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¿Cómo afectará la COVID-19 a los esfuerzos de diversificación del Golfo?  

La posterior recesión económica y el colapso de los precios del petróleo han provocado la aceleración de sus planes estratégicos. 
ECONOMIA

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La aplicación de medidas de distanciamiento social y de restricciones a los viajes ha repercutido en la actividad de todos los sectores de la región. 

Con unas economías que funcionan por debajo de su capacidad y con los desplazamientos mundiales gravemente restringidos durante gran parte del año, se ha producido un descenso significativo de la demanda -y posteriormente del precio- de petróleo, una importante fuente de ingresos para varias economías del Golfo.  

Por ejemplo, el petróleo representa alrededor del 45% del PIB en Arabia Saudí y el 75% de los ingresos del gobierno en Omán.  

Esta dependencia del petróleo explica en parte por qué el FMI proyecta que las economías del Golfo se contraerán en un 6,6% en 2020, en comparación con la disminución del 4,4% de la economía mundial.   

Necesidad de diversificación  

Esta recesión económica ha acrecentado la importancia de generar nuevas corrientes de ingresos para las economías del Golfo.  

Si bien la mayoría de los países de la región ya estaban comprometidos en algún tipo de estrategia de diversificación, la pandemia ha puesto aún más de relieve la necesidad de esos esfuerzos.  

Arabia Saudí, una de las mayores economías del Oriente Medio, es un ejemplo destacado. Se prevé que los ingresos procedentes del petróleo disminuyan considerablemente este año, y el FMI prevé una contracción del 5,4% del PIB.  

Aunque la recesión ha llevado al Gobierno a reducir el presupuesto para la aplicación de Visión 2030 - su plan de desarrollo económico a largo plazo - el país sigue adelante con los esfuerzos para generar nuevas fuentes de ingresos.   

El gobierno concedió en mayo al Fondo de Inversión Pública (FIP), el fondo de riqueza soberana del Reino, 40.000 millones de dólares adicionales en reservas gubernamentales para aprovechar las oportunidades de inversión.  

 Desde entonces, el PIF ha invertido en una amplia gama de compañías globales en diferentes industrias, incluyendo Uber, el Softbank's Vision Fund, el fabricante de coches eléctricos Lucid Motors, Disney y la corporación Bank of America. 

A pesar de que el Reino se centra a largo plazo en la diversificación económica, el fondo también ha invertido más de 2.000 millones de dólares en la industria de los hidrocarburos, como ha detallado OBG. A lo largo del año ha adquirido participaciones en las grandes petroleras BP, Total y Shell, que se consideran inversiones rentables dada la caída de los precios de las acciones.  

La inversión diversificada no se ha limitado a Arabia Saudí. La empresa estatal de los Emiratos Árabes Unidos, Mubadala Investment Company, también ha hecho una serie de inversiones estratégicas en sectores como la tecnología y la energía renovable. 

Entre ellos se incluyen 3.000 millones de dólares en Waymo, el brazo tecnológico de autocontrol de Alphabet; 700 millones de dólares en la nueva empresa estadounidense Reef Technology, que gestiona centros logísticos y cocinas de barrio y 235 millones de dólares en la empresa farmacéutica alemana Evotec.  

Los impuestos como ingresos alternativos  

Además de lograr la diversificación mediante la inversión, los países del Golfo han explorado otros métodos para reforzar las arcas estatales.  

En octubre el Gobierno de Omán lanzó su plan fiscal para el período 2020-24. La hoja de ruta, que se basa en la antigua estrategia de desarrollo "Visión de Omán 2040", tiene por objeto diversificar los ingresos nacionales mediante una serie de proyectos y reformas fiscales.  

Además de invertir el equivalente a 965 millones de dólares en proyectos de desarrollo no especificados que se llevarán a cabo en todo el país, el plan describe los esfuerzos para mejorar la eficacia de la recaudación de impuestos e introducir un impuesto sobre el valor añadido el próximo año. Por primera vez, el gobierno también está considerando la posibilidad de establecer un impuesto sobre la renta de las personas físicas para ampliar la base de los ingresos.  

Estos esfuerzos son cruciales para el crecimiento y la estabilidad a largo plazo de Omán, que verá aumentar su relación deuda/PIB de alrededor del 20% en 2018 a un 67% previsto para 2023, según Standard & Poor's. Además, Fitch estima que el déficit fiscal del país alcanzará el 20% del PIB este año, frente al 8% en 2019. 

Desarrollo de nuevas cadenas de suministro  

A la vista de las alteraciones del comercio experimentadas a lo largo de 2020, los países del Golfo también están tratando de diversificar sus cadenas de suministro.  

La pandemia ha intensificado la preocupación existente por la excesiva dependencia de los proveedores extranjeros de bienes y materias primas, y ha alentado a muchas empresas y gobiernos de la región a tratar de establecer vínculos comerciales más resistentes y diversificados.  

Como ejemplo de cooperación regional, a mediados de abril el CCG aprobó una propuesta kuwaití de crear una red conjunta de suministro de alimentos en todo el bloque.  

Preocupados por las perturbaciones del comercio relacionadas con el coronavirus y por el temor a la inseguridad alimentaria, los países acordaron establecer dispositivos especiales en las fronteras y los puestos aduaneros para facilitar el movimiento de alimentos básicos y suministros médicos dentro de la alianza de seis países miembros.  

Además, las empresas y los países de todo el mundo están aplicando cada vez más la estrategia "China +1", en virtud de la cual la capacidad de producción y los vínculos comerciales se establecen en múltiples países, además de en las operaciones ya existentes en China.  

 Con este fin, los países del Oriente Medio pueden tratar de reforzar aún más la capacidad de producción nacional o regional en el futuro.