Trump, un loco o un gran negociador

F. Javier Blasco Robledo, Coronel (r)

Pie de foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Mucho se ha hablado y escrito sobre?Donald Trump, el imprevisible presidente de EEUU que parece disfrutar con llevar las cosas a situaciones extremas como si de un endurecido jugador de póker o empresario de riesgo se tratara, sin tener en cuenta que es lo que se cuelga de las espaldas, sus grandes responsabilidades, obligaciones, modos y maneras que debe observar y apreciar para tenerlas presente antes de abrir la boca y mucho más, si lo pretendido es, como suele hacer, amenazar a alguien.?

La mayoría piensan que el presidente, de la todavía nación más poderosa del mundo, debería ser bastante más comedido en sus apreciaciones, gestos, palabras, amenazas y aseveraciones. Sobre todo, los que dan por descontado que debería tener bien claro que, cuando habla,? puede cambiar el ritmo y el futuro de la economía, la paz y la seguridad mundial ?y que son muchos los millones de personas, cuyas vidas, dependen de él, de sus discursos e ideas y fundamentalmente, de sus actuaciones.?

Bien es cierto que el mundo ha cambiado y sigue cambiando casi a diario, y que? el ritmo, intensidad y velocidad de dichos cambios es cada vez mayor y más vertiginoso ?debido a factores varios como: la transversalidad y la globalización; la automatización, digitalización y la robótica; los avances de la ciencia en todos los campos, la investigación y el desarrollo de nuevas armas y tecnologías no necesariamente tripuladas o manejadas in situ por el hombre; la capacidad de penetración de las actuaciones cibernéticas; una menor necesidad de dependencia mutua; la búsqueda y explotación de nuevos recursos energéticos; la influencia de los cambios climáticos; el resurgir de nuevos y potentes actores; la recuperación o aparición en fuerza de despiadados terrorismos, implacables populismos e insanos y exclusivos extremismos con derivaciones nacionalistas; los movimientos migratorios masivos por necesidad en busca de trabajo, seguridad o agua; la lucha por el dominio del liderazgo político o económico zonal o global y, el poder de las redes y los medios de comunicación sobre la información y la creación de estados de opinión, hacen que las cosas sean muy diferentes de un día para otro; fundamentalmente, cuando se da la concurrencia de uno o varios de los enunciados factores.

El vertiginoso mundo de los cambios en los medios y procedimientos por influencia de la nuevas tecnologías en la industria, cada vez más especializada, y los giros en el uso de los medios y en la aplicación de las herramientas diplomáticas y en el uso o empleo de fuerzas militares o paramilitares, fuerzan el desarrollo de las relaciones hacia situaciones desconocidas y muy cambiantes, que pueden llevar a crear las mencionadas ?luchas por el liderazgo?–madre de todos los males-??y a fuertes ?situaciones de crisis en la relación política, económica, humanitaria, bélica o prebélica, totalmente insospechadas años atrás.?????

Todos estos grandes y graves antecedentes referidos, hacen pensar y?exigir que el poder y la capacidad de decisión al mayor nivel debieran estar solo en manos de personas bien formadas, sensatas y sensibles, pero de fuertes convicciones, y alejadas de los cambios bruscos, ñoñerías, caprichos personales y las nefastas influencias de impávidos asesores totalmente interesados en influir en los que, finalmente, pulsan o no el botón que puede arrastrar el mundo a la destrucción.

Mucho se habla, incluso con pleno convencimiento, de la?creciente influencia y necesidad de la inteligencia artificial en los procesos para las tomas de decisiones y máxime en situaciones difíciles o extremas; pero, los que ya peinamos canas en el estudio, enseñanza y aplicación de dichos procedimientos, sabemos y seguimos compartiendo que la mente humana despejada (sin ofuscación), bien formada y mejor dotada por la experiencia y el conocimiento en situaciones similares es quizá más importante y fundamental para dirigir tales procesos y poder llegar finalmente, con mayores garantías de éxito a decidirse por la mejor y a veces la única viable elección.

