Xi Jinping, un hombre en una misión dentro de un destino

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Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.

Repasar cómo el Partido Comunista Chino ha preparado el terreno para consolidar una praxis política dominada por la centralidad ideológica y ejecutiva de una sola persona — Xi Jinping— reformando sus pautas y, al mismo tiempo, intentar intuir el sentido de esta profunda transformación son invitaciones prácticas a reflexionar sobre la transcendencia de la recomposición del poder y sus efectos dentro y fuera de la China comunista.

En una democracia liberal la legitimidad del poder no depende esencialmente de su eficacia, sino del control institucional. Para el PCCh el orden de la ecuación política fundamental es precisamente el inverso. La inusual concentración de poder, incluso en la República Popular China, en la persona de Xi responde a una singular misión dentro de un destino. Es, por lo tanto, una decisión más relacionada con la esperada efectividad del poder en los próximos lustros que con la aplicación de una fórmula de dominio menos sutil y más ideológica.

El desenlace deseado por Xi Jinping es terminar en disposición de levantar acta notarial —como en su día hiciera Francis Fukuyama— del destino final de la historia. Desde luego, desde otra atalaya, al otro lado del espejo.

Preparando el terreno
«El reinado del terror»

Desde su llegada al poder, Xi se ha tomado muy en serio «reformar» el Partido Comunista de China (PCCh). En su primer discurso como secretario general, el 15 de noviembre de 2012, expuso que el «partido enfrenta un gran número de severos desafíos» y destacó que, de los múltiples problemas urgentes, los más graves eran la corrupción y el excesivo peso burocrático1.

Pocas semanas después, en una gira por el sur de China, Xi Jinping pronunció un discurso que circuló entre los militantes comunistas, donde resaltaba la vieja y siempre latente obsesión del PCCh con el colapso de la URSS. El nuevo secretario general del Comité Central recurría a la descomposición soviética para advertir de lo que nunca ocurriría en la China Popular. El PCCh no iba a renunciar a sus raíces marxistas- leninistas; no se sometería política, cultural e ideológicamente a ninguna corriente aperturista de transmutación, por muy pragmática que pudiera ser a corto plazo; no permitiría que el Ejército Popular de Liberación (EPL) eludiese su vital conexión con el partido; evitaría el escepticismo de la militancia y sabría responder al relajamiento de los líderes y a una progresiva disolución de su estructura política2.

El impacto emocional del recuerdo del colapso de la URSS, con sus consecuencias en el espacio postsoviético, supone un poderoso estímulo para los comunistas chinos. La disolución de la URSS ha inspirado la evaluación, el juicio, decisiones y comportamientos políticos dentro del PCCh. El peso de la rápida descomposición del poder soviético, la fragmentación del Estado, la independencia de sus repúblicas y la vulnerabilidad estratégica de la Federación Rusa han provocado y seguirán provocando un sentimiento de pavor en los líderes socialistas chinos que determina las prioridades entre valores y objetivos en competencia y mutuamente excluyentes.

El pasado soviético y el presente de una Federación Rusa en guerra generan en el PCCh aprensión y afectan a su percepción de los escenarios, probabilidades y riesgos. Consciente o inconsciente, la anticipación emocional del derrumbamiento del Partido es un elemento inherente al comportamiento de sus líderes supremos, que, desde luego, es preciso tener en cuenta.

Desde esta perspectiva emocional y política puede entenderse mejor el comportamiento del nuevo secretario general de 2012. Inmediatamente, Xi comenzó una campaña anticorrupción sin precedentes con el propósito de restablecer el prestigio, centralidad y dominio del Partido3.

Xi hizo famosa la comparación de la lucha contra la corrupción con «cazar tigres, aplastar moscas y capturar zorros». En su primer mandato al frente del PCCh, de 2012 a 2017, fueron purgados en solo cinco años más miembros del Comité Central que durante los sesenta y tres años anteriores de historia de la República Popular China4. Un total de ciento cuarenta y cinco altos funcionarios, «tigres», fueron encarcelados, incluidos cuarenta y dos miembros del Comité Central5.

En los últimos diez años bajo la dirección de Xi, han sido investigados millones de cargos políticos y funcionarios. El resultado es un indicador de la magnitud del problema. Casi nueve millones de miembros del PCCh han sido cuestionados y reeducados. Cuatro millones y medio de militantes comunistas han sido acusados de corrupción. También los funcionarios han visto los efectos de las inspecciones, cuatro millones han sido reprendidos6,7, y cerca de un millón y medio han sido cesados8.
Los mecanismos disciplinarios del PCCh se han utilizado tanto para combatir la corrupción como para perseguir la ineficacia burocrática. La Comisión Central de Control Disciplinario (CCDI), en el primer mandato de Xi, estuvo especialmente atenta a «la caza de tigres». Durante su segundo mandato, se produjo un cambio de orientación en la campaña y se preocupó especialmente por «cazar moscas», funcionarios de menor rango. El CCDI decidió cambiar su enfoque para concentrarse en el nivel local por los graves efectos que la corrupción de base provoca en la percepción popular de la legitimidad del Partido9.

Las medidas de la Comisión Central de Control Disciplinario (CCDI) tuvieron un efecto no deseado al ralentizar el funcionamiento de la Administración y desacoplar al Estado del ritmo de la economía y los negocios. Los efectos no eran sostenibles, provocaban que demasiados funcionarios o militantes tuviesen pánico a tomar decisiones o emprender iniciativas que pudieran ser investigadas. Por consiguiente, los cambios durante el segundo mandato de Xi buscaron también transformar la estructura institucional del CCDI con el propósito de convertir una «máquina inductora de miedo» en una nueva «máquina de modificación de comportamiento»10.

