Un pueblo traicionado

Manifestación en Ferraz

Vamos a empezar por el final resaltando la figura de los reyes de España don Felipe y doña Leticia en su visita a Mercamadrid a las 5:30 de la mañana. Un paseo por uno de los mayores centros de distribución del mundo en materia alimentaria. Le acompañaban el alcalde de la capital del Reino, José Luís Martínez Almeida, la vicealcaldesa Begoña Villacís, David Chica, director general de la plataforma comercializadora y Reyes Maroto, responsable de Comercio y Turismo como ministra de jornada.

Mascarillas, guantes, saludos con el codo derecho y tres horas largas para conocer in situ cómo en tiempos del virus chino se pueden mantener a 12 millones de personas en 400 kilómetros a la redonda. Más de 9.000 trabajadores de 800 empresas que hacen posible que el pescado, las hortalizas y las frutas lleguen frescas a cinco millones de hogares cada día. Sus Majestades han podido comprobar todo el proceso de comercialización desde la compra de mercancías hasta los muelles de carga de los camiones frigoríficos.  “No habéis parado nada, macho” le ha dicho el monarca a uno de los operarios mientras estos lanzaban ¡Vivas! a los Reyes. “Los aplausos son para vosotros”, respondió Felipe VI.

La pasada semana, estuvieron en la Fundación Telefónica y, pese al confinamiento, no podemos olvidar tampoco su visita al Hospital de IFEMA cuando más duro nos castigaba la COVID-19. Esta es la normalidad que buscamos todos los españoles. Y, todo hay que decirlo: sin cámaras de televisión ni propaganda. Por los hechos los conocemos. Nos consta que, telemáticamente, los reyes de España han mantenido más de un centenar de encuentros con diversos sectores de la sociedad española durante el confinamiento para interesarse por los muchos problemas creados en estos tiempos de guerra.  El ‘quedarse en casa’ no ha impedido tomar el pulso a una sociedad que necesita hoy más que nunca palabras de consuelo, apoyo y solidaridad. Gracias, Majestades.

Reyes de España en Mercamadrid
Las traiciones de Pedro (y de Pablo)

A la quinta va la vencida. Y así fue. Pedro Sánchez engañó a Ciudadanos para que le otorgase unos votos inmerecidos y así prorrogar su mandato imperativo hasta el 7 de junio. En el final del final, el presidente volvió a crispar a la oposición; para él todos son extrema derecha y derecha extrema.  Su geometría variable es tan coyuntural como sus convicciones. “Mis socios son los que me apoyaron en la investidura”, afirmó tras traicionar a Edmundo Bal, una puñalada trapera a Ciudadanos que sigue creyendo en un hombre que engaña a todos todo el tiempo y a todos a la vez. Un tramposo, un mentiroso.

“Nunca jamás pactaré con Bildu; le he dicho que nunca jamás. ¿Quiere que se lo repita cinco veces seguidas?, insistía en plena campaña electoral ¿Y con UP y con ERC? Tampoco. La amabilidad con la que trató a la bilduetarra Mertxe Aizpurúa presagiaba lo peor. Y lo peor era ese comunicado con nocturnidad y alevosía firmado por ella misma, Pablo Echenique y Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE y portavoz parlamentaria, en el que se acordaba derogar íntegramente la reforma laboral y se le concedían privilegios de gasto sólo a los municipios vascos y navarros. No olvidemos que Sánchez ya pactó con Bildu en Navarra, para encastillar a María Chivite, impidiendo la gobernabilidad de los constitucionalistas. 

A pesar de los desmentidos en horas de estado de queda, el Partido Socialista intentaba descafeinar las concesiones a los proetarras, dándole una ventaja para los comicios del 12 de julio. Se armó el belén en el Gobierno, que nada sabía de este acuerdo secreto con Arnaldo Otegui. Por la mañana, el vicepresidente Pablo Iglesias se reafirmó en que lo pactado iba a misa ‘pacta sunt servanda’, señaló en la radio catalana, mientras el ministro amigo de la vicepresidenta de Venezela Delcy Rodriguez –el picador Ábalos- se desmarcaba asegurando que el acuerdo no concernía al Gobierno sino a los grupos parlamentarios. Como si la señora Lastra tuviera alguna capacidad de decisión. (Un inciso: que los grafólogos estudien la firma de la asturiana. Estamos en manos de una indocumentada y de una indigente intelectual. Un peligro). Nunca tan pocos hicieron daño a tantos intencionadamente.