Son de sobra conocidas?las situaciones límites fomentadas, alimentadas y logradas por el susodicho Trump en tan solo dos años; sus actuaciones son muchas y variopintas y ninguna de ellas escapa a la atención o expectativa mundial. En realidad, en el corto espacio de tiempo de su presente mandato no ha dejado muchos palos sin tocar tanto interna –en asuntos vitales para la economía, seguridad y la sanidad de su país- como externamente.?

Así; en este último campo,?no ha dudado en abandonar Tratados, Convenios y Acuerdos de todo tipo: comercial; de derechos humanos; cambio climático; armamento convencional o misiles; libertad de movimiento de personas, capitales y bienes de consumo; en hacer temblar los cimientos y “acomodos de sus aliados“ en Organizaciones Internacionales legendarias como la ONU o la OTAN ; en promover acuerdos y desacuerdos con sus principales oponentes a nivel político, militar o comercial –Rusia, China, el Continente americano, la UE, Corea del Norte e Irán- y ha llevado al mundo a tensiones cercanas al conflicto nuclear por la producción, tenencia o la amenaza del uso de las Armas de Destrucción Masiva y de sus medios de lanzamiento o transporte con Corea del Norte, Rusia e Irán.

Las razones para ello son básicas y fundamentales;? bajo su lema e idea primaria de “America first” o “Make great America againTrump viene a decirnos al mundo que los norteamericanos están cansados de ser los cuasi únicos paganos de todas las copas en las grandes fiestas y fastos del mundo; de estar involucrados de hoz y coz en todos los conflictos, incluso en aquellos donde no son bienvenidos, poniendo siempre sobre la mesa de operaciones millones de dólares en materiales y miles de muertos propios, mientras los demás simplemente les acompañan o les dejan en la cuneta cuando las cosas vienen mal (España dos veces), y al final EEUU no saca ningún provecho económico que le compense tamaño esfuerzo.?

Debido a los cambios en el Ambiente y en las necesidades propias y ajenas, los puntos o zonas de interés no permanecen inalterables en el tiempo para nadie y menos para las grandes potencias; las variaciones en las urgencias y necesidades o en las condiciones de viabilidad de anteriores zonas consideradas como importantes o vitales pueden suponer que dejen de interesar o, incluso, no merezca la pena invertir grandes esfuerzos en ellas para mantenerlas e incluso sea mejor abandonarlas. El ejemplo más patente es el que resulta de?la anterior prioritaria necesidad de petróleo procedente de Oriente Medio, que hoy ya no es ninguna necesidad para EEUU por haberlo suplido con nuevos descubrimientos o mejores medios propios de explotación e incluso, debido a las posibilidades que ofrece el Fracking.?

La aparición de nuevos focos de interés en zonas no contempladas?hasta el momento?por sus recursos, ubicación o porque son el punto de atención, conquista o expansión peligrosa de contrincantes internacionales, son también causas que obligan a derivar esfuerzos de entre los que se encuentran desplegados en zonas que vayan perdiendo importancia o, por el contrario, se deben crear otros nuevos para atender dichas exigencias o cubrir nuevas tecnologías.?

Tres son los ejemplos de esto para EEUU en la actualidad. A la crecientesituación de tensión en la amplia zona comercial de?Asia-Pacifico? debido a la expansión y control económico y militar de China sobre ellas con sus incesantes despliegues y grandes mejoras en su capacidad de proyección naval y aérea -que inquietan a los vecinos locales, incluido a la India-; hay que añadir el?interés de Rusia y China en tomar posesión o ampliar la parte del pastel que geográficamente le corresponde en?las aguas y los ricos fondos del Ártico?ante la inminente práctica navegabilidad de sus aguas durante todo el año, debido a los cambios climáticos y, por último,?la ventajosa participación en la carrera desenfrenada por dominar la creación y el empleo eficiente de las conocidas como?fuerzas aeroespaciales–vitales?para el control militar mundial en un inmediato futuro- en las que compiten los tres mismos actores. Cambios, todos ellos que les obligan imperiosamente a modificar las estrategias o a cambios de imagen de país.