A finales de 2019, la CCDI comenzó a visibilizar los datos relacionados con el bajo desempeño y sus sanciones. En los últimos meses, la CCDI ha emitido instrucciones para combatir la ineficiencia burocrática y también se ha centrado en la persecución de las prácticas de «puertas giratorias»11. Pero eso no es todo. La CCDI también ha endurecido la defensa ideológica y perseguido las críticas irrespetuosas a y entre los miembros del Partido. En nombre de la lucha contra la corrupción, el PCCh reemplazó a los opositores políticos de Xi en una purga progresiva que Kevin Rudd —ex primer ministro de Australia, especialista en China y ahora presidente del grupo de expertos Asia Society— denominó «reinado del terror»12.

Durante el primer mandato de Xi, por primera vez en la historia se juzgó a un miembro del Politburó permanente del Comité Central: Zhou Yongkang, al que se condenó a cadena perpetua por corrupción13. Poco después, los generales Xu Caihou y Guo Boxiong, ambos vicepresidentes de la Comisión Militar Central (CMC), miembros del Politburó del Comité Central y los dos más destacados militares del Partido entre 2002 y 2012, fueron detenidos. Xu y Guo fueron acusados de conceder ascensos a cambio de fuertes sumas de dinero.

Además de estos tres destacados cargos, durante su primer mandato, Xi purgó a otros cuarenta y dos camaradas que habían sido miembros del Comité Central del PCCh, una cifra nunca vista14.

Para reforzar la posición política del PCCh, su influencia en la sociedad y el papel central de Xi, también se pusieron en marcha reformas normativas internas: se renovó más de la mitad de las regulaciones que dirigen el funcionamiento de la maquinaria del partido político más grande del mundo15.

No hace falta ser un contrarrevolucionario para ser corrupto. El pecado personal de la corrupción no es excesivamente lesivo para el Partido, al no estar asociado a un cuestionamiento interno de su autoridad. Caer en la tentación de enriquecerse ilícitamente utilizando la estructura de poder puede sucederle a cualquiera. Las purgas no necesitan demostrar la culpa política de nadie. Cualquier persona puede corromperse por debilidad, sea empresario, banquero, directivo, gestor, funcionario, miembro o no del Partido. Las nuevas purgas políticas son menos dolorosas en un entorno de persecución de la corrupción. En realidad, lo verdaderamente interesante para el sistema de seguridad nacional en manos del PCCh es la dificultad para encontrar en China a alguien que sea del todo inocente.

Sin embargo, la inacción o ineficacia frente a la corrupción alimentan una sensación de absoluta impunidad y abuso continuo, no solo por parte de miembros aislados de la organización sino por el conjunto del sistema. La persistencia de la situación se transforma así en un gran problema político que deslegitima la imagen del régimen que se encuentra detrás.

Recursos no faltan. Los mecanismos de control interno se han sofisticado y depurado. Por supuesto, la tecnología tiene mucho que aportar: la vigilancia permanente por medio de cámaras, sensores y algoritmos no deja un gran margen para eludir el control exhaustivo.

Dentro del Partido, la Comisión Central de Control Disciplinario no ha dejado de mejorar su eficacia. Sun Yeli, portavoz del XX Congreso Nacional del PCCh, declaró que, en la última década, las comisiones de inspección disciplinaria han incoado 4,52 millones de casos de corrupción, con el resultado de 4,44 millones de personas condenadas. Prácticamente la totalidad de los acusados son culpables16. La lucha contra la corrupción ha sido un útil mecanismo para eliminar de paso la disidencia.

Las acusaciones de corrupción se han manejado con discrecionalidad para castigar o disuadir las críticas internas y la oposición a la línea marcada. En este contexto la posición política de Xi es realmente fuerte.

La unción imperial

El 16 de octubre de 2022 comenzó el Congreso Nacional del Partido Comunista de China. Hasta ahora, el sistema creado por Deng Xiaoping establecía un límite de dos mandatos para el presidente y el vicepresidente del país. En esta ocasión, por primera vez en más de tres décadas, el actual secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China y presidente de la Comisión Militar Central pudo optar a su tercera reelección como jefe del Estado.

El nuevo papel de Xi comenzó a consolidarse cuando el Pleno del Partido Comunista de China (PCCh), en 2016, le otorgó el desaparecido título de núcleo del partido, que en su momento ostentaron otros líderes, entre ellos Mao.

Más adelante, el 11 de marzo de 2018, el pleno de la Asamblea Nacional Popular de China (ANP), el máximo órgano legislativo de la República Popular, aprobó una enmienda constitucional que eliminó el límite de dos mandatos consecutivos de cinco años para el presidente del país. La reforma constitucional habilita la posibilidad de una consolidación indefinida en la presidencia y un regreso al modelo bonapartista de Mao. Con ello se ponía fin a las normas de liderazgo colectivo establecidas por Deng, que tenían como propósito evitar los excesos personalistas de épocas anteriores. Deng supo entender su momento, reconoció que el poder desmedido de una sola persona era una amenaza para el Partido y para la República Popular. Sin embargo, las cosas han cambiado y el anterior papel central del líder se ha recuperado.

