Opinión

Un repaso a la política exterior española

photo_camera José Manuel Albares

Con José Manuel Albares, España puede estar en vías de volver a tener una política exterior de país, en la que deje de utilizarse como arma de confrontación la que debe ser política de Estado por antonomasia. Es al menos la impresión que puede extraerse de la comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación ante un nutrido auditorio, en el desayuno convocado por Nueva Economía Fórum. 

Se aprecia el cambio de lenguaje, en el que no es cosa menor que no haya mencionado ni una sola vez a la oposición en la hora larga de respuestas a la treintena de preguntas planteadas. Cierto es que, como me señalaba uno de los contertulios, Albares no contesta lo que quisiera el interrogador, pero al menos no rehúye ningún tema, eso sí contestando lo que considera pertinente. 

En este repaso exprés a la política exterior de España estas son las líneas maestras dibujadas por el responsable de la diplomacia: 

  • No debemos reducir América Latina a solo tres países, en referencia a Nicaragua, Venezuela y Cuba. Del regido por el tenebroso binomio Ortega-Murillo, “España es el país del mundo que está alzando la voz con mayor fuerza”, porque, además de haber retirado a la embajadora en Managua, ya ha manifestado que “no se dan las condiciones mínimas para que haya elecciones democráticas” el 7 de noviembre”. 
  • Respecto de Venezuela, “España ha ido muy lejos… queremos democracia, pero también diálogo”, por lo que es una “decepción que el Gobierno venezolano haya abandonado el proceso de negociación entablado en México”.
  • “Somos el único país del mundo, al igual que la UE en su conjunto, que en su diálogo político con Cuba hemos incluido los Derechos Humanos”, y cabe recordar que apenas un día después de la gigantesca manifestación de la sociedad civil cubana del 11 de julio España reclamó “la libertad de manifestación y la liberación de los periodistas detenidos”. Obviamente, queda por ver qué ocurre ante la nueva demostración de la Sociedad Civil cubana del próximo 15 de noviembre, ya prohibida por las autoridades de La Habana, lo que convierte en papel mojado un derecho reconocido plenamente en su Constitución. 
De Polonia, Rusia, el Indo-Pacífico y la UE
  • “La UE debe enviar un mensaje fuerte a propósito de Polonia”, una señal fuerte que indique que no se puede esgrimir Europa cuando interesa e ignorarla o pasar de ella cuando no. “El que no respeta el Estado de derecho se sitúa él mismo fuera de la UE… pero solo conjuntamente podremos avanzar [en la construcción europea]. 
  • “Hay diferencias evidentes entre Rusia y la UE, pero no tienen por qué ser irreconciliables”. 
  • A propósito de China, “el mundo del futuro tenemos que construirlo entre todos”. Pero, lo primero en lo que la UE debería ponerse de acuerdo es en definir el papel que queremos jugar en la región del Indo-Pacífico, y “haríamos bien en ir juntos”.
  • “No renunciamos en absoluto a la soberanía sobre Gibraltar, pero lo inmediato es crear una zona de prosperidad compartida de la que se beneficien los 260.000 españoles que habitan el Campo de Gibraltar”. 
La Vecindad Sur 
  • “Tengo la seguridad del Gobierno de Argelia de que el suministro de gas a España está garantizado”. Respecto de Marruecos, España tiene una relación tranquila y una asociación estratégica que debería ir a más”. En cuanto al Sáhara, “España está impulsando la centralidad de Naciones Unidas, y fomentamos el consenso para la búsqueda de una solución”. 
  • Si ensanchamos la mirada a todo el Mediterráneo, José Manuel Albares lo sitúa como una cuestión central de la política española, entre otras cosas porque desde ahí se producen gran parte de los problemas que nos afectan. El próximo 29 de noviembre se celebrará en Barcelona una reunión presencial entre la UE y los países de la denominada Vecindad Sur. “Ahí estarán muchos desafíos y sus soluciones, porque sin estabilidad en el Mediterráneo será muy difícil que el mundo vaya a mejor”. El ministro insiste en que África es el continente del futuro y en que es fundamental ayudar a impulsar su desarrollo. 
  • Calificó de excelentes las relaciones con Francia, país con el que sin concertarnos expresamente tenemos la misma visión sobre Europa. “Junto con Alemania seguirá siendo el motor de la construcción europea, sean quienes sean sus dirigentes”, en alusión a las recientes elecciones germanas y a las presidenciales del próximo año en Francia”. El ministro definió a la saliente canciller Angela Merkel como “una persona que siempre optó por soluciones europeas”, y auguró que el socialdemócrata Olaf Scholz “será un gran canciller”. 
Los retos globales
  • España no puede afrontar sola, como ningún otro país, los grandes retos globales del inmediato futuro, en especial el del cambio climático, que exige medidas y acciones universales. Albares reconoce, por lo tanto, las enormes ventajas de pertenecer a una Unión Europea, que a su juicio se encuentra a la vez “en un momento inquietante pero también esperanzador”. Lo primero lo achaca a la creciente polarización. Lo segundo a que la pandemia ha resuelto de golpe el falso debate respecto de la presunta lejanía de las instituciones europeas de sus ciudadanos: “Gracias a la actuación conjunta de los Veintisiete bajo la batuta de la Comisión Europea se ha superado la mayor crisis del continente de los últimos cien años”. 
  • Quedan aún dos años para que España vuelva a asumir la presidencia rotatoria, y el programa aún está por definir. Pero, el hoy jefe de la diplomacia española tiene claro que las relaciones con América Latina y la Vecindad Sur serán cuestiones prioritarias en el menú de esa próxima presidencia.