Para cubrir estas necesidades Trump, como avezado hombre de negocios, que ha arriesgado muchas veces su capital y prestigio,? sabe perfectamente bien que para obtener el éxito en las grandes empresas se deben: ahorrar esfuerzos; mejorar la operatividad de sus materiales; gastar lo menos posible en cosas superfluas; abandonar zonas e inversiones que no le son rentables; crear fuertes dependencias externas en venta de armamentos que, mantengan al día y mejoren las capacidades de su industria del ramo para cuando la precise; evitar crear enfrentamientos graves con los que le pueden hacer verdadera sombra, como Xi Jimping o Putin; poner a los perezosos aliados de los costosos clubs a los que pertenece a gastar y trabajar más en su propia defensa y, no enzarzarse en grandes y eternos conflictos con enemigos muy correosos por ser demasiados costosos, poco rentables y porque generalmente, necesitan implicar muchos medios y materiales de todo tipo.

Prueba de ello, ha sido que desde su toma de posesión en el cargo ha fomentado: no actuar en fuerza contra las demostraciones de?Putin?en las fronteras con Europa; amaga y repliega constantemente en el tema de los aranceles con?China, no implicarse en grandes y prolongados despliegues en?Irak?ni?Siria?en la lucha contra el ISIS; evitar in extremis un largo y duro enfrentamiento en la?Península de Corea?con grandes bajas entre sus aliados más directos en la zona y sus crecientes y manifiestas ganas de abandonar cuanto antes?Afganistán?donde llevan desplegados, con inmensos costes, desde los atentados del 11-S (2001).?????

Las lecciones aprendidas de implicaciones militares en conflictos contra enemigos asimétricos (Afganistán o Daesh) y en operaciones calificadas como de la “zona gris”, en las que confluyen acciones militares, paramilitares, políticas, cibernéticas, tecnológicas y terroristas recientes como las actuaciones en Siria, Libia e Irak han venido a demostrar que las “guerras relámpago” soñadas y defendidas por Rommel y Hitler, ya no existen;?las campañas en estas situaciones se prolongan en el tiempo durante años, e incluso, son muy difíciles de cerrar algún día.??

Por otro lado,? las guerras convencionales entre Estados con sus fuerzas armadas en pleno uso de sus posibilidades, aunque exista una gran diferencia de capacidades militares entre ambos contendientes, a pesar de que ya se tengan adelantados potentes análisis de inteligencia sobre el enemigo,?suelen necesitar largos periodos de tiempo?para la planificación en detalle, el transporte, la acumulación de miles de toneladas de medios y material y el adiestramiento de las fuerzas antes de entrar en combate en muy diferentes condiciones de terreno o climáticas; así como, el establecimiento de interminables cadenas logísticas para alimentar el campo de batalla dadas la grandes exigencias y necesidades del combate y el combatiente moderno y no tanto. Retrasos, que prolongan en el tiempo y aumentan los costos de las campañas hasta cotas insospechadas.

Tratar de soslayar todos estos graves inconvenientes con cortas campañas aéreas de ?diverso tipo ?sin la implicación de ningún tipo de fuerzas terrestres propias o amigas, resulta muy difícil aceptar que realmente produjeran un efecto eficaz y suficiente.? La experiencia en todos los conflictos en la zona ha demostrado que sin botas sobre el terreno, los efectos son puramente cosméticos y de muy poca eficacia, duración o rentabilidad.?

A todo esto, y para centrarnos en un ?hipotético enfrentamiento con Irán, se deben sumar otra serie de elementos las capacidades ya desarrolladas, testadas y desplegadas de fuerzas paramilitares de todo tipo iraníes conocidos como los“grupos terroristas afiliados”?como: las fuerzas especiales Quds y las bien entrenadas fuerzas militares de los Guardianes de la Revolución (ambas mucho más efectivas que el ejército regular iraní y con más de tres años de experiencia en combates reales, desplegados en Siria y actualmente hostigando a Israel en los Altos del Golán); las fuerzas paramilitares de los grupos terroristas de Hezbollah del Líbano o Hamas en Gaza (ambas en permanente evolución y perfeccionamiento en sus constantes y muy activas escaramuzas y ataques contra Israel en sus respectivas fronteras), las guerrillas chiíes pro iraníes Hutíes en? Yemen (muy activas últimamente contra Arabia Saudí y los petroleros internacionales en aguas de Ormuz); las milicias iraníes en Iraq (que se muestran cada vez más activas contra intereses de EEUU o de sus aliados en Iraq), la particularidad del territorio, la formación moral y el odio a los norteamericanos muy extendido entre la población iraní ?desde 1953.