El resultado de la votación de la ANP fue parte de la noticia. La reforma constitucional fue aprobada con 2.958 votos a favor, 2 en contra y 3 abstenciones17. En su día, se especuló mucho sobre los posibles disidentes. Los debates académicos y entre los intelectuales del Partido no tuvieron eco en la Asamblea.

En la misma votación se aprobaron otras veintiuna enmiendas, incorporadas para reformular ideológicamente la Constitución y sintonizarla con la concepción política de Xi del «socialismo con características chinas en una nueva era»18. El cambio constitucional respondía a las líneas aprobadas en el Congreso Nacional del PCCh que se había celebrado el año anterior: primero decide el Partido y luego actúan las instituciones del Estado cambiando las leyes, dejando claro quién marca el ritmo en los procesos de toma de decisiones. Los líderes comunistas son los encargados de orquestar los movimientos para posteriormente celebrar sesiones, congresos y acontecimientos preparados y ensayados de antemano. Toda la acción política pública es solo una concienzuda coreografía donde los detalles están prefijados.

El propio sistema justificaba la decisión de abolir el límite de mandatos: se buscaba equiparar el cargo de presidente con los de secretario general del Partido Comunista y presidente de la Comisión Militar Central, no restringidos temporalmente por mandato. No obstante, como pauta, aunque no como norma reglamentaria, a los sesenta y ocho años los altos cargos comunistas deben dejar su puesto vacante19. No pocos miembros del Politburó y del Comité Militar Central se han visto afectados por la conocida regla de «sesenta y siete años promociona, sesenta y ocho se retira»20. Sin embargo, el límite de edad no afectará a Xi, que con sesenta y nueve años ha sido elegido jefe supremo de las instituciones más importantes del Partido y presidente de la República Popular.

En 2021, la VI Sesión Plenaria del XIX Comité Central del Partido Comunista, coincidiendo con el centenario del Partido y anticipándose al XX Congreso Nacional de 2022, definió la identidad y destino de Xi Jinping en la historia oficial de China y del PCCh. La resolución concedía a Xi el mismo nivel de relevancia en la historia que el otorgado a los grandes líderes del pasado: Mao Zedong y Deng Xiaoping.

Al mismo tiempo, se anticipaba un nuevo giro transcendental para China, asociado a una nueva grandeza y un rejuvenecimiento nacional basados en cambios cualitativos de orden político, social, económico y militar con el horizonte temporal de 2035 y 2049. La narrativa oficial identifica a Mao como el líder protagonista de la guerra revolucionaria que permitió con su victoria constituir la República Popular China y a Deng como el líder reformador que la enriqueció. Ahora la misión de Xi es liderar la construcción de una China moderna, en disposición de alcanzar en 2049 la categoría de gran potencia mundial. Aparece unida una persona con una misión dentro de un destino glorioso.

En 2021, la interpretación histórica del Comité Central del Partido Comunista otorgaba a Xi un papel central en la futura consolidación de China como poder global, concediéndole una autoridad indiscutible. La reelección para un tercer mandato en 2022 se aseguraba entonces, sin posibilidades para un candidato alternativo.
El comunicado final de la VI Sesión Plenaria del XIX Comité Central del PCCh identificaba el pensamiento socialista con peculiaridades chinas, introducido por Xi Jinping, como la esencia de la nueva era marxista en la China moderna del siglo XXI. Xi no solo es un líder político e histórico, sino también el pensador e ideólogo que guía la renovación necesaria del socialismo para adaptarlo al nuevo escenario en sintonía con la cultura y el espíritu de China. De esta manera, una sola persona se convierte en responsable de configurar la reformulación doctrinal socialista, su narrativa histórica y, al mismo tiempo, dirigir el proyecto de una nueva fase de avance del Partido y de la nación china21.

«El fin de la historia»

En 2021, la República Popular China (RPCh) celebró dos importantes aniversarios: el centenario del Partido Comunista Chino (PCCh) y el 110.o aniversario de la creación de la República de China22. El presidente Xi pronunció en cada ocasión un discurso. Pese a tratarse de conmemoraciones tan distintas, la narrativa adaptada a cada una de las efemérides fue la misma. En los dos discursos, casi con las mismas palabras, Xi recordó que la gran nación china tiene una historia de civilización de más de cinco mil años, que China ha contribuido al progreso de la humanidad, que la intervención occidental a partir de la guerra del Opio en 1840 impuso un siglo de humillación a la nación y que el Partido Comunista de China había puesto fin a la etapa de deshonra y se había convertido en la única baza segura para alcanzar un gran destino en paz y armonía.

La historia China es una larga secuencia de dinastías, con sus ascensos y caídas, que terminan con la imposición occidental de un modelo semicolonial y semifeudal al país. Xi identifica en la humillación y devastación impuestas a China una gran tribulación de la que nace una nueva era de revitalización y rejuvenecimiento, acompañada de nuevos sueños y anhelos del pueblo chino.

Con acierto político, Xi Jinping presentó la Revolución de 1911, iniciada por Sun Yat-sen, primer presidente de la República de China y fundador del Kuomintang, como antecedente de la fundación del Partido Comunista. El fervor revisionista animó a Xi a considerar a «los comunistas chinos como los más firmes partidarios, leales colaboradores y fieles sucesores de la causa revolucionaria iniciada por Sun Yat-sen»23. Los primeros miembros del Kuomintang chino se convertían, de esta manera, en los pioneros de la Revolución comunista y del rejuvenecimiento chino. Ahora bien, según la óptica histórica de Xi, el despertar de la nación china requería además de «una nueva ideología para guiar el movimiento de salvación nacional y una nueva organización para aglutinar las fuerzas revolucionarias»24.

