Túnez: con un parlamento plenamente configurado, Habib Jemli ha sido elegido para proponer el próximo gobierno

Túnez

Una vez concluido con la participación ciudadana que dio lugar a un parlamento fragmentado y a una victoria del partido islamista moderado Ennahda, aunque significase la caída de 17 escaños con respecto a las elecciones anteriores, el parlamento ha designado a un candidato como primer ministro para que conforme un gobierno durante los próximos 30 días, prorrogables otros 30 hasta el próximo mes de enero. 

El pasado 13 de noviembre las dos principales fuerzas del parlamento, el partido islamista Ennahda y el recién creado Qalb Tounes, alcanzaron un acuerdo para elegir presidente de la Asamblea de Representas del Pueblo al persistente dirigente islamista Rached Ghannouchi. Este histórico y cofundador del movimiento fue propuesto en un primer momento como primer ministro, pero no se llegaron a alcanzar los 123 votos necesarios para su nombramiento. No obstante, para su elección como presidente de la Asamblea, la unión de Ennahda y su escisión, Coalición por la dignidad, obtuvieron el apoyo inesperado del partido de Nabil Karoui para alcanzar los votos necesarios y poner al frente del órgano legislativo al líder más importante del movimiento islamista de Túnez. 

Esta estrategia por parte de Karoui está siendo difícil de entender por sus votantes y todavía se considera que no se han expuesto las justificaciones o explicaciones necesarias hacia este apoyo. Las acusaciones e incompatibilidades mutuas que caracterizaron los discursos tanto del líder de Qalb Tounes como de los principales dirigentes de Ennahda, han sido apartadas, al menos, en la elección de este cargo tan importante para el funcionamiento del poder legislativo. 

Pocos días después de la total configuración de la Asamblea de Representantes del Pueblo, el presidente de la república, Kais Saied, ha nombrado un candidato como primer ministro al que se le ha confiado la tarea de proponer un gobierno a la cámara que sea aprobado por la mayoría. Este candidato es Habib Jemli, un ingeniero agrónomo de 60 años que ha ostentado cargos como el de ministro de agricultura o secretario de estado bajo los gobiernos de Ennahda, 2011-2014. Por esta circunstancia se le estima un acercamiento claro al movimiento aunque no posea afiliación política alguna. 

En cualquier caso, Habib Jemli dispone de un máximo de dos meses para alcanzar acuerdos con las diferentes fuerzas políticas en el parlamento y, tal y cómo se hizo en la anterior legislatura, repartir carteras ministeriales con el objetivo lejano de los 123 votos a favor. Si los acuerdos alcanzados en la presidencia de la Asamblea continúan estando vigentes para la formación de gobierno, no sólo se plantea un ejecutivo difícil de creer, sino que los consensos para afrontar los grandes retos del país parecerían todavía más lejanos. 

El pragmatismo se está imponiendo hasta ahora en las negociaciones y principales acuerdos públicos entre todas fuerzas políticas del país norteafricano. La heterogeneidad del parlamento y pérdida de mayorías claras en el panorama político hacen que algunos pactos parezcan imposibles, pero también rebaja las expectativas de algunos movimientos. Ennahda no ha logrado proponer a su líder histórico como primer ministro de la república y lo ha situado como presidente del legislativo gracias a los votos de su más férreo adversario. Por su parte, Qalb Tounes, no ha necesitado mucho tiempo para votar junto a los islamistas y se prevé que consiga su parte en el futuro gobierno que está por proponerse. 

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