Debió hacerle poca gracia a la vicepresidenta Nadia Calviño que intentó tranquilizar a los empresarios y a los sindicatos al ponerse en entredicho la seguridad jurídica. La patronal se levantó de la mesa de diálogo y los sindicatos callaron.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
Una tormenta perfecta

Un terremoto de grado 8 en la escala Richter convulsionó al Ejecutivo, a la oposición, a los partidos que apoyaron la investidura y a los barones socialistas. Mientras tanto, Sánchez se esconde como siempre que se acerca una tormenta perfecta. Él viaja en el Falcon, no en el mismo barco que los demás. Su irresponsabilidad no tiene límites.

Desmontar la reforma laboral, aquí y ahora, con los ERES, los ERTES, la economía congelada, el turismo varado, la pandemia sin remitir, los autónomos agonizando, el campo sangrando y las colas del hambre para casi 600.000 familias, es de una catadura moral que raya la indecencia. 

Este país no se merece un presidente tan irresponsable. Trató de provocar a ERC, cuando le tiene cogido por la Mesa de la Vergüenza; humilló a Inés Arrimadas -felicidades, mamá-, y a los diez votos que le dieron para defender al pueblo español no al señor Sánchez; cabreó a Baldoví, al canario progresista, a los ex convergentes que nunca pagan lo robado y, además, al PNV. Un PNV que ha guardado silencio como un muerto y que multiplicará su tajada económica y política dentro de dos semanas. Porque los nacionalistas vascos siempre ganan.

Tenía razón Pablo Casado cuando terminó su discurso diciendo: “La historia no le absolverá como a su admirado Fidel Castro”. Hay cosas que no se pueden olvidar. Y este 20 de mayo será una de las páginas más negras de nuestra vida.

El presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, un socialista cabal, se ha propuesto de intermediario para recabar apoyos y extender el confinamiento hasta finales de junio. Lo tiene difícil porque ya ha saltado por los aires la Comisión sobre la Reconstrucción Nacional para el día después de que hayamos ganado la guerra al coronavirus. VOX ha decidido abandonar tras el acuerdo Sánchez-Otegui.  El pacto secreto no solo debilita más al presidente, que eso sería lo de menos; este pacto de la infamia y la ignominia nos debilita de cara al reparto de los dineros de la UE para salir de este infierno. Nos perjudica a todos los españoles.

Arnaldo Otegi, Bildu
Delincuentes a la calle

Por si el tsunami político no se sustentara en los 28.000 muertos invisibles y en las otras 23.000 víctimas colaterales, en los 52.000 sanitarios contagiados, en los 250.000 infectados y en los millones de españoles que están de luto, llega el todopoderoso vicepresidente con oídos en el CNI y amenaza a la oposición con escraches “profesionales”. Y no contento con ese tira y afloja con sus compañeros de gabinete, exige a la justicia una solución urgente para poner a etarras y golpistas por sedición en la calle. Iglesias es el mejor embajador de ETA y de Puigdemont-Junqueras en La Moncloa. Y, mientras tanto, su mansión vigilada con ocho coches de escolta de la Guardia Civil.

Y luego se siente víctima de las caceroladas de las 21 horas. El pueblo está harto. Dolorosamente harto. La pregunta para saber cómo hemos llegado hasta aquí debe tener una sencilla respuesta: hasta aquí hemos llegado. Mientras no haya un gobierno de concentración nacional y elecciones tras la pandemonio, no se puede colaborar con estos desalmados.

En el debate parlamentario, Sánchez se comporta peor que Largo Caballero, quien en el primer minuto tras tomar posesión como presidente del Consejo dio esta orden: que nadie me moleste a partir de las ocho de la noche que me voy a dormir. Y en efecto; cuando las tropas rebeldes conquistaban Málaga, él presidía el Gobierno en Valencia y reiteró expresamente que no se le molestara hasta la mañana siguiente. El Lenin español, a pesar de las advertencias de Julián Besteiro, fue quien más contribuyó a llevarnos directamente a la guerra.

Otro irresponsable como el doctor Sánchez que está creando crispación y odio porque su gestión en todos los sentidos es sectaria y su palabra vale menos que nada. Las caceroladas de Núñez de Balboa se escuchan ya en Vallecas, Córdoba, Granada, Sevilla, Salamanca y Barcelona… La gente está hasta los mismísimos de un presidente tan vanidoso como fatuo.