En el centenario del Partido, el discurso de Xi comienza recordando los difíciles momentos iniciales para, seguidamente, realzar las conquistas y logros conseguidos. El siglo de deshonra impuesto por Occidente sancionaba el destino de China, condenándola a una impotente decadencia. El PCCh nació en un momento durante el cual el pulso se apagaba y la nación china agonizaba. Nada animaba a esperar un cambio en el sombrío rumbo de la civilización más antigua del mundo.

Sin embargo, en medio de épicas dificultades, cien años de lucha del Partido permitieron imponer un giro en el rumbo de la historia. Con sus palabras Xi resaltaba el contraste de la China desahuciada del comienzo con la prosperidad ascendente actual para deducir, como corolario, que solo el PCCh puede afrontar el desafío de dirigir la historia y el futuro de una nación rejuvenecida. El mismo mensaje se repetía en las dos ocasiones, el centenario del Partido y el 110.o aniversario de la República Popular: solo el PCCh, solo el socialismo, podía salvar a China y solo el socialismo podrá materializar la gran revitalización de la nación. Pueblo, lucha, revitalización y partido son los cuatro vértices de la pirámide, en cada uno de los discursos.

Un año después, el 16 de octubre de 2022, se inauguró en el Gran Salón del Pueblo el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China. Xi Jinping, como secretario general del Comité Central, presentó un detallado informe de su segundo mandato, resaltando, como es habitual, los logros alcanzados25.

WeChat, como muchos otros medios, fuentes y plataformas, difundió el largo discurso de Xi comprimido en doce máximas de oro seleccionadas por el Partido. Aunque no muy conocida en España, WeChat es la aplicación de móvil más usada del mundo, supera los mil millones de usuarios activos al mes y podríamos identificarla como la versión china de Facebook, WhatsApp, Instagram y Viber.

Las doce perlas del importante discurso conforman un pantallazo interesante que pretende proyectar especialmente algunas consignas26. Este breve resumen puede comprimirse en una idea fuerza: el éxito alcanzado por China es consecuencia del liderazgo del Partido y solo el Partido puede consolidar la grandeza duradera de la nación. En cada ocasión, en cada uno de los discursos de Xi, con más o menos adornos, el mensaje central es el mismo. Los cuatro vértices de la pirámide aparecen siempre y uno de ellos es: el Partido es quien otorga altura a la figura.

La percepción compartida por la mayoría de los chinos de su pasado dicta que la unidad y la fragmentación son ciclos recurrentes relacionados con la fortaleza o la debilidad política. De esta manera, con un fervor casi religioso, nace la convicción de la imperiosa necesidad de una China unida con un fuerte Gobierno central, opción predeterminada de la que la nación no debe desviarse para no caer en la anarquía, con consecuencias catastróficas para el pueblo.

En esta ocasión, el collar de doce perlas brilla en el centro con una lágrima de arena de especial valor. El punto sexto es por sí mismo una joya sensacional, definitiva, que brilla rotunda desvelando un «fin de la historia» comunista y chino. El largo camino de peligros y duras pruebas recorrido por el PCCh ha pulido la solución final a la incertidumbre de los ciclos históricos de orden y caos, caída y ascenso de China. La autorreforma del Partido es la fórmula revolucionaria mágica para la regeneración permanente, que emerge como un proceso continuo de revitalización. La revolución interna, que describe Xi como proceso, está siempre pendiente de completarse porque los «vientos torcidos» internos y los peligros ocultos en el Partido, el Estado y las Fuerzas Armadas resurgirán inevitablemente. El más grave de ellos es la corrupción, por ser el reflejo indirecto de la degradación ideológica y la perdida de liderazgo27,28.

El público objetivo a quien se dirige la sucinta recapitulación de WeChat es el más inquieto y joven ciudadano de la República Popular China. El propósito es promover un sentimiento de seguridad y confianza en un futuro dirigido por el PCCh próspero y grandioso, solo amenazado por la debilidad de las convicciones políticas o del liderazgo del Partido que genera la corrupción. Para este público, el Partido se presenta como una iglesia santa en su cabeza y pecadora en el resto del cuerpo que, por ello, necesita purificarse. Xi emplea el término «autorrevolución», que podría ser el equivalente de una buena confesión católica con examen de conciencia, el dolor de los pecados, el propósito de enmienda: decir los pecados al Partido y cumplir la penitencia.

Pekín ha convertido los aniversarios en una forma de medir y organizar el tiempo. Las celebraciones están enmarcadas en una cuidada representación, tan coreografiadas como los congresos del Partido. Todo está cuidadosamente previsto para transmitir los mensajes conmemorativos adecuados, que ensalzan los logros, reconocen los méritos y rememoran los esfuerzos. Los aniversarios se convierten en un rito catártico donde se purifica la historia reescribiéndola. Tenerlos en cuenta puede ser muy conveniente para entender los planes estratégicos diseñados en lo más alto de la cúpula, sus ritmos de aplicación y la secuencia narrativa de la comunicación que los acompaña.

Las conmemoraciones son ocasiones propicias para denunciar las malas prácticas y glorificar al PCCh, no para entrar en detalles desagradables. Las grandes celebraciones de 2021 no podían verse empañadas por un profundo análisis crítico. El momento de entrar a fondo en la revisión de los «cuatro hábitos malsanos»29 que amenazaban el futuro llegó con el XX Congreso Nacional. La exposición del informe del secretario general permitió dedicar el espacio necesario a examinar la conciencia colectiva y asegurar «que el Partido nunca cambie su naturaleza, su convicción o su carácter»30.

