Antivirales creados para el ébola y la malaria o la vacuna contra la tuberculosis son algunos de los fármacos que se están estudiando, y algunos ya aplicando, para vencer a la COVID-19

¿Cuáles son los medicamentos que se están empleando contra el coronavirus?

photo_camera AFP/ULRICH PERREY - Remdesivir, mecadicamento que ha sido autorizado por los reguladores de EE.UU. para su uso contra la COVID-19

La aparición de una enfermedad desconocida es todo un desafío desde el punto de vista sanitario. ¿Cuáles son todos los síntomas que puede desarrollar un paciente? ¿Qué efectos tiene sobre los enfermos? ¿Cómo se trasmite la enfermedad? Todas estas preguntas han ido encontrando respuestas desde que, a finales de diciembre, en un mercado de la lejana Wuhan, en la provincia china de Hubei, se tuviera conocimiento del primer caso por COVID-19. 

Con grandes similitudes al SARS, el virus que en 2002 provocó la muerte de 774 personas y afectó a más de 8.000, el nuevo coronavirus fue tratado con varios antibióticos para tratar las bacterias que producen neumonía. En un primer momento se comentó el uso de esteroides y del antiviral ribavirina como tratamiento, pero la experiencia no ha dado evidencias científicas de que sea eficaz.  

Ahora, los equipos investigadores se han puesto la meta de un año y medio para conseguir vacunas y tratamientos eficaces contra el virus. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que todavía no existe una vacuna ni antivírico específico contra la COVID-19. De momento, algunos de los medicamentos que se han probado para mitigar los efectos de la enfermedad han sido el antiviral remdesivir, que se creó pensando en el ébola, y la cloroquina y la hidroxicloroquina, ambos para la malaria. Los dos han dado resultados beneficiosos y alentadores, aunque no del todo concluyentes. 

Cloroquina

Cabe recordar, en este punto, que la agencia reguladora de medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha autorizado el uso de emergencia del remdesivir como fármaco experimental en paciente contagiados por el virus, según anunció el presidente norteamericano, Donald Trump, esta semana.  

El laboratorio estadounidense Gilead Sciences ha fabricado este fármaco, y fue aprobado para su uso tras un ensayo clínico que mostró cómo este antiviral acortaba el tiempo de recuperación en algunos pacientes. “Nos sentimos honrados con este primer paso para pacientes hospitalizados”, dijo Daniel O’Day, presidente ejecutivo de Gilead en una conferencia de prensa junto con Trump. 

El estudio en el que se basan, publicado por The New England Journal of Medicine, usó a 53 pacientes con un desarrollo de la enfermedad pronunciado, que recibieron este fármaco y mostraron una cierta mejoría, aunque no se ha podido verificar que fuera por el remdesivir.  

Por su parte, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID, por sus siglas en inglés), hizo público unos resultados alentadores de un ensayo clínico con más de 1.000 personas, donde mostraron una mejora rápida de sus dificultades respiratorias después de inyectarles remdesivir.  

Anthony Fauci, director del NIAID y alto asesor científico del mandatario estadounidense, aseguró que este antiviral acelera el periodo de recuperación de los contagiados. Sin embargo, existe polémica sobre estas declaraciones, ya que Fauci se sustenta en los resultados de un ensayo donde los datos aún son provisionales. Además, un estudio llevado a cabo en el primer epicentro de la pandemia, Wuhan, y publicado por la revista médica The Lancet, no encontró ninguna prueba en que este antiviral fuese beneficioso para la lucha contra el virus. 

Más medicamentos, pero ninguna certeza 

Además del remdesivir, se ha probado otro tipo de terapias que combinan la hidroxicloroquina, utilizada para el tratamiento de la malaria, y un antibiótico, pero con resultados inconsistentes. También se ha probado la transfusión de plasma sanguíneo de personas que han superado la enfermedad a pacientes activos de COVID-19, pero en los donantes que han pasado la infección no se han detectado bien los anticuerpos, por lo que esa sangre no se puede utilizar, según aseguró Ramón García Sanz, presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia. 

Remdesivir

Otro estudio, publicado por el Instituto Tecnológico de Nueva York, ha relacionado una vacuna centenaria con la COVID-19. Esta investigación, aunque preliminar, ha estudiado el uso de la vacuna de la tuberculosis como una nueva herramienta en la lucha contra la enfermedad. La vacuna, conocida con el nombre científico Bacillus de Calmette-Guérin (BCG), ofrece una amplia protección contra infecciones respiratorias. Esta investigación fue presentada a finales de marzo y en ella se recoge el diferente impacto de la enfermedad en las distintas partes del mundo. Estas diferencias las atribuyen a las normas culturales, las infraestructuras de salud y a la respuesta de los gobiernos. 

Los doctores que han realizado este estudio afirman que la BCG no solo protege contra la tuberculosis, sino que también reduce el daño de otras enfermedades, aunque ningún dato de esta investigación es concluyente. Hasta abril, la OMS había revisado tres ensayos clínicos sobre los posibles tratamientos para la COVID-19, tanto en países donde la vacuna BCG se usa como en las regiones donde esta vacuna no se utiliza. Aunque la organización ha afirmado que en los países donde se inyecta la BCG el número de contagios es menor que donde no se administra, no ha tomado como definitivo este resultado ya que, de acuerdo con la entidad mundial, estos estudios suelen estar sesgados por las diferencias demográficas. 

Los equipos investigadores trabajan a contrarreloj, con más de tres millones y medio de contagiados y rondando las 250.000 muertes. Según John Bell, profesor de medicina en la Universidad de Oxford, los científicos británicos esperan tener una señal sobre una posible vacuna en junio. Por el momento, solo queda esperar y seguir las indicaciones de higiene y de distanciamiento social que han dejado a más de la mitad del mundo confinado en su casa

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