Pedía humildemente perdón por los errores, sin mencionar ninguno, y se arrogaba haber salvado 300.000 vidas. ¿El dato? Esta ahí, en las estadísticas. Rozó el esperpento en lo de “curados y curadas” y ni se inmutó cuando tras reprocharle a Rufián que gobernara con un partido como JxCat en la Generalidad, el portavoz separatista y republicano le espetó´: “¿Con quién gobierna usted en la Diputación de Barcelona?” Pues eso.

Como no le basta con las televisiones públicas y privadas y el CIS de Tezanos que cocina las encuestas como si las solicitara Napoleón Bonaparte o Fernando VII, se pavoneó de gestionar como nadie la pandemia y se atribuyó no menos que un notable alto (notable ‘cum fraude’, naturalmente). ¿Es este el presidente y el equipo que va a administrar la salida de la tormenta perfecta en la que nos ha precipitado el coronavirus?

Gobierno de España y sindicatos

Poder y odio a España

Es imposible, pero no hay otra opción. Los grandes analistas políticos dan por roto el Gobierno de coalición. No pasará nada ni nadie asumirá ninguna responsabilidad porque ni la ética ni la austeridad están en su conciencia política. El poder y el rencor a España –romperla parte a parte- son la única argamasa que les une. Por ese motivo, intentarán aprobar unos Presupuestos Generales del Estado para sobrevivir hasta 2024. Solo un cambio en las gentes sensatas del PSOE puede parar este estado de excepción con siete horas de queda (de 11 a 6) donde el confinamiento no es otra cosa que una prisión vigilada. Les importa un bledo que se hunda el mundo.

Crispación, violencia, colas de hambre, divorcios, división de la sociedad entre progresistas (comunistas, socialistas radicales y leninistas bolivarianos) frente a conservadores, centristas y liberales que quieren seguir bajo la misma bandera; esa es la realidad de España ahora.

Del PER pasaremos a la Renta Mínima Vital (RMV) y de aquí a la cartilla de racionamiento. Ya sé que cuesta admitir que esto nos pueda pasar a nosotros. En la UE y en el siglo XXI. Que se lo pregunten a los venezolanos. Esta Bahía tiene algunos amigos allí que detectan que el populismo que nos asuela fue el primer síntoma de la revolución de la miseria perpetua de Chávez y de Maduro.

Patronal CEOE
Directos a la tiranía

He pedido prestado el título a Paul Preston porque retrata como pocos nuestra historia. El paralelismo de situaciones y personajes desde la Restauración hasta principios de siglo es asombroso. Paseas por la decadencia del 98 y compruebas que la avaricia de los nacionalismos, la dictablanda de Primo de Rivera y la Guerra Civil siguen vigentes como cainismo secular. No hemos aprendido nada del pasado. Todos los protagonistas principales están movidos por la ambición, la mediocridad, el caciquismo, la corrupción y la traición al pueblo llano.  Este siempre ha sido un pueblo traicionado por sus dirigentes.

Como afirma el historiador inglés Anthony Beevor, estudioso de las dos Guerras Mundiales, España se encuentra en un punto crítico. Cito textualmente: “Hoy estos canallas frente-populistas desentierran a Franco y ustedes se callan; mañana separatistas y terroristas rompen su patria y ustedes se callan; al siguiente día habrán arruinado política y económicamente a España destruyendo sus vidas y su futuro, y el futuro de sus hijos y nietos, y entonces y será demasiado tarde”.

Pablo Casado, PP

Ojalá que no. Siempre nos quedarán la Carta Magna y los reyes don Felipe y doña Letizia. ¡Feliz decimosexto aniversario! Lucharemos con todas nuestras fuerzas para defender las libertades y la democracia porque, como nos enseñó Marcelino Camacho, “no tenemos alma de esclavo”. La resistencia sigue activa mediante la concordia de la Transición y la pérdida del miedo al miedo, tal como lo predicaba y practicaba nuestro presidente Adolfo Suárez.  

¡Cómo y cuánto cuesta, queridos lectores, escribir estas Bahías desesperadas de esta primavera interminable, en los albores de una tiranía populista! Pero la libertad siempre es más fuerte y grande que el totalitarismo.

Antonio Regalado dirige el blog Bahía de Ítaca alojado en aregaladorodriguez.blogspot.com

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