La configuración del relato deslegitimador

Un viejo comunista chino formado en la Escuela Central del Partido no descubrirá ninguna herejía dogmática en las palabras de Xi Jinping, tampoco echará en falta la sintonía en los mensajes. Acostumbrado al juego dialéctico marxista, posiblemente sienta que los cambios tienen más que ver con la praxis o la filosofía de la praxis. El pueblo, la lucha, la revitalización dialéctica y el Partido siempre han estado presentes a la hora de interpretar la historia y el destino chinos. Los usuarios de plataformas digitales, sin contacto con las sutilezas de la exégesis marxista china, pueden entender como novedad lo que realmente no lo es.

El juego con la línea del tiempo no es desconocido para un sabio anciano comunista y escéptico, ni siquiera es necesario que haya leído el libro de George Orwell 1984 para que tenga interiorizado que «quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado». Xi Jinping lleva controlando el presente durante el tiempo previsto y seguirá controlándolo durante mucho más de lo que venía siendo habitual, con menos restricciones que en otras ocasiones. La novedad en la filosofía de la praxis aplicada en las últimas décadas es la recuperación del papel central del líder, en ningún caso impropia en el partido de Mao Zedong.

El control del pasado es una constante en el PCCh. El revisionismo histórico no despareció con Deng Xiaoping. La masacre de la plaza  de Tiananmén impuso la necesidad de reescribir la historia de una década. La cúpula se encargó de borrar todo lo que podía resultar incómodo. Dos secretarios generales del Comité Central, Hu Yaobang y Zhao Ziyang, fueron proscritos por su tolerancia con la «liberalización burguesa». El sector más ortodoxo los consideró peligrosos reformistas, responsables de las protestas de los estudiantes en Tiananmén.

Hu Yaobang fue el más cercano colaborador de Deng Xiaoping. Impulsor de las reformas del mercado y del Partido, intentó superar las constricciones impuestas por la ortodoxia marxista para liberar a China del peso muerto del pensamiento de Mao y de su estilo de dirección, apoyado en el culto a la personalidad. Implantó un nuevo sistema de liderazgo colectivo aplicando nuevas reglas que fijaban límites de edad y mandatos. Su filosofía de la praxis, con la ayuda de Deng, se convirtió en el eje central de la renovación y la apertura. El utilitarismo de Hu transformó la práctica en el único criterio para probar la verdad. Deng, en la misma línea, adoptaría el proverbio popular de Sichuan, la provincia donde nació: «No importa que el gato sea blanco o negro, siempre que cace ratones». Si Deng fue el arquitecto jefe, Hu fue su principal ingeniero31.

Hu Yaobang fue respetado entre la juventud comunista y los estudiantes de la importante Universidad de Pekín por su honestidad e integridad. Era uno de los pocos líderes del Partido al que no se consideraba corrupto. Dos años después de ser cesado como secretario general del PCCh, moría. Las manifestaciones de duelo y reconocimiento serían el inició de las movilizaciones en la plaza de Tiananmén, que terminarían con una dura represión por parte del Ejército de Liberación Popular. Han pasado más de treinta años, todavía no se conoce cuántas personas murieron a causa de la intervención de decenas de miles de soldados. Solo en Hong Kong, cada vez con más dificultades, se recuerda la masacre. Algunos pocos de los protagonistas de las protestas hacen memoria de los sucesos, el resto de la China Popular ni siquiera conoce que sucediesen. Las lagunas en la memoria selectiva comunista han borrado de la historia aquel acontecimiento, que comenzó con el reconocimiento de un secretario general del PCCh cesado y provocó el cese del que ocupaba en aquel momento el puesto, Zhao Ziyang.

Todavía hoy, los discursos y escritos Zhao Ziyang están prohibidos y fuera de circulación, aunque nadie le acusara de corrupción.

Con estos antecedentes, no resulta difícil entender la desaparición de la escena de Hu Jintao. Hu Yaobang, Hu Jintao y Li Keqiang fueron primeros secretarios de la Liga Juvenil Comunista del PCCh, que, como facción, se perfila en estos momentos como peligrosamente aperturista y liberalizadora. La facción de la Liga Juvenil Comunista ha sido estigmatizada y su experiencia y memoria se han convertido en peligrosamente sospechosas, al menos lo serán durante la próxima década. El liderazgo personal de Xi necesita un discurso armado de estereotipos descalificadores para asegurar su legitimidad frente a los sectores críticos. Por eso, cualquier oposición interna será amonestada. Recibirá los atributos de hedonista, idólatra del dinero, individualista, nihilista y sobre todo de corrupta, que se repetirán sin descanso por la propaganda para simplificar la percepción de la realidad, defender la autopercepción y reforzar el statu quo de los militantes.

