitenciarias a dar una respuesta a la problemática, como garante de los derechos de los internos y en cumplimiento del deber constitucional de la reinserción y reeducación y el artículo 59 de la Ley Orgánica General Penitenciaria.

Delitos económicos

Este nuevo programa enfocado casi a un 6% de la población reclusa, se suma a los aproximadamente veintitrés programas específicos de reinserción actualmente en funcionamiento para tipologías delictivas concretas. 

Los motivos de la necesidad son claros, sin embargo, presenta fallos a priori que pueden causar que su eficacia sea mínima. El objetivo que presenta es reeducar al delincuente económico y trabajar las situaciones y factores personales que le facilitaran la comisión delictiva, así como aprender a enfocar su vida en libertad con actitud prosocial. Empero ¿qué se entiende por delincuencia económica para el programa?

Pues todos aquellos tipos delictivos dentro de “delitos contra el patrimonio y contra el orden socioeconómico” omitiendo hurtos, robos o extorsiones, “delitos contra la hacienda pública y la seguridad social”, “delitos contra los derechos de los trabajadores”, “delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros” y “delitos contra la ordenación del territorio y el urbanismo, la protección del patrimonio y el medio ambiente”2

Delitos económicos

Es de esta enumeración de la que nace la primera de las críticas que se puede practicar, pues mientras que en los primeros tipos la presencia del carácter económico está claro, es imposible de encontrar en aquellos denominados “derechos de los trabajadores” o “de los ciudadanos extranjeros” puesto que nada tienen que ver con los preceptos económicos, los sujetos no responden a los patrones de los delincuentes económicos y las motivaciones son otras. Por mucho cariz económico que tomen los delitos, nunca van a coincidir con la intrínseca propia de los delitos económicos. En cuanto a los delitos contra la ordenación del territorio y urbanismo es más factible observar dicho carácter, eliminando aquellos hurtos y robos, que excluyen un perfil de delincuente convencional, centrándose más que en delitos económicos en general, en una categoría más específica. 

El segundo de los inconvenientes que presenta son las características de los sujetos en las que se han basado para su creación. Se podría apreciar un sesgo, y es que mientras se mantiene el término delincuentes económicos, el programa se desarrolla bajo la figura del delincuente de cuello blanco. El estudio de campo se llevó a cabo comparando las respuestas de 28 presos condenados por delitos económicos con una media de 52 años, con las de 23 personas en libertad con responsabilidad directiva en empresas y con 27 reclusos condenados por otros delitos. La comparación solo con directivos y no con cualquier otra persona con posibilidad de cometer delitos económicos encamina la misma hacía la delincuencia de cuello blanco, en la que el estatus laboral sirve como trampolín a la comisión delictiva, siendo imposible desde otro puesto. Pese a que las diferencias entre los tres grupos eran menores de las que se esperaban encontrar, es de reseñar que aparecieron rasgos concretos de narcisismo, egocentrismo, liderazgo, carente de humildad, empatía, así como la responsabilidad de la propia conducta delictiva y el sistema de valores que se trabajarán durante el programa.

PIDECO responde así, según se argumenta, a una necesidad de inserción que durante años no ha existido para aquellos tipos encuadrados en la delincuencia de cuello blanco, abogando que no necesitaban de reinserción, sin embargo, el cumplimiento legal y las características concretas han desterrado estas afirmaciones, que en consecuencia han desencadenado en que el programa se enfoque en particular a dicha modalidad.

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¿Qué necesitan para participar?

Como ya he señalado, encontrarse condenado por una de las categorías descritas, que queden menos de dos años de condena para el cumplimiento total y que el sujeto acepte su responsabilidad en el hecho. Este programa no generará beneficios penitenciarios de forma automática o tasada, aunque sí se tendrá en cuenta para otorgar permisos y cambios de grado. Tras el mismo, se espera que los sujetos pidan perdón por los daños causados, reparen el daño dentro de las posibilidades y de forma efectiva modifiquen su conducta y percepción social, no reincidiendo al cumplir la condena. 

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¿Cómo lograrlo?