Como consecuencia de todo lo anterior, no es difícil entender que?un conflicto armado entre EEUU e Irán, no sería corto ni de fácil solución?por contar este último con un numeroso ejército (muy disciplinado aunque no muy bien dotado), ostentar Irán el dominio sobre su propio terreno y el?estrecho de Ormuz– fácilmente bloqueable y por donde transita un tercio de todo el petróleo del mundo), dotado de una fuerte moral anti norteamericana y mantener amenazados a los propios norteamericanos y a gran parte de sus aliados en la zona con los mencionados grupos terroristas afiliados propios o alimentados y entrenados por Irán.?

Estos días, se viene hablando mucho sobre la posibilidad de?ataques selectivos o generalizados por parte de EEUU sobre Irán? a raíz de su negativa a cumplir ?los compromisos ?derivados del Acuerdo sobre su ?Programa Nuclear ?(abandonado por EEUU en ?mayo de 2018) y tras el derribo por estos de un dron norteamericano en misión de espionaje sobre su territorio nacional o muy cercano a él? hace unos días. Situaciones de tensión que finalmente se contuvieron, al menos de momento, por la cancelación por Trump in extremis de la primera misión de represalia sobre objetivos militares iraníes, alegando “cuestiones de? tipo humanitario”.

Razones, que pueden quedar bien de cara a la galería o como un gesto más de la fanfarronería personal a la que nos tiene acostumbrado demasiado frecuentemente Trump. Sinceramente, creo que todo lo expuesto en este trabajo, acerca de ?los contras de una intervención militar sobre Irán, a la que, además, se opone frontalmente Putin y que no recibirá la bendición del CSNU, tal y como se vio en su reunión especifica del 25 de ?junio pasado? y por lo ya declarado por Rusia en función de su ?derecho de veto, son mucho mayores que todo lo aducido por el poderío mediático de la Casa Blanca o el propio presidente que ya parece haber entrado en la ñoña propaganda mucho más propia de una campaña electoral norteamericana.

Una vez más,?Trump amaga, agita el saco de los ratones pero no actúa; situación que empieza a ser demasiado habitual, patética y sintomática de una forma de actuar de un líder mundial, que aparenta poner en peligro irresponsablemente la seguridad o la economía mundial; pero, de pronto, cambia de actitud y hasta deja de actuar. Aunque, lo que verdaderamente consigue, es atraer la atención y ser el único foco en el mundo por unos días.?

Las últimas noticias, revelan que, aparentemente, ya empieza su siguiente fase de retrancamiento o cambio de? actitud o amenaza con respecto a Irán, como hasta ahora en todos los grandes y graves conflictos que ha creado o propiciado con? Rusia, México, Venezuela, Corea del Norte? y demás. Igualmente, al parecer, también hay buenas noticias por las que las tensiones entre EEUU y China por los aranceles pueden estar a punto de aparcarse y no va a llegar?la sangre al rio ?o al menos, en tanta cantidad.

Veremos si?la cumbre del G-20 que se celebra estos días en Japón da para aparcar o crear nuevas rencillas, desconfianzas, amenazas o complots. Aunque, también puede que??se convierta en el momento de los grandes trueques para apagar fuegos latentes, unos a cambio de otros.?

De momento, y como cada vez que el presidente norteamericano se desplaza, lo hace llamando? la atención? y amenazando a varios, preferentemente, entre sus aliados. Veremos, como sale España de Japón, ya que Sánchez es uno de sus favoritos a los que le gusta hacer temblar y en este año ha ganado puntos para ello con aquello de la? retirada de la Fragata? y los gastos en defensa para la OTAN comprometidos ante él. Aunque creo quetodo el mundo respira mejor sin que Trump vaya creando o husmeando conflictos, esperemos que esta forma de actuar suya no se convierta en el cuento aquel por el que de tanto anunciar que venía el lobo al poblado, la gente se cansó de tomárselo en serio y finalmente, un día el LOBO vino, y se los comió. ?

 

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