La concentración del poder como praxis del comunismo chino

La concentración de poder que asume Xi Jinping solo es comparable con la que en otro tiempo se arrogó Mao. El liderazgo colectivo ha sido sustituido por un liderazgo personal que vuelve del pasado. Esta nueva situación podría considerarse definitiva o, al menos, entenderse como una visión definitiva de la cúpula actual del PCCh y, por supuesto, de su líder supremo. Sin embargo, pudiera tener más sentido entenderla solo como naturalmente conveniente durante los próximos diez o quince años, a lo largo de los cuales la competencia con los Estados Unidos determinará quién será la potencia dominante. Está ultima consideración es susceptible de revelarse más lógica si entendemos que el Partido ya ha terminado de escribir su filosofía de la historia. Ahora lo único que queda por decidir entra dentro de la filosofía de la praxis.
Xi Jinping, por lo tanto, al final de su misión sería fundamentalmente un notario del destino, encargado —como en su día Francis Fukuyama— de certificar el fin de la historia. Desde luego, desde otra atalaya, al otro lado del espejo. La tesis del fin de la historia del socialismo chino sería valiosa no solo por afirmar el éxito del rejuvenecimiento nacional, sino también por negar cualquier otra opción, al menos virtualmente. La identificación del destino de China y del Partido Comunista solo podría desacoplarse mediante la asunción del resultado de una tragedia de dimensiones globales.

En una democracia liberal la legitimidad del poder no depende esencialmente de su eficacia, sino de su control institucional. Para el PCCh, el orden político fundamental es precisamente el inverso. La inusual concentración de poder, incluso en la República Popular China, en la persona de Xi responde a una singular misión dentro de un destino: la movilización de todas las energías de China para colocarse en condiciones de alcanzar la primacía antes del centenario de la RPCh en 2049.

Los caminos del futuro, después de la era Xi, pasarán por Xi pero no necesariamente serán una réplica adaptada al estilo del todopoderoso maestro. El propósito seguirá siendo el dominio del PCCh en la sociedad, el ejército y la narrativa histórica. El desarrollo económico y la lucha contra la corrupción son, desde luego, líneas de acción válidas pero no objetivos en sí mismos. Se trata de líneas de acción acertadas en tanto se asocian a un fin: favorecer el dominio interno del Partido e incrementar el poder de la República Popular como actor internacional.

La «tarea central» del Partido, usando la terminología propia del comunismo chino, ha cambiado con la nueva reelección de Xi. La lucha por la seguridad interna y externa ha sustituido al desarrollo económico. «Seguridad» ha sido la palabra más repetida en su informe y discursos durante el XX Congreso Nacional; la segunda ha sido «lucha». El cambio de prioridades es precisamente el fundamento de la permanencia de Xi en el poder. La persistencia del desarrollo económico como núcleo de la praxis hubiese impedido a Xi imponer la excepcionalidad de los cambios institucionales necesarios para prorrogar su mandato de forma indefinida32.

En este contexto, la vigilancia y el control tienen un papel singularmente destacado. La resolución del Partido sobre el informe de trabajo de la XIX Comisión Central de Control Disciplinario, expuesta en octubre de 2022 durante el XX Congreso Nacional, ilustra con claridad lo que pueden esperar los militantes comunistas33. El documento reclama un esfuerzo general para favorecer la comprensión de los fundamentos decisivos de las
«dos determinaciones»34 y las «dos salvaguardias»35.

El objetivo es reforzar el rigor y la disciplina para derrotar a la corrupción en la nueva fase de construcción nacional, encadenada por una filosofía de la historia que otorga al comunismo chino la capacidad de alcanzar su glorioso destino por medio de la autorrevolución personal y la autorreforma del Partido.

Conclusiones

El PCCh ha demostrado hasta ahora que puede adaptarse, experimentar y aplicar con éxito sus estrategias. Ahora bien, los cambios no deberían interpretarse como definitivos. Son solo ajustes en una autocracia sofisticada. La designación de Xi para su tercer mandato es una prueba más de la refinada naturaleza del socialismo con características chinas. La buena noticia es que todo el mundo ha podido verlo.

La fórmula elegida para hacer desaparecer de la escena la influencia del anterior secretario general, Hu Jintao, revela con claridad la naturaleza del PCCh. Las imágenes permanecerán grabadas en la memoria de todos los miembros del Partido y de los observadores externos que intenten evaluar el comportamiento político dentro del núcleo de poder de la República Popular China en la próxima década.

No deberíamos dar por descontado que los sustanciales cambios de la era Xi son fundamentalmente la decisión de una facción del Partido para imponerse a otras. Es posible que la decisión haya sido fruto de un convencimiento suficiente en el núcleo de la élite. En una sociedad sujeta a tantos cambios como la china, el oficialismo ha podido llegar a entender que era necesario reforzar la centralidad del Partido y de su líder consolidando su poder y control sobre los procesos de decisión.

La concentración del poder puede ser especialmente conveniente cuando se anticipa un choque con los Estados Unidos dentro de un sistema de competencia entre grandes potencias. En los próximos diez o quince años la República Popular China espera convertirse en la primera economía del mundo y esta misión necesita un primado indiscutido. «Xi Jinping es un hombre en una misión»36.

El regreso de la centralidad de la personalidad del líder y sus doctrinas exige resultados y los resultados exigen la centralidad de la personalidad del líder para mantener la unidad y la seguridad interna en el difícil capítulo por escribir: la reinstauración de la centralidad global de China en la próxima década para alcanzar, en el centenario de la República Popular en 2049, la condición de potencia dominante.

Hasta ahora, Xi Jinping ha demostrado estar dispuesto a acelerar el ritmo de las decisiones y actuaciones del Partido y de la República Popular, aunque supusiera aceptar mayores riesgos. Ha acelerado el tempo y aumentado las apuestas de sus antecesores. En su próximo mandato, la sensación de urgencia y la tolerancia al riesgo se intensificarán. Realmente serán indicadores adecuados para medir el grado de acierto de las decisiones adoptadas por el PCCh en la década precedente: «Los próximos cinco años serán cruciales para que nuestros esfuerzos por construir un país socialista moderno en todos los aspectos tengan un buen comienzo»37.

Andrés González Martín, teniente coronel de Artillería

Referencias:

1 JINPING, Xi. «Xi Jinping, First Speech as General Secretary». USC US- China Institute, 15 de noviembre de 2012. Disponible en: https://china.usc.edu/xi-jinping-first-speech-general-secretary-nov-15- 2012

2 «Desestimar la historia de la Unión Soviética y del Partido Comunista Soviético, despedir a Lenin y a Stalin, y desestimar todo lo demás es participar en el nihilismo histórico, que confunde nuestros pensamientos y socava las organizaciones del partido en todos los niveles» (YU, Gao. «Beijing Observation: Xi Jinping the Man», China Change. 26 de enero de 2013. Disponible en: https://chinachange.org/2013/01/26/beijing-observation-xi-jinping-the-man-by-gao-yu/).

3 Xi Jinping en su primer mandato (2012-2017) cesó a uno de los siete miembros del Comité Permanente del Politburó, a dos vicepresidentes del Comité Militar Central, a tres miembros del Politburó del Comité Central, a veintiocho miembros elegidos y a veintitrés suplentes del Comité Central y a decenas de generales (BLANCHETTE, Jude y MEDEIROS, Evan.«Xi Jinping’s Third Term», Survival, Global Politics and Strategy, vol. 64. The International Institute for Strategic Studies, octubre/noviembre de 2022).

4 https://mp.weixin.qq.com/s/wbmyjRfYAdLiSBEkX3gagA

5 ZHENG, William. «China’s disciplinary enforcers shift focus from corruption to poor performance», South China Morning Post. 9 de marzo de 2022. Disponible en: https://www.scmp.com/news/china/politics/article/3169829/chinas-disciplinary-enforcers-shift-focus- corruption-poor

6 YONGZHONG, Li. «Anti-corruption: From Overwhelming Momentum to Sweeping Victory», China Insight. Disponible en: https://www.bjreview.com/CHINA_INSIGHT_2022/China_Insight_Special_Issue_on_Xi_Jinping_The_Gov ernance_of_China_IV/202208/t20220810_800303339.html

7 REUTERS. «Cómo acumuló poder Xi Jinping en China y por qué importa en un tercer mandato». 10 de octubre de 2022. Disponible en: https://es.euronews.com/2022/10/10/china-congreso-xi

8 VIDAL LIY, Macarena. «China da el “sí” a una nueva era de líder todopoderoso y perenne», El País. 12 de marzo de 2018. Disponible en: https://elpais.com/internacional/2018/03/11/actualidad/1520751419_623085.html

9 ZHENG, William. Op. cit.

10 HUANG, Ruihan y HENDERSON, Joshua. «»https://macropolo.org/beijing-entrenches-corruption- fight/?rp=m

11 ZHENG, William. Op. cit.

12 OSNOS, Evan. «Xi Jinping’s Historic Bid at the Communist Party Congress», The New Yorker. 23 de octubre de 2022. Disponible en: https://www.newyorker.com/magazine/2022/10/31/xi-jinpings-historic-bid- at-the-communist-party-congress

13 La carrera de Zhou Yongkang al servicio del Partido y de la República Popular fue extraordinaria. Llegó a desempeñar el cargo de ministro de Seguridad Interior. A pesar de no constituir por su edad un enemigo directo para Xi, no impidió su detención, juicio y severa condena.

14 BBC MUNDO. «La brutal campaña anticorrupción del presidente chino, Xi Jinping, la mayor “purga” de funcionarios del Partido Comunista desde los tiempos de Mao Zedong». 24 de octubre de 2017. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-41721605

15 OBE, Charles Parton. «The Centenary of the Chinese Communist Party: Looking Forwards Not Backwards». RUSI, 30 de junio de 2021. Disponible en: https://rusi.org/explore-our- research/publications/commentary/centenary-chinese-communist-party-looking-forwards-not-backwards/

16 GT STAFF REPORTERS. «China’s top disciplinary watchdog vows to bar officials from serving as proxies for interest groups», Global Times. 24 de octubre de 2022. Disponible en: https://www.globaltimes.cn/page/202210/1277874.shtml

17 FRANCE 24. «China aprueba dar presidencia indefinida a Xi Jinping». 11 de marzo de 2018. Disponible en: https://www.france24.com/es/20180311-China-enmienda-constitucion

18 BUCKLEY, Chris y MYERS, Steven Lee. «China’s Legislature Blesses Xi’s Indefinite Rule. It Was 2,958 to 2», The New York Times. 11 de marzo de 2018. Disponible en: https://www.nytimes.com/2018/03/11/world/asia/china-xi-constitution-term-limits.html

19 VIDAL LIY, Macarena. Op. cit.

20 A los sesenta y siete años aún se puede ser promovido al Comité Permanente del Politburó, pero a los sesenta y ocho es demasiado tarde (RÍOS, Xulio. «El XX Congreso de PCCh y la renovación de la Comisión Militar Central» [Documento de Opinión, n.o 79]. IEEE, 19 de septiembre de 2022. Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2022/DIEEEO79_2022_XULRIO_Congreso.pdf
EL GRAND CONTINENT. «5 puntos sobre el 20.º Congreso del Partido Comunista Chino». Disponible en: https://legrandcontinent.eu/es/2022/10/12/5-puntos-sobre-el-20o-congreso-del-partido-comunista- chino/).