Con un mínimo de 32 sesiones grupales e individuales, divididas en siete unidades terapéuticas y una final de justicia restaurativa a realizar en alrededor de diez u once meses con una sesión semanal de aproximadamente tres horas, impartidas por un total de cuarenta psicólogos formados especialmente al efecto. Durante las mismas, se trabajará la motivación a la participación voluntaria, la identidad y autoestima, las habilidades sociales, la responsabilidad y el sistema de valores, el perdón, la reparación del daño, la reinserción y la aceptación de la estigmatización que presentará la salida de prisión en una sociedad cada vez más intolerante con estos delitos3. Este programa se ha puesto en funcionamiento a principios de año por lo que hasta finales de año no se esperan los primeros resultados de un total de 68 internos de 31 cárceles y nueve CIS. 

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A modo de conclusión…

Con la creación del programa se avanza en derechos, sin embargo, no existe ningún programa a nivel mundial sobre el que sustentar la propuesta actual y no podremos comenzar a ver los resultados mínimos hasta finales de este año y más en concreto con el transcurso del tiempo, cuando vivan en sociedad. 

El programa en sí es de alabar, ya que las intenciones e inquietudes no presentan ni un mínimo de problemática, pero si lo hace el tratamiento igualitario que aparece para diferentes formas de delincuencia, de realidades, de inquietudes y necesidades. La delincuencia económica, aunque amplia, no es un cajón de sastre, ni es sinónimo de delincuencia de cuello blanco, lo que puede llevar a problemas en el momento de valorar sus resultados y el desarrollo de este. Teniendo presente la escasa muestra que se tomó sobre la que sustentar el programa de intervención y ciertos sesgos que se pueden apreciar como la concreción de la profesión de aquellos que se encuentran en libertad hacen que, a priori, se dude de su eficacia. Solo se encargan psicólogos, dejando en el olvido profesiones muy útiles para el tratamiento como pueden ser los criminólogos complementando los conocimientos y formando equipos multidisciplinares e interdisciplinares garantizando una calidad mayor.

Delitos económicos

Por último, este programa no aparece en la web de instituciones penitenciarias, a pesar de que el resto sí, tildándolo de un carácter privado que no existe para el resto de los programas, haciendo de nuevo pensar en garantizar el anonimato de ciertos personajes públicos, que en particular se produce bajo el paraguas delincuencia de cuello blanco.

Por tanto, y aunque las críticas de este, a mi modo de ver, son múltiples, no deja de apreciarse una necesidad imperiosa de este programa y un avance sin precedentes que comenzará a dar frutos pronto, que con el paso de los años se perfeccionará, sirviendo de base a otros programas y garantizando derechos a los condenados, colaborando en su vuelta a la libertad.

Alicia Rodríguez Sánchez, criminóloga, personal investigador en formación en la Universidad de Salamanca y colaboradora Sec2Crime en la línea de delincuencia económica. 

BIBLIOGRAFÍA

1 - Instituto Nacional De Estadística (2020). Estadísticas de condenados. Recuperado de: https://www.ine.es/dynt3/inebase/index.htm?padre=3978. 

2- Instituciones penitenciarias (2020). Notas de prensa. Recuperado de https://www.institucionpenitenciaria.es/es/web/home/gabinete-de-prensa/notas-de-prensa?p_p_id=genericseeker_INSTANCE_uXD5z5Xpq9lu&p_p_lifecycle=0&p_p_state=normal&p_p_mode=view&_genericseeker_INSTANCE_uXD5z5Xpq9lu_idNew=684356&_genericseeker_INSTANCE_uXD5z5Xpq9lu_idArticle=0&_genericseeker_INSTANCE_uXD5z5Xpq9lu_idPagination=0&_genericseeker_INSTANCE_uXD5z5Xpq9lu_page=%2Fnew.jsp 

3- Instituciones Penitenciarias pone en marcha un programa de Intervención en delitos económicos (2020,1 diciembre). Actualidad jurídica Tirant lo Blanch. Recuperado de: https://tirant.com/actualidad-juridica/noticia-instituciones-penitenciarias-pone-en-marcha-un-programa-de-intervencion-en-delitos-economicos-2/