Se aceleraron los movimientos para crear un mercado eléctrico panárabe en respuesta a la pandemia

¿Podría la COVID-19 provocar un intercambio generalizado de electricidad en el mundo árabe?

PHOTO/REUTERS - Vista general muestra la segunda central eléctrica de carbón en la ciudad de Jerada, Marruecos

La pandemia de coronavirus ha dado lugar a un repunte mundial en la cooperación regional y la interconexión como medio para la recuperación económica. Como parte de esta tendencia, los países del mundo árabe se han movido recientemente para ampliar la cooperación con respecto al suministro de electricidad.

A mediados de 2020, poco después del estallido inicial de la COVID-19, el Consejo Ministerial Árabe para la Electricidad (AMCE), un organismo vinculado a la Liga de los Estados Árabes (LAS), logró un progreso significativo en los planes para establecer un Mercado de Electricidad Panárabe (PAEM).

Durante las conversaciones, el Consejo aprobó el proceso de ratificación de los acuerdos legales y de mercado de PAEM, que ha despejado el camino para que los países árabes firmen acuerdos vinculantes para compartir electricidad este año.

El PAEM tiene como objetivo revolucionar el sector de la electricidad en el Medio Oriente, con planes para aumentar el comercio de electricidad transfronterizo del nivel actual del 2% a alrededor del 40% para 2035.

Si bien la pandemia de la COVID-19 aceleró el progreso, los planes para un PAEM han estado a la vista desde 2017, cuando 16 Estados, a saber, Argelia, Bahréin, Egipto, Irak, Jordania, Kuwait, Libia, Marruecos, Omán, Palestina, Qatar, Arabia Saudí, Sudán, la Unión de las Comoras, Emiratos Árabes Unidos y Yemen firmaron un memorando de entendimiento.

Un hito importante se produjo en noviembre de 2019, con la primera Conferencia Panárabe de Comercio de Energía, celebrada en El Cairo y convocada por la LAS, el Grupo del Banco Mundial y el Fondo Árabe para el Desarrollo Económico y Social.

Dirigidas por ministros de Energía, las delegaciones de los Estados árabes discutieron el mejor enfoque para profundizar y ampliar la cooperación regional en términos de suministro de energía. Una declaración realizada al final de la conferencia describió los planes para una primera etapa de transición, que se extenderá de 2019 a 2024.

Atalayar_Central Eléctrica Marruecos

Durante este período, se establecerá una secretaría de PAEM y se esbozará un diseño para una estructura de mercado regional. También está previsto que se ponga en marcha un mecanismo piloto de fijación de precios para el comercio de electricidad comercial transfronterizo.

Los beneficios de una mayor integración

Incluso antes de la COVID-19, existía un sólido argumento económico para impulsar la integración del comercio comercial regional de electricidad.

Además de expandir la eficiencia y transparencia del mercado, muchos sintieron que el PAEM serviría para aumentar la integración del mercado e impulsar el desarrollo sostenible.

Una mayor integración de los sistemas de energía puede desbloquear varias economías de escala y ahorros de costos para los participantes individuales del mercado. Esto puede ayudar a los gobiernos a reducir los subsidios y aumentar la participación del sector privado en la industria de servicios públicos.

Por ejemplo, en 2019, el Banco Mundial estimó que el valor compartido potencial del comercio de electricidad en la región entre 2020 y 2030 fue de 12.000 millones de dólares. Sin embargo, el Banco Mundial señaló que los ahorros generales podrían alcanzar hasta 44.000 millones si se introdujeran sistemas de energía más óptimos y los combustibles líquidos costosos fueran reemplazados por otras fuentes más rentables para la generación de energía.

Además, las redes individuales dentro de un sistema integrado se vuelven más confiables, respaldadas por un uso más eficiente de las reservas de capacidad y el suministro garantizado.

Atalayar_Covid19 Mundo árabe

También será una oportunidad para que los productores netos de energía vendan su excedente a sus vecinos. Esto es clave en regiones, como el mundo árabe en general, en las que los recursos energéticos están desequilibrados. Además, se espera que el PAEM eventualmente permita a los miembros expandir las exportaciones a los mercados europeos y asiáticos.

Desde el punto de vista medioambiental, cuanto más integrada esté una red, más energía renovable podrá utilizar. Por lo tanto, el PAEM se alinea con los objetivos de energía renovable locales, regionales y globales.

Integración para impulsar la recuperación

La COVID-19 trajo las ventajas potenciales del PAEM a un enfoque aún más nítido.

Las interrupciones de la cadena de suministro mundial y la volatilidad de los precios del petróleo fueron solo dos de los factores que destacaron la importancia de impulsar la integración regional.

Mientras tanto, la electricidad confiable es esencial para la recuperación industrial y económica ante la COVID-19. El rápido crecimiento de la población significa que habrá una demanda en constante aumento en toda la región.

Además, el PAEM también encaja con los planes de muchos países MENA para la llamada recuperación verde.

Entre los líderes en energía limpia en la región se encuentra Marruecos, que generó alrededor del 35% de sus necesidades de electricidad a partir de energías renovables antes de la pandemia gracias a una serie de proyectos solares a gran escala.

Marruecos tiene como objetivo aumentar esta participación al 50% para 2030 y espera convertirse en un 100% de energía renovable para 2050.

La región todavía tiene mucho potencial sin explotar en términos de energías renovables, y tener acceso a un mercado más amplio de energía renovable impulsará el crecimiento de este sector clave.

Atalayar_Covid19 Mundo árabe

Un excelente ejemplo de un país que busca expandirse en esta área es Arabia Saudí, que ha establecido ambiciosos objetivos de energía renovable a la luz de la pandemia.

Si bien las energías renovables representaron solo el 0,05% de la producción de electricidad del país en 2018, en enero el Gobierno delineó un objetivo revisado del 50% para 2030, que se logrará mediante el despliegue masivo de nuevos proyectos.

En otra ventaja, el PAEM dará a los países miembros la oportunidad de aprovechar parte de la infraestructura de interconexión eléctrica transfronteriza financiada por el Fondo Árabe durante las últimas décadas, así como las interconexiones establecidas por los países del CCG.

Potencialmente, el tamaño total del PAEM podría ser de casi 300 GW, lo que supone el segundo lugar en el mundo solo detrás de la red europea de operadores de sistemas de transmisión.

Por supuesto, la plena realización de este objetivo requeriría un gran compromiso e inversión. Si bien aún deben tomarse varios pasos importantes antes de que el PAEM despegue, las experiencias del año pasado, combinadas con la conciencia de los desafíos futuros, probablemente tendrán el efecto de fortalecer la voluntad política y garantizar que el proceso sea rápido y seguido. 

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