21 El párrafo final del «Comunicado de la VI Sesión Plenaria del XIX Comité Central del Partido Comunista de China» dice lo siguiente: «La definición de la posición del camarada Xi Jinping como núcleo del Comité Central y de todo el Partido, así como de la posición rectora del pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era refleja el deseo común de todo el Partido, todo el Ejército y el pueblo de las diversas etnias de todo el país, y reviste un significado decisivo para el desarrollo de la causa del Partido y el Estado en la nueva era y para el impulso del proceso histórico de la gran revitalización de la nación china» (Disponible en: http://spanish.news.cn/2021- 11/11/c_1310305177.htm).

22 El 10 de octubre, día en el que comenzó la revolución contra el sistema imperial en la ciudad de Wuchang que concluiría con la proclamación de la República China, es celebrado tanto por la China continental como por Taiwán. Sun Yat-sen, primer presidente de la República de China y fundador del Kuomintang, es considerado tanto en la República Popular China como en la actual República de China (Taiwán) el padre de la China moderna.

23 JINPING, Xi. «Full text of President Xi's speech at meeting marking 1911 Revolution», China Daily. 9 de octubre de 2021. Disponible en: https://www.chinadaily.com.cn/a/202110/13/WS6166e9afa310cdd39bc6ebcd.html

24 JINPING, Xi. «Discurso de Xi Jinping en la ceremonia con motivo del centenario del PCCh», Xinhua. 1 de julio de 2021. Disponible en: http://spanish.xinhuanet.com/2021-07/01/c_1310038399.htm

25 MINISTRY OF FOREIGN AFFAIRS OF THE PEOPLE’S REPUBLIC OF CHINA. «Texto íntegro de
informe al XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China». 25 de octubre de 2022. Disponible en: https://www.fmprc.gov.cn/esp/zxxx/202210/t20221026_10792080.html

26 https://mp.weixin.qq.com/s/wbmyjRfYAdLiSBEkX3gagA

27 «El Partido ha encontrado la revolución interna como una segunda respuesta —la que responde a cómo desembarazarse de los ciclos históricos de orden y caos, de prosperidad y decadencia—, ha aumentado notablemente su capacidad de depurarse, perfeccionarse, renovarse y superarse, y ha revertido sustancialmente la situación de lenidad, flojedad y debilidad de su administración y disciplina, con todo lo cual se ha formado y desarrollado continuamente un ecosistema político interno limpio y honrado, garantizándose así que el Partido nunca cambie de naturaleza, color ni sabor» (MINISTRY OF FOREIGN AFFAIRS OF THE PEOPLE’S REPUBLIC OF CHINA. Op. cit.).

28 El punto sexto de los doce destacables presentados por WeChat dice lo siguiente: «El Partido ha encontrado una segunda respuesta a la pregunta de cómo escapar del ciclo histórico de ascenso y caída. La respuesta es la autorreforma. Al hacerlo, nos hemos asegurado de que el Partido nunca cambie su naturaleza, su convicción o su carácter» (Disponible en: https://www.wedo2018.com.cn/media/index_2195.html).

29 En el «Informe del secretario general al XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China», Xi hace referencia a «cuatro hábitos malsanos» que identifica con la falsedad, la burocratización, el hedonismo y el derroche suntuario (Disponible en: http://ar.china- embassy.gov.cn/esp/jrzg/201711/t20171103_4721909.htm).

30 Idem.

31 HUANG, Cary. «From Mao to Tiananmen, Hu Yaobang is an icon of China’s reform – and a reminder of how little has changed», This Week in Asia. 14 de abril de 2019. Disponible en: https://www.scmp.com/week-asia/opinion/article/3005932/mao-tiananmen-hu-yaobang-icon-chinas- reform-and-reminder-how

32 WU, Guoguang. «For Xi Jinping, the Economy Is No Longer the Priority», Journal of Democracy. Octubre de 2022. Disponible en: https://www.journalofdemocracy.org/for-xi-jinping-the-economy-is-no- longer-the-priority/
 
33 PCCh. «Texto íntegro de resolución sobre informe de trabajo de la XIX Comisión Central de Control Disciplinario». XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, 22 de octubre de 2022.

Disponible en: https://spanish.news.cn/20221022/7975c9d97b114edfb7a7f905b06c8ba6/c.html

34 Las dos determinaciones son «la posición de Xi Jinping como núcleo del Comité Central y de todo el Partido» y «la posición rectora del pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era».

35 Las dos salvaguardias son «la posición del secretario general Xi Jinping como núcleo tanto del Comité Central del Partido como de toda su militancia» y «la autoridad y la dirección centralizada y unificada de dicho comité».

36 BLANCHETTE, Jude. «Xi’s Gamble The Race to Consolidate Power and Stave Off Disaster», Foreign
Affairs. Julio/agosto de 2021. Disponible en: https://www.foreignaffairs.com/articles/china/2021-06-22/xisgamble?utm_medium=PANTHEON_STRIPPED&utm_source=PANTHEON_STRIPPED&utm_campaign=
PANTHEON_STRIPPED&utm_content=PANTHEON_STRIPPED&utm_term=PANTHEON_STRIPPED

37 MINISTRY OF FOREIGN AFFAIRS OF THE PEOPLE’S REPUBLIC OF CHINA. «20th CPC National
Congress concludes in Beijing, Xi Jinping presides over closing session and delivers important speech».
22 de octubre de 2022. Disponible en:
https://www.fmprc.gov.cn/eng/zxxx_662805/202210/t20221024_10790661.html

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