Varios centros de investigación de la región analizan el papel de la República Islámica en la guerra que asola la nación norteafricana

¿Cuál es la posición de Irán en el conflicto en Libia?

PHOTO AFP OFICINA DE PRENSA PRESIDENCIAL TURCA - El presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el presidente iraní Hassan Rouhani en el Palacio Presidencial de Ankara el 16 de septiembre de 2019

La crisis de legitimidad que sufre el régimen iraní y la pandemia del coronavirus que ha provocado la muerte de más de 7.600 personas ha apartado los focos de la situación en Libia, un conflicto que mantiene en vilo a gran parte de los países de la región. Las autoridades del este lideradas por el general Jalifa Haftar controlan la mayor parte del país y desde abril de 2019  intentan extender su poder en las regiones que están aún en manos del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), con sede en la capital del país. Haftar cuenta con el respaldo de Rusia, Egipto, Emiratos Árabes y Arabia Saudí; mientras que el Gobierno de Trípoli, respaldado por los Hermanos Musulmanes, recibe ayuda militar de Turquía y Qatar. 

La capital libia, Trípoli, durante el bombardeo

Irán ve con cautela la situación en Libia y considera que las milicias encabezadas por Haftar suponen una “victoria para el eje de la moderación árabe”, en concreto, para Arabia Saudí y para Emiratos Árabes Unidos, dos potencias aliadas en el sangriento conflicto de Yemen.  En este contexto, Libia está jugando su guerra yendo en contra de sus aliados en Moscú y Damasco y permaneciendo en el eje turco-qatarí con el que se enfrenta en Siria, según han advertido varios estudios realizados en distintos centros de investigación de la República Islámica. 

En este contexto, el Centro de Estudios e Investigación Abrar en Irán ha publicado un estudio que explica que "la escena libia ha sido testigo desde el derrocamiento del coronel Muammar Gaddafi y de muchos de sus sucesivos desarrollos y eventos. Aunque la República Islámica no tuvo clave en la escena libia, la entrada de muchas potencias regionales e internacionales en la nación norteafricana, especialmente las fuerzas antiislámicas representadas por el Reino de Arabia Saudí, a través de su apoyo a las fuerzas del general Haftar, podrían extender su influencia sobre la región del norte de África”, según ha recogido el periódico Africa Gate News. 

Un combatiente leal al Gobierno de Libia, se encuentra junto a los coches destruidos

El Instituto de Estudios Contemporáneos de Teherán en el Golfo Pérsico y África del Norte ha realizado un workshop para analizar la posible implicación de Irán en el conflicto que asola Libia. El diario Al Arab ha afirmado que Teherán está cada vez más implicado con todo lo que acontece en suelo libio y las posibles repercusiones que puede tener esta guerra en el régimen de los mulás. Irán no ha ocultado sus ambiciones de ejercer su influencia en África, unas ambiciones que ha estado persiguiendo desde el comienzo de las distintas primaveras árabes. 

El papel de la República Islámica en la región no podría entenderse sin analizar el rol que jugó este país durante la Primavera Árabe. En el caso de Egipto y después de que la revolución de febrero de 2011 derrocara a Mubarak, la situación política en el país se polarizó por completo, enfrentando a los Hermanos Musulmanes con los aliados de Mubarak, representados principalmente por las cúpulas de las Fuerzas Armadas y del poder judicial. La revolución del 30 de junio de 2013 abrió el camino para una alianza entre Teherán y la Hermandad. 

Convoyes militares que se dirigen hacia el oeste de Libia y Trípoli

En Marruecos ocurrió todo lo contrario. A principios del mes de mayo de 2018, las autoridades marroquíes decidieron acabar con sus relaciones diplomáticas con Irán argumentando que Teherán y Hezbollah ayudaban al Frente Polisario. Según la investigación realizada por el instituto Abrar “desde la primavera árabe de Libia, esta nación ha sido testigo de muchos conflictos y divisiones. Aunque la gente eligió a los representantes del General National Congress GNC en su primer experimento democrático, esta experiencia no tuvo ningún éxito. Los islamistas entraron al dominio público e impusieron sus puntos de vista. Estas actitudes sobre la sociedad tienen implicaciones en la ira de los libios y acabaron con el primer golpe fallido contra la autoridad legítima elegida, ya que el Congreso de Estados Unidos buscó con algunas fuerzas paramilitares aislar al primer ministro”, han subrayado. 

“La falta de seguridad y estabilidad en Libia y el surgimiento de la tendencia islámica en la vida política llevaron a la nación norteafricana a entrar en un nuevo conflicto entre la tendencia liberal e islámica” continua la investigación que añade que este enfrentamiento allanó el camino para la aparición de las corrientes takfiristas en el país, lo que elevó la crisis libia a un nuevo nivel. 

Libia se convirtió por aquel entonces en un conflicto de intereses entre todas las partes implicadas en la guerra. La presencia de grupos salafistas suscitó preocupación en los países occidentales por temor al retorno del islam extremista una vez más, lo que condujo a que Fayez Al Sarraj fuese nombrado primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional. “Esta situación no convenció por completo a algunos partidos regionales, porque Al-Sarraj estaba afiliado al movimiento de la Hermandad Musulmana y el conflicto se renovó nuevamente entre las fuerzas de Haftar respaldadas por los Emiratos, Egipto, Francia, Rusia y el GNA, apoyado por Turquía y algunos países occidentales”, concluye esta investigación.

Soldados turcos patrullan a lo largo de una carretera en Siria

El conflicto de Libia alcanzó una nueva dimensión después de que el mariscal de campo Haftar anunciase el comienzo de una ofensiva para hacerse con el control de la capital, Trípoli, en abril de 2019. Desde entonces miles de personas han perdido la vida y la inestabilidad e inseguridad han conquistado todos y cada uno de los rincones de esta región. Según el centro iraní, “la entrada de Arabia Saudí y Estados Unidos en el complicado escenario libio está llevando a la República Islámica a estudiar y evaluar su implicación en este conflicto”. Sin embargo, Irán apoyaría al GNA, respaldado a su vez por Turquía, un país al que se enfrenta en el conflicto de Siria. 

Esta misma investigación considera que entre las razones del apoyo saudí a Haftar está el control de Trípoli y el establecimiento de un régimen militar libio leal al reino; así como la aplicación de la experiencia egipcia en Libia. En esta misma línea, según el estudio, Arabia Saudí y sus aliados temen que la Hermandad Musulmana aumente aun más su influencia en el país, un país que lleva sumido en la incertidumbre y la inestabilidad desde la caída del régimen de Muammar Gadafi. 

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato