¿Qué está pasando en Yemen?

yemen

Mientras el mundo, y Europa en particular, están preocupados por la guerra en Ucrania, primer conflicto en décadas que asola el continente, todavía hoy hay muchas crisis y conflictos activos en todo el mundo, especialmente en el Medio Oriente. Con todas nuestras preocupaciones en los últimos meses, especialmente desde el estallido de la guerra en Ucrania en febrero, nos hemos centrado en informarnos sobre este conflicto y entender lo que allí está sucediendo y las repercusiones e impactos que la guerra puede tener. Durante estos meses parece que nos hemos olvidado del mundo que nos rodea y de lo que está sucediendo y parece que las crisis que aquejan a múltiples países y regiones de este planeta han caído en el olvido más absoluto.

Después de estos meses, nos despertamos por las mañanas y recordamos países que viven en crisis y guerras. Los medios de comunicación y los profesionales debemos seguir estos acontecimientos mientras nos ocupamos de la invasión rusa en Ucrania. Son conflictos que se desarrollan en Oriente Medio, muy cerca de Europa y mucho más cerca de España, que históricamente está más expuesta que otros países europeos a lo que está pasando en esta región y en el mundo árabe. Tenemos que insistir en nuestras informaciones en lo que ha ocurrido durante este tiempo en guerras como la de Yemen y Siria. Todavía está abierto el conflicto y han sucedido muchas cosas en los últimos tiempos. Sobre todo, en Yemen. 

El pasado mes de abril, todas las fuerzas yemeníes se reunieron en la capital de Arabia Saudí, Riad. Además de las fuerzas tradicionales, estaban allí presentes las nuevas fuerzas con tinte modernista, cuya presencia parecía haberse vuelto más influyente, tanto dentro como fuera del país. Después de aproximadamente una semana de negociaciones, se acordó crear un consejo presidencial para salvar al país y liderar la situación en una compleja y complicada misión de rescate.

Esta vez, las fuerzas y partidos tradicionales no lograron controlar la situación por completo como sí hacían antes y esto a pesar de sus desesperados intentos para conseguir ese ansiado control. Durante los últimos años se había producido una nueva realidad que se impuso con fuerza, una realidad que parecía tener más encaje y capaz de dar forma al futuro del país

El nuevo consejo está compuesto por ocho líderes. Representan al norte y al sur del país, y parece que dos figuras pertenecientes al Consejo destacan sobre todas las demás y reciben una mayor atención. Estas dos figuras representan lo que podemos denominar fuerzas emergentes, estos son, el Consejo de Transición del Sur liderado por Aidarous al-Zubaidi y la Resistencia Nacional y su oficina política, y su representante, el general de Brigada Tariq Saleh.

No cabe duda de que la guerra que estalló en el país hace ocho años fue el resultado natural del fracaso de las fuerzas políticas tradicionales del país para contener y confrontar el proyecto del grupo Houthi respaldado por Irán, dejando la puerta abierta para que controlen el poder y tomen el país. Este fracaso de las fuerzas políticas tradicionales explica en gran medida el poco éxito del diálogo político y con ello se explica también el hecho de que el conflicto en Yemen haya dejado de encabezar titulares y noticias en los medios de comunicación. Pero cabe destacar que hay algo que ha pasado y ha roto el estancamiento de los últimos meses.

En mi opinión, este es el cambio político más grande que ha ocurrido en ese país árabe en décadas, y parece claro que los países involucrados e influyentes en el conflicto yemení confían mucho en él para poner fin a la guerra y restaurar la estabilidad no solo a Yemen, sino también en una de las regiones de vital importancia. No hay duda de que las fuerzas tradicionales en Yemen, que han tenido el control y el monopolio de la política en Yemen durante las últimas cuatro o cinco décadas, no han sido capaces de resolver sus guerras y conflictos y fueron la causa real por la que los problemas se multiplicaron. El fracaso de estas fuerzas impuso la necesidad de un cambio y una ruptura, que es lo que efectivamente está sucediendo.

Hoy, el Consejo de Transición del Sur y el Buró Político de la Resistencia Nacional parecen los que más protagonismo acaparan, y parece claro que los países de la región y los países influyentes en el conflicto yemení cuentan con ellos en el futuro de Yemen y lo que hace más necesarias estas nuevas fuerzas es el hecho de que las fuerzas tradicionales no son capaces de actuar al margen de sus esquemas ideológicos ni tienen la intención de dejar de lado los enfrentamientos sectarios que tanta devastación han dejado en Yemen y otros países de la región.

Las fuerzas políticas tradicionales han sumido a Yemen en la corrupción política y económica durante décadas, lo que permitió que un grupo minúsculo como Ansar Allah Al-Houthi, vinculado a Irán, controlara fácilmente el país en 2014. Este sumió a Yemen en una devastadora guerra sectaria que lo llevó a la bancarrota. Por otro lado, otro grupo extremista, los Hermanos Musulmanes, lo que sumió el país en conflictos y guerras que no parecían tener un final, pero los yemeníes lograron de forma inteligente salir de este círculo aunque de forma parcial y con ello abandonar la desilusión dando lugar a nuevas fuerzas y presentarlas al mundo, que claramente no tiene más remedio que tender la mano a estas fuerzas para crear un nuevo orden y abrir el horizonte para un futuro estable en este país, como sucedió el pasado mes de abril.

Esta transformación se produjo mientras Europa estaba preocupada por la guerra de Ucrania, pero fue producto de las interacciones políticas y populares durante años, y si Europa había establecido buenas relaciones en el pasado con las fuerzas tradicionales durante décadas, ahora debería tomar la iniciativa de tender la mano a las nuevas fuerzas emergentes que cuentan claramente con más apoyos internamente que esas fuerzas y una mayor presencia regional. España puede estar mucho más preparada para desempeñar ese papel, y Madrid tiene una oportunidad histórica de desempeñar un papel destacado en todo lo que sucede en Oriente Medio y el norte de África, especialmente por ser el más afectado geográfica e históricamente por lo que está sucediendo en esa región.

Naciones Unidas y la Unión Europea apoyan las negociaciones políticas y las ven como la única solución al prolongado conflicto de Yemen, el país que vive la peor crisis humanitaria del mundo. Yemen lleva en tregua desde hace más de cuatro meses consecutivos, la primera de estas características desde el estallido del conflicto en 2015, en un momento en el que la Unión Europea y la comunidad internacional en general cuentan con esta tregua para pasar página de la guerra de Yemen, a pesar de su fragilidad y la negativa de los rebeldes houthies a cumplir con sus obligaciones. España puede liderar los esfuerzos de la Unión Europea en Yemen, sobre todo teniendo en cuenta el fracaso de otros países europeos en esta tarea y el poco éxito que han tenido para influir y lograr el cambio.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato