Opinión

Representación en la política pública: aumentar la representación política de las mujeres en Omán

Aunque las mujeres obtuvieron el derecho a votar y a presentarse a las elecciones en Omán en 1994, su presencia en el ámbito político es casi inexistente, y la representación política de las mujeres en el poder es una de las más bajas de los diez países del mundo. Por lo tanto, el documento creó varias alternativas para hacer frente a este problema: permitir la formación de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, cambiar el sistema electoral, establecer una cuota para la representación política de las mujeres y mantener el sistema electrónico en las elecciones con representación de las mujeres en la arena política. 

Las Naciones Unidas han adoptado el derecho a la igualdad de género desde su creación, ya que está incluido en su primer artículo de la Carta de las Naciones Unidas. En este logro se incluyen varios propósitos, como la cooperación internacional económica, social, cultural y humanitaria y la promoción del respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales sin discriminación de género, lengua o religión y sin distinción entre hombres y mujeres. 

El índice de brecha de género también muestra el aumento de la brecha en la representación política y económica e incluso en la recepción de educación entre hombres y mujeres en el Sultanato de Omán.

Descripción del problema: 

Las mujeres omaníes obtuvieron el derecho a votar y a presentarse a cargos políticos en 1994, pero esta legislación no fue más que una farsa, ya que sólo sirvió para un pequeño número de personas seleccionadas y aprobadas de antemano por el Gobierno. 

Considerando el aspecto legal y constitucional, cada una de las leyes básicas de la "constitución" que se formó en 1996, y garantiza en su artículo duodécimo los principios de justicia, igualdad e igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos de la Sultanía, y el artículo decimoséptimo que prohíbe la discriminación entre ciudadanos por razón de “sexo y origen” lengua, religión, secta, patria o condición social es el motor constitucional para garantizar la igualdad política de las mujeres.

La representación política de las mujeres empezó a dar un nuevo giro en 2003, cuando se permitió realmente a todas las mujeres votar y presentarse como candidatas a las elecciones, pero, aunque las mujeres entraron en el Parlamento omaní ese mismo año, sólo dos mujeres fueron elegidas para representar a la población en la capital, Mascate, desde entonces, la representación femenina no ha superado el 2,5%. 

En el mismo contexto, el Estado de Omán nombró en 2003 a Sheikha Aisha bint Khalfan bin Jameel al-Sama para dirigir la Autoridad Nacional de Artesanía Industrial, y Sheikha Aisha fue la primera mujer en ocupar este cargo en el Sultanato de Omán y en los países árabes del Golfo; este cargo equivale al rango de ministro, pero sin una cartera ministerial propiamente dicha. 

En consecuencia, la Ley de la Función Pública fue promulgada por el Real Decreto nº 120/2004 para garantizar que las mujeres disfruten de las mismas oportunidades laborales y beneficios que sus homólogos masculinos, e incluso garantizar la igualdad salarial. 

En aplicación de la decisión anterior, el Sultán Qaboos promulgó un real decreto por el que nombraba a la Dra. Rawia bint Saud al-Busaidi ministra de Educación en 2004, y la Dra. Rawia se convirtió en la primera mujer ministra de Omán en ocupar una cartera ministerial. 

Asimismo, el Sultanato de Omán ratificó la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en 2006, como paso positivo y expresión de su compromiso internacional para lograr la igualdad de las mujeres omaníes y eliminar las causas de su discriminación.

Por ello, en 2007, el Sultán Qaboos de Omán promulgó el Real Decreto nº 107/2007 por el que se nombraba por primera vez a 15 mujeres en el Majlis al-Dawla del Parlamento, de un total de 70 miembros, con lo que la representación de las mujeres se equiparaba al 20%. A la espera del primer mandato (2012-2016) del Consejo de Estado, cuatro mujeres fueron elegidas de un total de 192 escaños, lo que hace que la representación de las mujeres en este consejo sea igual al 2,1%. En su segundo mandato (2016-2020), fueron elegidas siete mujeres de un total de 202 escaños. Es decir, el 3,5%. 

En cuanto al Consejo de la Shura, la proporción de representación femenina no ha cambiado desde que se permitió a las mujeres presentarse a las elecciones y votar, y entraron en el consejo por primera vez desde 2003. El porcentaje de mujeres en el consejo no ha superado el 2,4% hasta la fecha. 

Del mismo modo, incluso después de las elecciones al consejo en 2019, donde solo dos mujeres obtuvieron escaños parlamentarios de 86 escaños, lo que equivale al 2,3% de los escaños del consejo, y así el Sultanato de Omán ocupó el puesto 184 de 187, seguido de Vanuatu con el 1,9% y Papúa Nueva Guinea. Con un 1,7%, y procedente de la región árabe, se encuentra el Estado de Yemen, que no cuenta con ninguna representación femenina en el Consejo Legislativo, según la clasificación mensual de las mujeres en los parlamentos nacionales de la Unión Interparlamentaria.

La representación de las mujeres en el poder ejecutivo no difiere, pero sigue siendo baja en comparación con sus homólogos masculinos, ya que el último gabinete, que fue nombrado en agosto de 2020, sólo incluía a tres mujeres, el 13% de 23 miembros. 

En el mismo contexto, la representación de las mujeres es completamente inexistente en el sistema judicial del Sultanato de Omán, ya que, según el informe “Las mujeres en el poder judicial en los países árabes” de la CESPAO de las Naciones Unidas, no hay ninguna jueza en Omán. 

El problema de la escasa representación política de las mujeres en el Sultanato de Omán puede atribuirse a varias razones complementarias. La primera de ellas es la continua competencia entre las principales tribus de Omán, que a menudo provoca el retraso de las mujeres del ámbito público y político, ya que las tribus Qahtani y Adnani compiten por una mayor representación en la Cámara de Representantes. Normalmente, cada tribu designa a sus candidatos de manera informal, formando pactos y movilizando a los votantes para garantizar la victoria de sus candidatos incluso antes de las elecciones. 

Las tribus dominantes en el Sultanato de Omán siguen el sistema patriarcal en su estructura, y los hombres controlan los asuntos sociales, políticos y económicos en los asuntos públicos, mientras que el papel de la mujer está más centralizado en la familia, lo que dificulta el acceso de las mujeres a los canales tribales y su nominación por su tribu. 

La segunda razón está relacionada con la naturaleza del sistema político del Sultanato de Omán, que dificulta la aparición de las mujeres en puestos de toma de decisiones, debido al rechazo de los derechos y libertades básicos en Omán, como la prohibición de los partidos políticos y las asociaciones de derechos humanos, así como la ausencia de cualquier oposición política real contra el Gobierno y el rey, y la prohibición de cualquier reunión pública, sin permiso oficial del Gobierno. 

Así, la prohibición por parte del Gobierno omaní de las ONG de derechos humanos que debaten sobre los derechos jurídicos y políticos de las mujeres dificulta que éstas obtengan los conocimientos y la formación necesarios para dirigir campañas u ocupar cargos en Omán. Aunque en Omán existen algunas organizaciones de mujeres, a menudo se centran únicamente en la formación profesional, la atención sanitaria y las campañas de alfabetización, y no se ocupan de cuestiones relacionadas con la representación política de las mujeres. 

En tercer lugar, el sistema electoral que sigue el Sultanato de Omán, basado en el sistema de elección individual de los candidatos y la ausencia de un sistema electoral para las listas de los partidos, es uno de los mencionados debido a la prohibición de la formación de partidos políticos, lo que podría ser la mayor oportunidad para que las mujeres se presenten y sean elegidas. 

El sistema electoral "First-Past-The-Post", en el que el ganador se lo lleva todo, que sigue la Sultanía, es uno de los que más impide la representación justa de las minorías, ya que se basa en conceder el escaño parlamentario al candidato con mayor número de votos, aunque esos votos sean sólo un pequeño porcentaje del total de votantes. Sin embargo, si se examinan otras formas de sistemas electorales/de votación, como los sistemas electorales proporcionales y mixtos, se observa que son más justos para la representación de las mujeres y las minorías. 

En cuarto lugar, la falta de una ley de cuotas representativas de género para las mujeres en el sistema electoral parlamentario del Sultanato de Omán, y la cuota representativa es uno de los pilares para aumentar la representación política de las mujeres en el Parlamento. Esto especialmente en sociedades que limitan la participación de las mujeres en el trabajo público y político basándose en costumbres, usos y tradiciones. Ver el impacto de una cuota representativa de mujeres en la acción política en varios países vecinos, como los Emiratos Árabes Unidos, la República Árabe de Egipto y el Reino de Arabia Saudí, condujo a un aumento significativo de las tasas de participación de las mujeres en los parlamentos de esos países. 

Todos estos factores limitan la capacidad de las mujeres omaníes para organizarse de forma independiente y presionar al Gobierno para que amplíe sus derechos políticos. 

En el lado positivo, en 2019, el Sultanato de Omán aplicó por primera vez el sistema electoral electrónico en las elecciones al Consejo de la Shura, en apoyo de los esfuerzos del Sultanato por desarrollar mecanismos electorales y garantizar la exactitud y credibilidad de los resultados. Este es uno de los avances más importantes que apoyan el empoderamiento de la participación política de las mujeres, ya que se les concede la oportunidad de emitir su voto sin obstáculos que les impidan acudir a las urnas. 

Partes implicadas 

Gobierno: representado por la Comisión Electoral, el Parlamento (Consejo de la Shura-Majlis al-Dawla), el poder judicial y el primer ministro. 

Ciudadanos en general y mujeres en particular. 

Ancianos / líderes tribales. 

Establecimiento y evaluación de alternativas: 

Son muchas las alternativas que pueden identificarse para mejorar la participación política de las mujeres en el Sultanato de Omán, a saber: 

1. Permitir la formación de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil: 

Esta alternativa se basa en la modificación de las leyes que impiden la formación de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil en el Sultanato de Omán, de modo que entre las tareas de los partidos políticos esté la de nominar competidoras para los escaños electorales en la Cámara de Representantes y las localidades. También incluye la nominación de listas electorales que incluyan un número de mujeres candidatas, al tiempo que garantiza las tareas de las organizaciones de la sociedad civil Llegar a las mujeres en zonas de difícil acceso, y a las mujeres y hombres dentro de las tribus para ayudar a difundir las ideas de igualdad de género y aumentar la participación política de las mujeres. 

Ventajas: 

La responsabilidad de apoyar la participación política de las mujeres se divide entre actores formales e informales. 

La participación política se convierte en un proceso más transparente. 

Ayuda a cambiar los hábitos y costumbres sociales llegando a las tribus en lugares a los que el gobierno no puede llegar. 

Ayuda a crear empleo. 

Desventajas: 

Esta alternativa requiere modificar el sistema político del Sultanato de Omán para permitir la formación de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil. 

2. Cambiar el sistema electoral en Omán: 

Esta alternativa se basa en cambiar el sistema electoral en cuestión en el Sultanato de Omán del sistema de "el ganador se lo lleva todo", que es un sistema electoral perteneciente a la familia de los sistemas electorales mayoritarios, a un sistema más adecuado para la participación política de las mujeres, como los sistemas electorales pertenecientes a la familia de los sistemas proporcionales o semiproporcionales. Esto incluye el sistema proporcional mixto, que tuvo éxito en Nueva Zelanda y Alemania al aumentar los índices de representación y participación de las mujeres en el ámbito político tras cambiar el sistema electoral que dependía del sistema mayoritario. 

Ventajas: 

Cambiar el sistema electoral a un sistema mixto o proporcional puede conducir a una representación justa de las mujeres y las minorías. 

Desventajas: 

Cambiar el sistema electoral requiere cambiar algunas disposiciones de la constitución. 

Cambiar la constitución requiere un referéndum popular y un voto mayoritario. 

Alternativa económicamente costosa. 

3. Establecer una cuota de género para la representación política: 

Esta alternativa se basa en el desarrollo de una nueva ley que otorgue una cuota representativa específica para las mujeres con el fin de aumentar su representación y participación en el ámbito político, especialmente en el parlamento, y en las localidades. La incorporación de una cuota de este tipo ha conseguido aumentar los índices de participación de las mujeres en los órganos legislativos de países vecinos como los Emiratos Árabes Unidos, donde el porcentaje de representación en el Consejo Nacional Federal alcanzó el 50%, y la República Árabe de Egipto, donde el porcentaje de representación alcanzó el 27% en la Cámara de Representantes. 

Ventajas: 

La cuota de género es el mecanismo más eficaz que garantiza un aumento del porcentaje de representación femenina en el ámbito político. 

Desventajas: 

Cambiar el sistema electoral requiere cambiar algunas disposiciones de la constitución. 

Cambiar la constitución requiere un referéndum popular y un voto mayoritario. 

Alternativa económicamente costosa. 

4. Mantener el sistema electoral actual: 

Esta alternativa se basa en mantener el sistema electoral electrónico que la Sultanía ha adoptado desde 2019, en las elecciones al Consejo de la Shura, como parte de los mecanismos adoptados por la Sultanía para garantizar la exactitud y credibilidad de los resultados electorales. 

Ventajas: 

Más transparencia en el proceso electoral. 

Proporcionar más información a los candidatos. 

Proporcionar un mejor mecanismo de supervisión del proceso de votación. 

Evitar el fraude y la repetición del voto por parte de algunos votantes. 

Las mujeres tienen la oportunidad de votar sin obstáculos que les impidan acudir a las urnas. 

Desventajas: 

El uso del sistema electrónico para votar es difícil para algunas personas mayores que no pueden utilizar la tecnología moderna. 

Recomendaciones: 

Este documento de política pública recomienda que se apliquen urgentemente las tres alternativas, con el fin de asegurar un cambio real en el sistema político que garantice que las mujeres tengan la oportunidad de presentarse a las elecciones, asegurarse un puesto en los puestos de toma de decisiones y acceder a una representación política igualitaria. 

Fatma Tawfik, investigadora internacional, es licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de Beni-Suef. Trabaja como investigadora, activista social en el ámbito del compromiso cívico, escritora, panelista y educadora entre iguales. Su labor investigadora se centra en la ayuda a los refugiados, la justicia social y de género, y las libertades en Oriente Medio y el Norte de África y en el mundo árabe. Actualmente está adscrita al Instituto de Investigación y Estudios Árabes de El Cairo.

IFIMES - Instituto Internacional de Estudios sobre Oriente Medio y los Balcanes, con sede en Liubliana, Eslovenia, tiene estatus consultivo especial en ECOSOC/ONU, Nueva York, desde 2018.