La nación rusa y la Alianza Atlántica llevan a cabo conversaciones en Viena

¿Nueva Guerra Fría entre Rusia y la OTAN?

PHOTO/AFP - El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg

El 12 de enero se convocó el Consejo Rusia – OTAN, un instrumento de diálogo entre Rusia y Occidente para tratar temas como la seguridad europea. La primera etapa fueron las conversaciones entre Rusia y Estados Unidos, que tuvieron lugar en Ginebra el 10 de enero, y la tercera etapa tiene lugar en Viena el 13 de enero, como una reunión de la OSCE.

Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización Tratado Atlántico Norte (OTAN), expresó antes de las conversaciones que el bloque está listo para escuchar las preocupaciones de Rusia y comenzar “un diálogo abierto y razonable sobre una amplia gama de temas, por supuesto, centrándose en las tensiones dentro y alrededor de Ucrania”. Sin embargo, Stoltenberg descartó cualquier acuerdo sobre una mayor expansión de la OTAN, añadiendo que "Rusia no tiene derecho a veto" sobre ese proceso y que "solo Ucrania y 30 aliados pueden decidir cuándo Ucrania se convierte en miembro".

Las demandas de seguridad de Moscú están dirigidas a Occidente, separando el liderazgo de los Estados Unidos y las naciones europeas. A grandes rasgos, la postura de Rusia se reduce a tres puntos clave: la retirada de las armas nucleares estadounidenses de Europa, la terminación de la práctica de desplegar las fuerzas convencionales de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia y la creación de su infraestructura militar allí, y la negativa oficial de la OTAN a acercar a Ucrania y Georgia a la alianza.

Moscú añade que estas medidas ayudarán a remediar el grave desequilibrio en la seguridad en Europa surgido tras la desintegración de la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia. Esto ayudará considerablemente a aliviar la tensión militar y política.

El presidente ruso, Vladímir Putin
Ucrania, foco de las tensiones entre Rusia y la OTAN

Para entender las actuales distensiones entre Rusia y la OTAN, es necesario comprender el importante papel que juega Ucrania en este tablero geopolítico. Ucrania, uno de los países más extensos de Europa, lleva desde 2014 inmerso en un duro conflicto al este del país, la llamada guerra del Donbás, salpicando más allá de sus fronteras.

En 1991 se produce el colapso de la Unión Soviética. Ucrania se consolida como país independiente, manteniendo una buena relación inicial con Rusia, ya que había sido la república soviética más grande e influyente de la URSS. Sin embargo, más tarde se fue produciendo un acercamiento hacia Occidente hasta el punto de elaborarse en 2012 un acuerdo de asociación entre Ucrania y la Unión Europea, algo que incomodó a Rusia que ejerció presión. Cuando ya estaba todo listo para la firma en noviembre de 2013, el entonces presidente ucraniano Víktor Yanukóvich suspendió el acuerdo. Esta repentina decisión provocó que cientos de miles de personas se agolparon en la Plaza de la Independencia de Kiev pidiendo que se retomara el diálogo con la Unión Europea. 

Dando lugar a una serie de protestas y disturbios de índole europeísta y nacionalista, el llamado Euromaidán. Cinco días más tarde, esta crisis fue aprovechada por Moscú, apoyando Grupos armados pro-rusos, que tomaron las principales instituciones de la península de Crimea, la cual pasó a ser dirigida de facto por Rusia. 

Tanques de las Fuerzas Armadas de Ucrania se ven durante los ejercicios en un lugar desconocido cerca de la frontera de Crimea anexada a Rusia

Este acontecimiento marcó un momento crítico de las relaciones entre Rusia y Occidente, provocando la expulsión de Rusia del G8, el grupo de países más industrializados del mundo. La Unión Europea reaccionó a la anexión de Crimea decretando duras sanciones económicas contra Moscú, las cuales siguen vigentes. 

Sin embargo, ¿qué implicaciones tiene el conflicto? Primero, Rusia y Ucrania comparten lazos históricos, étnicos y culturales. En las regiones del conflicto la mayoría de la población habla ruso en lugar de ucraniano, y esta es una de las razones promovida por quienes defienden la anexión de estas regiones ucranianas desde Moscú. Por su parte, la Unión Europea y Estados Unidos ven en Ucrania un potencial aliado a nivel estratégico y militar, justo a las puertas de Rusia.

La OTAN, con EEUU a la cabeza, prometió que Ucrania y Georgia - otra exrepública soviética - serían admitidos en la Alianza Atlántica, siendo esta la principal preocupación de Putin: evitar que la OTAN extienda su influencia hacia países de Europa del este y Asia Central. 

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov

Esta no es una petición nueva. Ya durante una rueda de prensa anual, el 23 de diciembre de 2021, añadió: “Ni un milímetro más hacia el este es lo que nos dijeron en los 90. Y, ¿qué ocurrió?, que nos engañaron descaradamente: hubo 5 olas de expansión de la OTAN (…). Nosotros no somos una amenaza, no fuimos a las fronteras de Estados Unidos o Reino Unido, ustedes vinieron a las nuestras”.

Por lo tanto, ¿puede Rusia pedir la firma de un acuerdo de garantías que prohíba la entrada a la OTAN de países de la antigua Unión Soviética?

Durante una intervención en DW, la politóloga Alexandra Sitenko añade que como los países de la antigua Unión Soviética son Estados soberanos e independientes, “son ellos mismos los que deben decidir sobre su política exterior, (…) si prefieren la OTAN o una alianza con Rusia, por ejemplo”.

“Yo creo que Putin sabe que su demanda no puede ser satisfecha de esa manera, pero esa exigencia máxima podría llevar a que se le hicieran concesiones menores, pero aún importantes a Rusia por parte de la OTAN”.
 

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