Las ventas mundiales de vehículos ligeros cayeron un 16% en 2020 debido a la COVID-19

¿Se acabó la caída de la COVID-19 para los fabricantes de automóviles en los mercados emergentes?

photo_camera PHOTO/AP - Fábrica de automóviles Dongfeng Honda en Wuhan, en la provincia de Hubei (China)

La industria automotriz mundial sufrió un impacto significativo el año pasado debido a una caída en la actividad relacionada con la COVID-19. Sin embargo, se prevé una perspectiva global más positiva para impulsar la demanda, lo que es un buen augurio para los fabricantes de automóviles en los mercados emergentes.

La industria automotriz fue uno de los segmentos de fabricación más afectados por la pandemia: las interrupciones del comercio y los viajes relacionadas con el coronavirus, junto con las consecuencias económicas asociadas, afectaron gravemente la demanda de vehículos en todo el mundo.

Según el análisis de Moody's, las ventas mundiales de vehículos ligeros cayeron un 16% en 2020, y el número total de unidades vendidas cayó de 90,3 millones a 75,8 millones.

Sin embargo, las cifras difieren considerablemente de una región a otra. Se estimó que las ventas totales cayeron un 25,2% en Europa Occidental y un 15,2% en América del Norte, pero solo un 1,9% en China.

Si bien no fue tan grave como la reducción del 27% en las ventas observada en la primera mitad del año, el resultado de fin de año fue significativamente peor que la caída del 9% resultante de la crisis financiera mundial de 2008.

Sin embargo, en medio de una mejora de las perspectivas económicas, con el FMI pronosticando un crecimiento global del 5,2% este año, la mayoría de los analistas han pronosticado un repunte significativo en las ventas.

Por ejemplo, Moody's espera que la demanda global de vehículos ligeros aumente en un 7,7% e IHS Markit ha pronosticado un aumento del 9%, mientras que Standard & Poor's prevé que las ventas de vehículos se recuperen en un 7-9%.

Recuperación para apoyar a los mercados emergentes

El pronóstico es una buena noticia para los mercados emergentes como México, Tailandia y Marruecos, todos los cuales tienen importantes industrias automotrices.

México, el sexto productor de vehículos más grande del mundo antes de la pandemia, sufrió una caída del 21% en la producción el año pasado, y el número de unidades fabricadas descendió de 3,8 millones a 3 millones. Esto incluyó una dramática contracción interanual del 98,8% en abril, durante las primeras etapas del brote, cuando la producción cayó de 300,100 a solo 3700 vehículos.

De manera similar, en Tailandia, el undécimo fabricante de automóviles más grande del mundo, la producción automotriz cayó un 30%, de 2 millones a 1,4 millones.

Dado que los vehículos son el producto industrial de exportación más grande de México y que la fabricación de automóviles representa el 10% del PIB de Tailandia, un repunte en la producción proporcionaría un impulso sustancial a ambas economías.

Se espera que el aumento en la demanda sea particularmente pronunciado en Europa Occidental y América del Norte, con picos de predicción de Moody's del 12,2% y 5,8%, respectivamente, en estas regiones. Esto debería ayudar a estimular la actividad en Marruecos, donde alrededor del 90% de los vehículos producidos son para la exportación, y México, que se beneficia de su posición como signatario del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá.

Además del aumento previsto de la demanda mundial de vehículos, estos países también pueden beneficiarse de inversiones adicionales de los fabricantes de automóviles multinacionales.

En un proceso conocido como nearshoring, las empresas multinacionales buscan cada vez más reforzar la capacidad industrial en países cercanos a su hogar o mercados objetivo.

Esta estrategia es en parte una reacción a las interrupciones generalizadas en las cadenas de suministro que acompañaron al brote inicial de la COVID-19 en China, donde se basa una parte significativa de la producción mundial.

A pesar de la mejora proyectada, se espera que la industria automotriz mundial sienta los efectos persistentes de la pandemia durante algún tiempo.

Por ejemplo, Moody's no espera que las ventas mundiales de vehículos alcancen los niveles previos al coronavirus hasta al menos 2023, mientras que algunos han advertido que un retraso en el lanzamiento de vacunas o un nuevo brote podría afectar negativamente las perspectivas de la industria.

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VE para dar forma al mercado del futuro

Otro factor significativo que dará forma al sector es la creciente adopción de vehículos eléctricos (VE).

Con muchos países o bloques, la UE en primer lugar, implementando estándares de emisiones más estrictos, se espera que la demanda de vehículos eléctricos aumente en los próximos años.

Esta tendencia quedó demostrada por el éxito del gigante estadounidense de automóviles eléctricos Tesla, que registró un aumento del 38,7% en la producción de vehículos el año pasado, a pesar de la caída de la actividad automotriz mundial.

Existe la preocupación de que los fabricantes de automóviles que operan en mercados emergentes puedan quedarse atrás de los líderes del mercado si no se adaptan a la creciente demanda de vehículos eléctricos y actualizan su infraestructura industrial.

Con este fin, en noviembre, el Gobierno de Tailandia anunció una serie de incentivos diseñados para estimular la inversión en vehículos eléctricos en el país y posicionarlo como un centro de vehículos a batería en la región.

Las medidas incluyen una exención de impuestos de tres años para los fabricantes de vehículos híbridos enchufables y una exención de impuestos de ocho años para aquellos que producen vehículos eléctricos a batería.

En otras partes del sudeste asiático, Indonesia apunta a convertirse en una parte central de la cadena de suministro de vehículos eléctricos global, respaldada por sus abundantes suministros de níquel, que se usa ampliamente en las baterías de vehículos eléctricos. 

A fines de 2020, el Gobierno de Indonesia anunció planes para crear una compañía tenedora de baterías de propiedad estatal, que se espera que desarrolle una cadena de suministro nacional de extremo a extremo para baterías para vehículos eléctricos.

Para respaldar el crecimiento de este ecosistema incipiente, los legisladores indonesios también buscan atraer a más fabricantes de vehículos multinacionales para que ingresen al mercado, un objetivo respaldado por la aprobación de la Ley Ómnibus sobre la Creación de Empleos en 2020, que reduce la burocracia y mejora la facilidad para hacerlo negocio. 

Al establecerse como un componente clave de esta industria emergente global, los mercados emergentes deberían cosechar los beneficios del crecimiento sostenible a largo plazo en un sector que promete beneficios tanto ambientales como económicos.  

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